l fin de semana del 7 y 8 de marzo de este año se celebraron en Gipuzkoa cuatro carreras populares. Desde entonces, el vacío. Ni una sola en seis meses, ni en Gipuzkoa, ni en Euskadi. La pandemia se ha llevado también por delante decenas de competiciones atléticas, que se concentran en primavera y otoño y que reúnen cada año a miles de corredores, sobre todo en las semanas previas a la Behobia-San Sebastián, suspendida por primera vez desde 1979.

La sequía acabará este domingo con la disputa de una clásica del atletismo popular, el Memorial Josetxo Imaz, que recorre Beasain, Ordizia y Lazkao y que recuerda anualmente al entrenador fallecido en el 2000 en un accidente de tráfico.

Txindoki Atletismo Taldea ultima los preparativos para organizar una prueba que agotó los 300 dorsales disponibles en tres días. La carrera es todo un compendio de nuevas reglas nacidas para que no haya contagios por COVID-19. Los corredores saldrán en grupos de 50 atletas y cada grupo en intervalos de dos minutos. La salida, situada en la avenida de Navarra, tendrá también sus peculiaridades. Será de ocho metros de ancho y habrá filas de cinco atletas separados cada uno por 1,5 metros, detrás de estos habrá otros cinco atletas también separados por la distancia de la nueva normalidad, y así sucesivamente hasta completar seis filas de 15 metros de largo. Además, cada participante tendrá marcado en el suelo de manera visible el lugar que se le asignará para colocarse en la salida.

Antes y después de la prueba los participantes deberán llevar mascarillas, y los organizadores prescindirán de todo el atrezzo: no habrá vestuarios, ni duchas, ni consigna. Tampoco se celebrará la ceremonia de entrega de premios (los ganadores recibirán sus galardones días después). Tampoco habrá público e incluso no se facilitarán clasificaciones en papel, solo por Internet.

A los participantes se les entregará la bolsa del corredor (que incluirá una mascarilla de regalo) y también dispondrán de un avituallamiento tras recorrer los diez kilómetros con salida y llegada en Beasain. Porque si de algo presume el Memorial Imaz es de que es una carrera que une a las tres localidades, y también de que no le mueve ningún afán económico.

El Gobierno Vasco ya ha dado el visto bueno a los protocolos presentados por Txindoki Atletismo Taldea, que cuenta con el apoyo de los ayuntamientos. El club incluso tenía permiso para 500 participantes, pero prefirió restringir los dorsales a 300. "Queremos que sea la punta de lanza para la vuelta de las carreras. Tenemos ganas. Hay quien lo ve bien, y quien lo ve mal, incluso dentro del club, pero este año hacer la carrera ya es un logro en sí", explica Ángel Pérez, director deportivo del Txindoki.

El club lleva desde junio trabajando para organizar la prueba. Una de las incógnitas es qué sucederá cuando la carrera esté ya lanzada. Los organizadores son conscientes de que es una de las tareas difíciles de controlar ya que cada corredor se maneja a su ritmo, así que ha solicitado a los participantes que respeten la distancia de seguridad entre unos y otros y que en ningún momento se formen grupos de más de 10 personas. De hecho, la salida y la llegada no estarán situadas en el mismo punto sino que habrá unos 200 metros de separación entre ambas. Y quien llegue el primero a meta no tiene por qué ser necesariamente el ganador. Como las salidas serán escalonadas y se tomarán los tiempos con chips (como habitualmente), podría darse la circunstancia de que un corredor del segundo grupo o posterior realice un registro mejor que los 50 atletas que abrirán la carrera.

"Queremos que sea la punta de lanza

para que vuelvan las carreras populares"

Director deportivo de Txindiko AT