oberto Olabe trabajaba en Independiente del Valle, en Ecuador, cuando la Real le propuso regresar a Donostia en 2018, para volver a ejercer de director de fútbol. Un Independiente que, "casualidad, ganó la Copa Sudamericana el año pasado", se le escapó a Mikel Etxarri cuando presentó el viernes al gasteiztarra. "Lo de aquel club tiene muy poco de casualidad", corrigió el propio Olabe, sobre una entidad cuyo funcionamiento viene dando sus frutos durante el último lustro. Subcampeón de la Copa Libertadores de 2016, Independiente del Valle ha saltado definitivamente a la palestra, coincidiencia o no, a raíz de la etapa allí del técnico txuri-urdin.

Desde la estructura del club vio en febrero de 2018, solo un mes antes de regresar a Gipuzkoa, cómo el equipo juvenil alcanzaba la final de la Libertadores sub-20. Perdió contra Nacional de Montevideo un equipo que integraban Moisés Ramírez (en el Sanse hasta hace cuatro meses), el delantero Stiven Plaza (actualmente en el Valladolid) o Jhon Jairo Sánchez, un interesante extremo diestro que también puede actuar como lateral ofensivo en línea de cuatro zagueros. Pues bien, el joven Sánchez, ya promocionado al primer equipo, anotaba el pasado el pasado noviembre un gol en la final de la Copa Sudamericana (el equivalente a la Europa League) contra los argentinos de Colón de Santa Fe (victoria 3-1).

Mientras los juveniles del club se tomaban este mismo 2020 la revancha de 2018 y se proclamaban campeones de la Libertadores sub-20, el plantel profesional afrontaba antes de la crisis sanitaria una ilusionante edición de la máxima competición del continente, emparejado en el grupo de la liguilla con el defensor del título, Flamengo. Pueden los ecuatorianos competir contra los brasileños. Lo demostraron en la reciente edición de la Recopa (el equivalente a la Supercopa de Europa), cuando en el partido de ida, en casa, sometieron al cuadro de Jorge Jesús en una sobresaliente actuación. El 2-2 final (3-0 en Maracaná) fue circunstancial y no hizo justicia a los méritos del equipo dirigido por el joven Miguel Ángel Ramírez.

Se trata de un técnico canario de 35 años, que trabajó en las categorías inferiores del Alavés y en la academia Aspire de Catar, donde coincidió con Olabe. A los mandos de su actual equipo, ha imprimido a los ecuatorianos un sello moderno, alejado de los estereotipos que rodean al fútbol de Sudamérica. Es Independiente una escuadra vertical, dinámica, de habituales presiones altas y expuesta en la salida de balón cuando le aprietan. Una escuadra, en definitiva, adelantada a su tiempo dentro del contexto en el que compite, tanto en cuestiones de ritmo como incluso de estructura, un 4-3-3 cuyo funcionamiento guarda similitudes con el de la Real de Imanol.

El entrenador canario Miguel Ángel Ramírez, que coincidió con Olabe en Catar, ha dotado al equipo de un sello 'europeo' y moderno