Todo dependía de la París-Roubaix. En el Infierno del Norte, Wout Van Aert encontró el paraíso. O al menos, el limbo. No venció, -la victoria fue para Van Baarle- pero se convenció tras ser el mejor del grupo perseguidor. Fue segundo el formidable belga. En la París-Roubaix más rápida de la historia, Van Aert constató un estado de forma estupendo tras dejar atrás el covid-19.

Certificó Van Aert su mejor versión sobre los adoquines y por eso estará en La Decana, el más antiguo de los Monumentos del ciclismo. “El domingo estaré en la Lieja-Bastoña-Lieja. El equipo y yo lo decidimos según lo que pasara en Roubaix. He demostrado estar en buena forma, voy a tener una buena recuperación y es bueno hacer otra gran clásico esta primavera”, señaló Van Aert. En su bautismo en la Lieja-Bastoña-Lieja del domingo, el belga se medirá a Pogacar, Valverde, Alaphilippe y Evenepoel, entre otros.