madrid - Nunca, en toda la era Diego Simeone, ha afrontado una eliminatoria con los pronósticos tan en contra el Atlético, que desafía al Liverpool, el actual campeón de Europa, y que compite contra todo en los octavos de final de la Liga de Campeones, que comienzan hoy en el Wanda Metropolitano y con Diego Costa, previsiblemente, de vuelta a la acción.

No hay ningún dato objetivo esta temporada que discuta el papel de favorito del duelo del equipo inglés; imponente en su campeonato -con 25 victorias, un empate y cero derrotas-, temible por extensión en Europa -fue líder de grupo con 13 de 18 puntos- y con la vuelta en su territorio, Anfield, el 11 de marzo.

Es imposible elegir un instante del Liverpool a lo largo de los últimos meses. El equipo de Jürgen Klopp ha elevado el techo futbolístico en Europa e Inglaterra y bate récords, apisona y destroza rivales a su gusto, con una facilidad que asusta y que hace presagiar un dominio mundial.

El mayor miedo de un equipo llamado a hacer historia eran los problemas físicos, pero ni siquiera esos están mermando a la plantilla. Sadio Mané se lesionó muscularmente y estuvo fuera tres semanas, coincidiendo dos de ellas con el parón invernal. El resto está disponible, a excepción de Xherdan Shaqiri. Llegan frescos y como los vigentes campeones y a un Wanda Metropolitano que ya los coronó como reyes de Europa hace unos meses.

A las órdenes de Jurgen Klopp sobresalen, sobre todo, los desbordantes delanteros Mané, Firmino y Salah. Entre los tres suman 44 goles este curso. Más que todo el Atlético (37 en 33 partidos oficiales), que no ha ganado ni la mitad de los duelos que su rival (15 de 33 choques), pero que no entiende de favoritos. La primera parte ante el Valencia ilusiona a los colchoneros, y esperan repetir, al menos, una imagen similar. - Efe