BARCELONA Neto; Sergi Roberto (Junior, m.62), Piqué, Lenglet, Dest; Pjanic (Sergio Busquets, m.76), De Jong; Trincao (Dembélé, m.63), Coutinho (Araujo, m.70), Ansu Fati (Pedri, m.62); y Messi.

FERENCVAROS Dibusz; Botka (Lovrencsics, m.77), Blazic, Kovacevic, Civic (Heister, m.63); Kharatin, Laïdouni (Somália, m.63); Siger; Zubkov (Mak, m.71), Tokmac Nguen (Boli, m.71) e Isael.

Goles 1-0, m.27: Messi, de penalti. 2-0, m.42: Ansu Fati. 3-0, m.52: Coutinho. 3-1, m.70: Karathin, de penalti. 4-1, m.82: Pedri. 5-1, m.89: Dembélé.

Árbitro Sandro Schärer (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Laïdouni (m.31), Civic (m.44) y Kovacevic (m.91), del Ferencvaros. Expulsó con roja directa a Piqué (m.68), del Barcelona.

Estadio Camp Nou. A puerta cerrada a causa del coronavirus. Antes del encuentro, una delegación del Barcelona y del Ferencvaros rindió un homenaje a Ladislao Kubala, que vistió la camiseta de ambos clubes, frente a la estatua que tiene en el estadio.

- Tras enterrar definitivamente un ciclo en la infausta noche lisboeta, el Barça inició ayer su camino hacia la redención en la Liga de Campeones y lo hizo con una goleada (5-1), que tuvo luces y también sombras, ante el Ferencvaros húngaro.

El conjunto azulgrana tardó bastantes minutos en salir de su particular depresión. El contexto de pandemia y un escenario desangelado al que sigue costando acostumbrarse, ciertamente tampoco le ayudaron. El Camp Nou, protagonista de grandes noches europeas, aguardaba de nuevo mudo y vacío la reacción del equipo. Y esta llegó al ritmo de diesel que marcó Leo Messi.

La última imagen del argentino vistiendo la camiseta azulgrana en Europa no podía ser la del 2-8 ante el Bayern. No hubiera sido justo para la historia de este deporte. Y la Pulga volvió a la Champions para empezar a marcar el camino que debe recorrer un equipo en rehabilitación.

El Barcelona solo amenazaría en los primero compases con dos lanzamientos de falta de Messi y otro disparo con la zurda del crack de Rosario ajustado a un palo que obligó a Dibusz a sacar su primera mano para evitar que los locales se adelantaran en el marcador. Poco después, tras tímidos acercamientos del equipo húngaro, Messi abrió la lata al marcar un penalti que él mismo forzó. Ansu Fati hizo el segundo antes del descanso y la goleada llegó después pese a que Piqué fue expulsado.