- Se pudo percibir en los respectivos homenajes recibidos el jueves por los olímpicos Maialen Chourraut y Ander Elosegi por parte de sus clubes, el Atlético San Sebastián y Santiagotarrak. La cercanía entre ambos, en la elite mundial de sus respectivas especialidades, y los chavales que se inician en el deporte del piraguismo es total. Son los ídolos de los pequeños, su nivel -al menos por ahora- es inalcanzable, pero a la vez están muy cerca de ellos. Entrenan en los mismos lugares, cargan con sus piraguas y las limpian al terminar el entrenamiento como todos y todas, comparten reflexiones y consejos. "Aquí no hay divos ni divas", señalan desde el Atlético. Esta es una de las claves para que el piragüismo tenga tanto arraigo en Gipuzkoa pese a no disponer de una instalación propia, déficit que quedará solventado en 2023 con la construcción del canal en Usurbil.

"El principio radica en los cursillos de verano. Los chavales tienen la opción de probar piragüismo en la bahía y a los que les gusta les ofrecemos la opción de seguir en el equipo en septiembre", explica Julen Otegi, técnico del Atlético San Sebastián, club al que lleva vinculado "desde hace más de 30 años". Una manera de proceder similar a la de Santiagotarrak. "En verano lanzamos la campaña Uda y de ahí captamos niños y niñas que quieran continuar en otoño, cuando entran dentro del equipo de aguas bravas y se integran en la dinámica de la sección", indica Jone Otaño, coordinadora de ocio y actividades de verano del club irundarra, además de integrar el equipo estatal de piragüismo hasta 2011 y ser prima del técnico Xabi Taberna. Es decir, piragüismo en las venas. "Tengo tres hijos y sigo practicando cuando puedo", bromea.

Ambos clubes cuentan este verano con un grupo de entre 20 y 25 chavales pequeños -de ocho a once años-. Algunos seguirán una vez que comience el próximo curso escolar y ese primer otoño e invierno "suele hacer criba", reconoce Julen Otegi. "Son chicos pequeños, hace más frío, hay olas en la bahía y alguno lo deja y prefiere otros deportes. El curso pasado tuvimos 18 niños y el próximo supongo que tendremos un número parecido. Ampliamos las cosas que han aprendido durante el verano y enseñamos otras como el esquimotaje, que es la maniobra para recuperar la posición en el kayak cuando vuelcas", explica. En Santiagotarrak manejan grupos más grandes, que pueden llegar a ser de "alrededor de 30 niños".

Cuando los chicos son aún pequeños, se ejercitan en la bahía de La Concha, jugando con las olas, y en la mítica curva de San Miguel, en el río Bidasoa, donde se han curtido todos los piragüistas guipuzcoanos que luego han brillado entre los mejores del mundo. "Para trabajar la base, que es muy importante, está muy bien", señala Jone Otaño. "Ander, Maialen, Ergüin (expalista del Santiagotarrak)... todos han salido de ahí, se nota que cogieron la base en San Miguel. Se puede empezar más o menos con nueve años, aunque en otros sitios como Catalunya comienzan desde los seis", añade.

En alevines (10-11 años) "empiezan a competir algo en aguas no muy bravas, con puertas...", explica Julen Otegi, quien indica que la "vuelta de tuerca" llega en infantiles (12-13 años), cuando sube el nivel de los entrenamientos. "Salimos un día a la semana a correr, inculcamos también valores como el trabajo en equipo, cargamos todos la furgoneta, recogemos entre todos...", dice el técnico guipuzcoano, encargado de comenzar a pulir a los jóvenes valores del Atlético junto a Luis Murgia, conocido este último por ser el entrenador que comenzó a pulir a Maialen Chourraut.

Una vez familiarizados con el trabajo en San Miguel, el siguiente paso es acudir al canal más cercano que tiene Gipuzkoa, que es el de la localidad francesa de Pau. La gente de Santiagotarrak y el Atlético conoce bien el camino, prácticamente cuatro horas entre ida y vuelta. "Los infantiles comienzan a ir a Pau al menos un día a la semana, pero para eso tienen que haber cogido una buena base en San Miguel. Es bastante paliza ir a Pau. Yo he ido muchas veces. Coges la furgoneta, alquilas por horas el canal y a veces entrenas de noche, con focos. Alguna vez se va de concentración, para aprovechar varios días seguidos", cuenta Jone Otaño. "A partir de infantiles van varias veces al río, algún día a Pau... así van ganando fuerza, fondo, técnica y navegación", añade Julen Otegi.

Inmersos en ese proceso de crecimiento y mejora, los niños y niñas del Atlético y de Santiagotarrak tienen un plus: tener cerca a sus ídolos. "Ahora Maialen o Miren Lazkano, en su día Xabi Etxaniz, también Ergüin... es un deporte en el que no hay divos ni divas. Nuestros txikis cualquier día coinciden con Maialen en la bahía y tenerla ahí, ver que limpia su piragua, poder hablar con ella, pues para los niños es un ejemplo y un motivo para seguir practicando. En otros deportes esto es impensable", apunta Julen Otegi.

Dentro de esta forma de trabajar de ambos clubes guipuzcoanos, destaca el alto nivel que hay en el territorio en la modalidad de piragüismo de aguas bravas pese a no contar con el ansiado canal que llegará dentro de dos años. El nivel de deportistas es conocido: Jon Ergüin, Xabi Etxaniz, Joan Crespo, Maialen Chourraut, Ander Elosegi y ahora las jóvenes Klara Olazabal y Miren Lazkano, por citar algunos. A lo que hay que añadir la calidad de los técnicos guipuzcoanos. No solo Xabi Etxaniz y Xabi Taberna, ya que el talento se exporta: Iñaki Gómez es técnico de la selección eslovena y Telmo Olazabal, de la holandesa. Ambos han estado también en Tokio.

"El hecho de que tengamos esas dificultades nos hace más fuertes", apunta Jone Otaño: "Esa lucha cada día, aunque haga viento, lluvia o frío subir a San Miguel, poner todas las puertas... el que se queda, es porque le gusta. A veces el tener todo te hace acomodarte y al andar en más ríos, también tu técnica se amolda a lo que hay. Que hay un montón de agua en San Miguel, pues venga, que hay menos agua, pues nos adaptamos. Vas a otro canal, y tienes esa capacidad para adaptarte". "Cogemos esa habilidad con las olas en el mar, lo compaginamos con el trabajo en el río... nos adaptamos", apunta, por su parte, el entrenador del Atlético.

Lo que no quita para que los dos clubes estén deseando que el canal de aguas bravas de Usurbil se haga realidad. "Sería una pasada para nosotros, nos evitaría tantos viajes a Pau con esas horas de carretera. Llevamos años pidiendo una construcción así, creo que los piragüistas nos merecemos ese canal", opina Jone Otaño. "No contar con un canal en Gipuzkoa es nuestra piedra en el zapato. Llevamos años pensando que lo tendríamos antes, parece que por fin se va a hacer. Si ahora hacemos resultados, con ese canal no sé qué podremos hacer...", añade Otegi.