- 66 días después la elite del fútbol europeo retomó la competición con la Bundesliga. Con el regreso de la competición, en el caso germano se celebró la 26ª jornada de la liga, regresó la rutina: Erling Haaland volvió a marcar -ya suma diez tantos y tres asistencias en nueve partidos con la camiseta del Borussia Dortmund- para abrir la lata de los goles tras el parón y el Bayern de Múnich permanece líder de la clasificación después de sumar una nueva victoria, esta vez por 0-2 ante el Union Berlin con gol de Lewandowski, que cuenta dianas por partidos esta temporada (26 en 26). En lo deportivo, nada nuevo bajo el sol. El Dortmund, a cuatro puntos del liderato del Bayern y con el delantero de moda entre sus filas, trata de arrojar luz a su candidatura al título.

La Bundesliga se reanudó con situaciones acordes al contexto generado por el coronavirus: las gradas lucieron vacías pero el sábado se registró récord de audiencia con 6 millones de telespectadores, según Sky. Las megafonías acentuaron alguna que otra celebración, eso sí, sin abrazos, con la excepción de jugadores del Hertha de Berlin y del Bayern, que no reprimieron los sentimientos y se convirtieron en objeto de la irritación social, si bien, la Liga Alemana de Fútbol se apresuró a aclarar en un comunicado que no abrazarse durante los partidos no forma parte del plan de prevención, aunque sí se trata de una recomendación. Por lo que todo en orden. Como explicó, los jugadores mantienen contacto físico durante los partidos. Lo cual no debería ser un problema, ya que, como sucederá en LaLiga española, han sido sometidos al test del COVID-19 para evitar posibles contagios. "Para las celebraciones, solo se han dado consejos y por ello no puede haber sanciones", explicó la Bundesliga. "En todo caso se está haciendo mucho para evitar infecciones. Pero no nos olvidamos de que somos observados con más rigor que el resto de Alemania y debemos comportarnos ejemplarmente", añadió, por su parte, Lewandowski.

Una de las preocupaciones era la posible aglomeración de aficionados en los aledaños de los estadios, pero esto no ha sucedido, por lo que la Bundesliga celebra como un éxito esta primera jornada postcuarentena.

Una de las grandes preocupaciones era la actuación de los seguidores radicales de los diferentes clubes, los cuales mostraron su desacuerdo a jugar sin público. Si bien, el argumento económico, que colabora en la salud de sus respectivos clubes, ha sido suficiente para evitar alborotos, al menos este fin de semana.

Cierto es que los ultras advirtieron de que no se debían emplear recursos para emitir ruidos artificiales que simulasen la presencia de espectadores, y esto ha sucedido, aunque por de pronto, sin consecuencias. Muchos aficionados consideran que jugar sin su presencia es atentar contra lo que consideran la base de todo club, su masa social, la cual queda relegada por el valor económico de las retransmisiones televisivas.

El fútbol también es sujeto de crítica por un sector que considera que goza de un trato preferencial y que genera agravios comparativos con otros ciudadanos. Y es que la Bundesliga ha regresado después de que se hayan realizado más de 1.700 pruebas para detectar casos de coronavirus. Para muchos, estos test se deberían haber realizado a sectores que estiman como prioritarios.

"Entiendo que hay quien diga que no entiende que se pueda volver al fútbol mientras sus hijos no pueden volver a las guarderías", admitió el director deportivo del Eintracht Fráncfort, Fredi Bobic, al ser preguntado por la televisión ZDF en alusión a una encuesta que indica que el 66% de los alemanes sería partidario de una interrupción definitiva de la temporada. "También hay políticos de segunda fila que están tratando de sacar provecho de ello con actitudes populistas", agregó.

Además, esta jornada, quizá como fruto de la inactividad y la falta de preparación, se ha cobrado, al menos, ocho lesionados.