n tirón en un partido fue el primer síntoma para Iosu Eskiroz (Makirriain, 1998). Horas después apenas podía mover la pierna. El labrum de su cadera izquierda, un cartílago que se encuentra en su articulación, se había roto. Los primeros pronósticos no fueron buenos e incluso le plantearon una dura opción: "Me dijeron que mi carrera deportiva podía haber acabado". Por suerte, la lesión fue detectada a tiempo y la recuperación fue posible. Eso sí, no fue un camino de rosas. El zaguero navarro tuvo que pasar por quirófano y enfrentarse a una rehabilitación de cinco meses, las primeras semanas sin apenas poder moverse. La semana pasada, en el Remotival de Lizarra, ese periodo llegó a su fin y se vistió de blanco para competir en el Parejas de Promoción. Cayó derrotado junto a Iraitz Zubizarreta ante Joanes Bakaikoa e Iker Elizegi por 22-14. Ni su actuación en la cancha ni el resultado fueron los mejores. Pero aun así Eskiroz mantuvo la sonrisa. Está de vuelta.

Esta realidad llegó a estar muy en duda cuando tuvo conocimiento de su lesión. La sombra de la retirada planeó sobre Eskiroz y también un futuro sin practicar deporte. "Me iba a cambiar completamente la vida. No solo por la pelota, también soy una persona muy activa a la que le gusta hacer otros deportes", cuenta. El tirón sufrido fue un aviso de una lesión que ya estaba ahí y que fue desgastando la articulación hasta que las alarmas saltaron. "Es un bulto en el hueso del fémur, una parte que es más grande de lo normal. Ese tirón fue un aviso. Parte de la población lo tiene y el que tiene una vida sedentaria no lo nota tanto, pero con el deporte el desgaste es mucho mayor", explica. Por suerte, ese aviso llegó a tiempo y la recuperación fue posible. Tocaba pasar por quirófano y por meses de rehabilitación.

Ese periodo no fue sencillo. La lesión limitó mucho su movimiento y le obligó a ir con mucha calma. "No podía mover la cadera más de noventa grados y los primeros días fueron bastante duros", reconoce. La rehabilitación fue poco a poco. Comenzó con ejercicios de movilidad, luego pasó a la bicicleta y de ahí a la piscina. Fue cuando le quitaron las muletas cuando le empezaron a dar "un poco más de cancha" y comenzó con sus ejercicios en el gimnasio. En este periodo tuvo una ayuda fundamental: "Estoy muy agradecido a Nico Fiz y al equipo de fisios de la UCA, que me dieron un trato estupendo".

Esta lesión fue otro palo más en una corta trayectoria, pero en la que han sucedidos ya muchas cosas. Una montaña rusa en la que Eskiroz sufrió duros golpes, pero supo reaccionar ante ellos. "Son cosas que me han tocado vivir. La vida es así, aquí nadie te regala nada y hay que afrontar la vida como viene", apunta. Sin embargo, el guardaespaldas de Makirriain apuesta por ver el lado bueno y centrarse exclusivamente en el presente: "Aunque me hayan pasado cosas que no son agradables como la no renovación y ahora la lesión, me considero un afortunado. Los primeros días al verme tan impedido fueron muy duros y verme otra vez jugando para mí es la leche".

Eskiroz afronta su nueva etapa en la cancha y su primer objetivo es el Parejas de Promoción. Su debut en este campeonato llegó con una derrota, pero era el primer paso para confirmar su recuperación. "Perdimos pero salí contentísimo porque era volver a sentirse pelotari y es una sensación que hacía medio año que no tenía. Fue un día muy bonito y me vinieron a la mente todos esos meses de hacer ejercicios y paciencia", afirma.

Ahora, con la mirada puesta al futuro, reconoce que necesitará tiempo para coger su mejor forma y que el campeonato le ayudará a coger ese ritmo. "Tengo la suerte de que me han metido en el campeonato y ya les comenté que mi nivel no iba a ser el de antes. Pero poco a poco quiero ir recuperando el nivel que tenía y si voy mejorando, lo que venga bienvenido será", añade. Eskiroz ha vivido mucho desde que se proclamara campeón en 2020, pero ya ha dejado esa etapa atrás y ahora, otra vez sintiéndose pelotari, solo mira al futuro.