- Fabio Quartararo admitió que lo ha pasado mal tras un fulgurante inicio. Alzó el telón de la temporada de MotoGP con dos victorias seguidas. Supuso su estreno como ganador en la categoría reina; también la presentación de su candidatura al título. Luego llegó una travesía por el desierto, una caída a los infiernos, cinco carreras sin podios. Pero ahora esa candidatura vuelve a cobrar viabilidad. El triunfo del francés en el Gran Premio de Catalunya le devolvió el liderazgo en el Mundial. Sacudió la rabia. Durante la celebración se bajó la visera del casco. Quizá evitando mostrar que los demonios también lloran, que tienen sentimientos. Al fin y al cabo, es un joven de 21 años para quien la vida está yendo demasiado deprisa y las emociones pesan. “No ha sido fácil a nivel mental”, confesó. Aquel Diablo que hizo temblar al paddock ha regresado de los infiernos.

La imagen de la frustración fue Andrea Dovizioso, que cede el liderato a Quartararo tras caerse en la primera vuelta, involucrado en la pérdida de control de Johann Zarco, que también probó la grava. El italiano, 17º en la parrilla, se muestra irreconocible. El subcampeón de las tres últimas campañas, en el que será su último año en Ducati, vive una tortura. Lo único que le hacía sostener el pulso en el campeonato era su regularidad, que al menos no se había caído. Pero ayer se desparramó la cualidad de sumar.

Suzuki atraviesa el momento más dulce desde 2007, cuando vio por última vez a dos de sus pilotos ascender al cajón. Los revolucionarios Joan Mir y Álex Rins reverdecieron la gesta con actuaciones sobresalientes. Mir, que salió octavo, fue segundo y Rins, que partió decimotercero, acabó tercero. Impresionante. La capacidad de estos pilotos y de esta máquina de conservar gomas es la catapulta para unos últimos tercios de carrera asombrosos. Por ejemplo, ambos fueron capaces de rebasar al poleman Franco Morbidelli en la penúltima vuelta. “Es una pena, porque veía que el ritmo de Fabio caía”, apuntó un ambicioso Mir, que es aspirante a la corona y, como tal, así piensa. Está a 8 puntos de Quartararo. En cuanto a Rins, firmó su primer podio de 2020. Se ha hecho esperar. Aunque ayer dijo que sigue sin estar al 100% por su lesión de hombro. Es el decimotercer piloto diferente que sube al podio en este campeonato. Si lo hace uno más, será el récord de MotoGP. Es un indicador de la disputado que está el escenario de MotoGP.

Quartararo fue el defensor de la gloria de Yamaha, que el sábado metió cuatro motos en las cinco primeras posiciones. Porque Morbidelli fue cuarto, de más a menos tras liderar las ocho primeras vueltas antes de ceder ante El Diablo; Valentino Rossi se fue al suelo a nueve giros del final y cuando rodaba en segundo lugar, una lástima de tercer abandono en ocho carreras que apaga la esperanza de la décima corona del italiano; Maverick Viñales volvió por sus fueros y, tras ganar la carrera anterior, ayer fue noveno, insuficiente, sin duda. Aunque la dinámica de las alternancias en el podio -han ganado seis pilotos distintos, trece pilotos han subido al podio y cinco de las ocho victorias han sido de máquinas satélites- brinda nuevas oportunidades. Quartararo recupera el liderato pero posee 108 puntos; luego están Mir, con 100; Viñales, con 90; Dovi, con 84; Morbidelli, con 77… El Mundial está muy abierto cuando se ha superado el ecuador; restan siete carreras.

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