l pasado mes de diciembre, el Parlamento húngaro aprobó por amplia mayoría una enmienda constitucional para impedir que las parejas homosexuales y transexuales puedan adoptar niños, estableciendo que “la madre es una mujer y el padre es un hombre”. Un paso más del Gobierno del ultraderechista primer ministro Viktor Orbán en su constante merma de derechos hacia este colectivo desde que en la Constitución de 2011 definiera el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer” -las personas del mismo sexo no podían casarse desde entonces pero podían acceder a la adopción si la solicitud la realizaba una sola persona de la pareja- y que estos días busca aprobar una nueva medida: prohibir en las escuelas tratar cualquier temática relativa a la homosexualidad. El partido de Orbán, Fidesz, domina con amplia mayoría el Parlamento desde 2010 (actualmente ocupa 133 de los 199 escaños) e incluso el Consejo de Europa ha hablado sobre “los mensajes de represalia contra cualquier forma de crítica al Gobierno”, por lo que las opiniones contrarias a sus medidas no abundan, menos aún por parte de figuras mediáticas. No es el caso de Peter Gulacsi.

Gulacsi (06-05-1990, Budapest) es el portero titular de Hungría, el sucesor de Gabor Kiraly, aquel guardameta que defendió la portería de la selección en la Eurocopa de 2016 que se convirtió en figura mediática por jugar siempre con pantalón de chandal gris. Fijo bajo los palos del potente RB Leipzig alemán desde 2015, con el que ha competido de forma habitual tanto en la Champions como en la Europa League, decidió el pasado febrero dar un paso al frente publicando una foto junto a su pareja en Facebook con el logo del movimiento Family is Family, que lucha en favor de los derechos de las parejas homosexuales y el movimiento LGTB. “Todos tienen derecho a la igualdad, así como todo niño tiene derecho a crecer en una familia feliz, da igual el número de personas que la formen y sean de cualquier género, color de piel y religión”, escribió, destacando que “he vivido en el extranjero durante más de catorce años, he conocido a mucha gente de diferente nacionalidad, cultura, religión y filosofía de vida, tanto en mi vida privada como en el deporte profesional. Cuanto más tiempo pasa uno en el extranjero o entre diferentes personas, más se da uno cuenta de que el hecho de que no todos seamos iguales solo hará que el mundo sea más colorido y que lo más importante es el amor, la aceptación y la tolerancia hacia los demás”.

Las palabras de Gulacsi, que salió de su país a los 17 años para fichar por el Liverpool -no llegó a debutar en seis temporadas y fue cedido al Hereford United, Tranmere Rovers y Hull City- y jugó en el Red Bull Salzburgo entre 2013 y 2015 antes de llegar a Leipzig, suscitaron una gran polémica mediática. Hubo voces que le apoyaron, como el exfutbolista internacional Janos Hrutka, que fue despedido por ello del canal Spiler TV en el que ejercía de comentarista, pero los grandes grupos mediáticos, sobre todo los afines al Gobierno, lanzaron críticas feroces. Hubo artículos que pidieron que no volviera a ser convocado por la selección, otros columnistas apuntaron que “el hecho de esparcir ideas socialmente destructivas no le convierte en un portero de segunda categoría”.

Llamativo fue el caso de su compatriota Zsolt Petry, que fue despedido de su cargo de entrenador de porteros del Hertha Berlín por criticar la postura de Gulacsi -“no sé qué ha podido llevarle a defender a homosexuales, travestidos y gente con esas identidades sexuales; la mayoría social húngara no comparte sus opiniones, pero no debería ser castigado por hacerlas públicas”- y sobre todo por poner en tela de juicio las políticas migratorias en Europa: “Moralmente todo ha caído muy bajo. Si no crees que es buena una inmigración que ha traído una terrible cantidad de delincuentes, se te considera racista”. En su defensa salió el propio Orbán, criticando que “cualquiera que no está de acuerdo con la corriente liberal es suprimido; si sigue expresando su opinión, es castigado”.

Agradece los mensajes de apoyo. En la cuarta jornada de la Eurocopa, Christian Eriksen siguió siendo uno de los protagonistas. El jugador del Inter de Milán quiso agradecer todas las muestras de cariño mediante una carta que hizo llegar a La Gazzetta dello Sport y que el diario italiano publicó en su edición de ayer. “Gracias a todos, no me rindo. Me encuentro mejor ahora, pero quiero entender todo lo que pasó. Quiero dar las gracias a todo el mundo por lo que han hecho por mí”, señaló el centrocampista danés, que también tuvo unas palabras de afecto para los seguidores del Inter, club al que llegó hace un par de temporadas procedente del Tottenham. Eriksen apareció en la portada del citado periódico deportivo.