aixo afición txuri-urdin! El trayecto que implicó mi aterrizaje en la Real llegó a convertirse en bastante frecuente, aunque yo fui el último exponente del mismo. Es lo que tienen los ciclos. Os tocó vivir uno muy complicado. Y el estatus deportivo de mi club de origen se igualó e incluso superó al de vuestro equipo. Las tornas ya han cambiado. Digamos que todo ha vuelto a su ser, y que la situación actual resulta fidedigna en cuanto a lo que han sido ambas entidades a lo largo de su historia. Menos mal. Llevo a las dos en el corazón y no quiero que sufran, cosa que sí ha hecho recientemente, y de lo lindo además, la primera de ellas, la que me dio la oportunidad de aterrizar en la Liga. Al que le está tocando pasarlo mal ahora es a mi tercer y último equipo en España. A ver si salen de esta…

Como veis, estoy muy informado de todo lo que sucede por allí. Yo ahora mismo vivo en mi país, pero la distancia ya no es obstáculo para enterarse de las cosas, sobre todo cuando el foco mediático apunta como apunta a vuestro campeonato. El de aquí no tiene tanto glamur, por mucho que impongan el nombre y la trayectoria de sus dos equipos más importantes. Y también se ha detenido por culpa de la famosa crisis del coronavirus. Estamos lejos, pero la pandemia ha llegado a casi a todos los rincones del mundo. A ver si el problema sanitario se resuelve pronto y podemos volver a vestirnos de corto. ¡Ah! ¿No os lo había dicho? Continúo en activo. Tampoco hace falta ser muy listo, en cualquier caso, para vaticinar que mi carrera está dando sus últimos coletazos.

Rebobino hacia atrás y el repaso a tantos años de trayectoria me lleva a certificar que fue en la Real donde toqué techo. Donde tocamos techo, mejor dicho, porque estoy hablando en términos colectivos. Se dio la carambola. Nosotros hicimos los deberes en Galicia. Y celebramos aquel billete europeo. ¿Sabéis qué única pena me queda? Este pasado mayo asistí desde la distancia a vuestros festejos por la consecución de la Copa de la Reina. Pues bien, me habría encantado compartir camiseta txuri-urdin con mi hermana. Ella también es futbolista. Y ahora juega en mi mismo club, en la plantilla femenina. Resulta bonito vivir algo así en el equipo de tus amores. También lo habría sido en toda una Real. Me despido enviando un abrazo fuerte a la familia blanquiazul, incluido mi amigo Moyá. Nos conocimos muy jovencitos y ahí seguimos, los dos dando guerra. Al pie del cañón.