res visitas. Tres voces. Tres historias. Diego Armando Maradona pisó el césped de Atocha en tres ocasiones. Y protagonistas de aquellos partidos en clave txuri-urdin rescatan del baúl de los recuerdos sus vivencias compartiendo terreno de juego con el desaparecido astro argentino. Este tuvo mejores y peores actuaciones en el recinto de Duque de Mandas. Pero sí parece claro que, independientemente del nivel que mostrara, tenía la capacidad de protagonizar siempre los encuentros en los que participaba. Comenzando por su estreno en Donostia, el 2 de abril de 1983, en un duelo que encaró con varios jugadores txuri-urdin como referentes. Continuando por una eliminatoria copera, en mayo de aquel mismo año, que condicionó con su destreza. Y terminando por la comparecencia con el Sevilla en 1992, de mayor legado extradeportivo que futbolístico.

Peio Uralde. "Un tío cercano"

El Barça del recién llegado Menotti desembarcó en tierras guipuzcoanas inmerso en la Batalla del Norte. Tres días antes había perdido en San Mamés (1-0), en la ida de los cuartos de final de la Copa. Jugó luego en Atocha. Y culminaría la semana regresando a Bilbao para disputar un encuentro de Liga. Cayeron los culés en Donostia. Cayeron por segunda vez ante el Athletic. Y se esfumaron así sus opciones de conquistar el campeonato, objetivo que empezó a esfumarse con el 1-0 que les infligió la Real. Marcó el gol Peio Uralde, quien tira de memoria y no termina de caer. "¿Aquel gol? Es que metí tantos...", bromea el exdelantero. "Recuerdo muchos, pero no el de este partido en concreto". La hemeroteca acude al rescate. Minuto 21. Portería del Mercado de Frutas. Centra Zubillaga y Uralde conecta un cabezazo cruzado que bate a Urruti.

Cuentan las crónicas que aquel partido lo dominó el Barcelona, que los catalanes tuvieron más el balón y que la gran mayoría de sus ataques tenían a Maradona como hilo conductor. Pero la Real se defendió bien y conquistó un partido al que el argentino seguro que guardaba mucho respeto. "He escuchado unas declaraciones suyas al fichar por el Barça. Le preguntaba el periodista que a qué futbolistas de la Liga conocía, y él contestaba que a Arconada, a Zamora y a López Ufarte. Normal. Veníamos de ganar dos Ligas seguidas", explica Uralde.

El que fuera goleador txuri-urdin destaca lo que supone la figura de Maradona en Argentina. "Él ha proporcionado al país alegrías que nadie más le ha dado. Allí se habla de él como un Dios, y en realidad es lo que es. Es un Dios y va a serlo eternamente. No se marchará nunca", relata Uralde, quien se refiere al Pelusa como a "un tío cercano", tomando como referencia lo que ha escuchado de él y las ocasiones en que se cruzaron. Eso sí, como anécdota rescata una especie de encontronazo que tuvo con el mítico 10. "Estaba en el suelo tras una falta de Bixio Gorriz y fui a recriminarle que se había tirado. ¿Qué le dije? Ha pasado mucho tiempo, pero si te lo cuento me meterán a la cárcel igual", advierte entre risas.

'Bixio' Gorriz. "Fui torpe, me confundí"

El episodio que recuerda Uralde no corresponde al primer partido de Maradona en Atocha. Corresponde al segundo, apenas mes y medio después. El 21 de mayo de 1983 se jugó en Donostia la vuelta de las semifinales de Copa. En el Camp Nou, el Barça había puesto tierra de por medio (2-0). Y el partido de vuelta comenzó con el argentino revoltoso. "Teníamos la premisa de evitar la concesión de faltas cerca del área. Pero él las buscaba constantemente", rememora Bixio Gorriz, sombra del Pelusa. "Me habían pitado ya dos infracciones dudosas. En la tercera, directamente ni le toqué. Pero García de Loza señaló la falta, justo en la frontal. Me dio rabia, le protesté y él, que era un echado para adelante, me mostró la roja directa". Era el minuto 24 y las opciones de remontada se esfumaron, por mucho que el mismo Uralde hiciera el momentáneo 1-0. Los goles de Marcos Alonso y del propio Maradona eliminaron a la Real.

Gorriz es una catarata de anécdotas relativas al astro argentino. Se lo encontró por primera vez en un campo en diciembre de 1982, en el Camp Nou. Y la cita dio de sí. "Le hice una entrada, me mostraron amarilla y se lo llevaron a la banda para que fuera atendido. El caso es que tras aquello estuvo un tiempo sin jugar y su baja se atribuyó al golpe conmigo. Me pusieron una sanción de dos partidos, porque se había instaurado una norma según la cual quien lesionaba a un futbolista recibía un castigo, independientemente de cómo le amonestaran en el campo. Yo ahí fui pionero, el primero en sufrir la regla. Los medios la bautizaron como el Método Gorriz". El asunto tiene tela, porque a posteriori se supo que las ausencias de Maradona no respondían a una lesión deportiva. En realidad padecía una hepatitis que le mantuvo varios meses en el dique seco.

Bixio, sin embargo, no guarda rencores. "Por lo que me ha contado Periko (Alonso) de cuando coincidieron en el Barça y por lo que yo pude comprobar alguna vez, Maradona era un buen tipo", añade antes de aludir a la tercera y última visita del Pelusa a Atocha, el 12 de diciembre de 1992. Entonces, el argentino jugaba en el Sevilla, y el propio Gorriz, en la temporada final de su carrera, entraba y salía de las convocatorias de Toshack. "Aquel partido no lo jugué, lo vi desde la grada. Recuerdo que mi hijo había nacido un mes antes y que bajé a los vestuarios para pedirle la camiseta a Maradona. Tengo la imagen grabada: salió al pasillo con la toalla atada a la cintura y me dio la camiseta con mucha amabilidad. Todavía la tengo aquí, guardada en casa".

Andoni Imaz. "Estrené capitanía"

Habita así en el hogar de Bixio una pieza de coleccionista, un trofeo al que no pudieron acceder aquella fría noche de 1992 los realistas que pisaron el verde. Entre ellos figuró Andoni Imaz, quien, en cualquier caso, no tenía entonces la cabeza para cambiar camisetas. "Mi memoria futbolística no es buena. Apenas recuerdo los partidos que he jugado. Y este contra Maradona no es una excepción". Imaz no es capaz de rescatar esta o aquella jugada. Ha tenido que consultar la hemeroteca para saber si el encuentro se ganó, se empató o se perdió. Y sin embargo tiene marcado a fuego el encuentro, porque para él supuso estrenar capitanía blanquiazul con solo 21 años. "La foto es potente. Sale Maradona. Sale el árbitro Ramos Marcos, que aquel día se retiraba y había elegido Atocha para colgar el silbato. Y también salgo yo, que bastante tenía con lo mío como para pensar en lo de alrededor".

La historia comenzó en las instalaciones de Zubieta a principios de aquella semana, el lunes o el martes. "Se me acercó Toshack y me dijo que el sábado iba a ser capitán. Le miré y le respondí: El sábado, si juego, intentaré ser el capitán de mi zona del campo. Ahí quedó la cosa, hasta que el jueves volvió a venirme para repetir lo mismo". Imaz pasó días complicados. "Larrañaga y Gorriz no iban a jugar el partido. Pero yo pensaba que entre esa generación y la mía había compañeros que podían llevar el brazalete". La situación no era fácil. "¿Qué iba a hacer yo? ¿Decirle al míster que no y negarme a ser capitán?". Las intenciones del galés tenían mucho peso, precisamente por venir de quien venían. "John era un técnico de muchísima personalidad. Era el técnico que se había cargado a López Ufarte, por ponerte un ejemplo. Y estaba depositando en mí toda su confianza".

Imaz venció a los desvelos. Terminó luciendo ikurriña. Completó un buen partido. Y secó al mismísimo Maradona, por mucho que no recuerde especiales lances de disputa con el argentino. "Fíjate qué curioso. En la memoria sí que me quedó un caño que le hice a Schuster en Atocha, al dar un pase, en un partido contra el Atlético de Madrid. Y de Maradona, en cambio, nada". El de Villabona actuó ante el Sevilla como líbero por delante de la defensa, una figura que Toshack presumía de haber patentado. "Siempre se jactaba de haber suprimido al clásico líbero que jugaba detrás de los centrales. Y esa nueva demarcación se adaptaba bien a mis características, porque yo era un centrocampista de cariz defensivo y me desenvolvía bien cerca de la zaga".

Los acontecimientos de las últimas horas han llevado a Imaz a comprobar que la Real ganó aquel partido por la mínima (1-0), gracias a un gol de Bittor Alkiza. Y han elevado la efeméride maradoniana a título póstumo: el 12 de diciembre de 1992, el Pelusa jugó por última vez ante la afición txuri-urdin.

REAL SOCIEDAD Arconada; Celayeta, Gorriz, Larrañaga, Gajate, Olaizola (Murillo, m. 38); Zubillaga, Bakero (Orbegozo, m. 74), Diego; Uralde, López Ufarte.

BARCELONA Urruti, Alexanko, Miguel, Julio Alberto, Periko Alonso, Schuster, Víctor, Tente Sánchez, Marcos Alonso, Maradona, Carrasco.

Gol 1-0, m. 21: Uralde.

Árbitro Soriano Aladrén. Amonestó al local Gorriz.

Incidencias 31ª jornada de Liga.

REAL SOCIEDAD Arconada; Celayeta, Gorriz, Larrañaga, Gajate (Orbegozo, m. 45), Olaizola; Zubillaga, Bakero, Diego (Murillo, m. 75); Uralde, López Ufarte.

BARCELONA Urruti, Alexanko (Gerardo, m. 79), Miguel, Julio Alberto, Periko Alonso, Schuster (Esteban, m. 80, Víctor, Tente Sánchez, Marcos Alonso, Maradona, Carrasco.

Gol 1-0, m. 57: Uralde. 1-1, m. 60: Marcos Alonso. 1-2, m. 78: Maradona.

Árbitro García de Loza. Roja a Gorriz.

Incidencias Copa (2-0 en el Camp Nou).

REAL SOCIEDAD Yubero; Imanol (Fuentes, m. 62), Alaba, Pikabea, Uria; Imaz, Oceano, Guruzeta, Carlos Xavier; Alkiza (Luis Pérez, m. 69), Kodro.

SEVILLA Unzúe; Cortijo, Diego, Prieto (Monchu, m. 56), Martagón; Marcos (Andrades, m. 76), Bango, Simeone; Maradona; Conte, Suker.

Gol 1-0, m. 45: Alkiza.

Árbitro Ramos Marcos, en la noche de su retirada.

Incidencias 14ª jornada de Liga.