- “Es un pequeño paso hacia lo desconocido, pero estoy muy emocionado”. Aprende Tadej Pogacar tan rápido y tan bien, una esponja el esloveno mágico, que el doble ganador del Tour de Francia y de la reciente Strade Bianche, es uno de los grandes favoritos para la clásica A Través de Flandes, una carrera adoquinada. La prueba cuenta con cinco tramos de pavés y trece cotas, un perfil más amable que el del pasado curso. La organización ha tachado los tramos del Steenbeekdries y el Taaienberg, las cotas más duras del recorrido de 2021. En ese escenario, en un viaje hacia lo desconocido, el esloveno buscará dejar huella. “Tenía muchas ganas de venir a Flandes. La historia y la pasión por el ciclismo en Bélgica son únicas y me motiva competir en estos escenarios. La forma es buena y espero que podamos estar delante, pero no me hago ilusiones sobre los adoquines, sé que es una carrera diferente. Trataré de absorberlo todo y disfrutar tanto como sea posible”, asume Pogacar. El esloveno, a pesar de su escasa experiencia sobre el pavés, es uno de los favoritos para conquistar la clásica de 183,7 km entre Roeselare y Waregem. Junto a Pogacar, Mathieu van der Poel es otro de los dorsales con peso para la clásica belga. El neerlandés, vencedor en 2019, llega en forma y probará fuerzas para la Ronde dominical. Después de vencer una de las etapas de la Coppi e Bartali, Van der Poel está llamado a pelear por la victoria.

Sin embargo, la clásica no está cerrada únicamente a las prestaciones de Pogacar y Van der Poel. Son numerosos los adversarios capacitados para triunfar. El Ineos se presentará con Pidcock y Van Baarle, que venció la clásica adoquinada en 2021. Kasper Asgreen, un gran especialista, no estará en el Quick-Step, que cargará con Fabio Jakobsen. Otros velocistas como Kristoff, Pedersen o Groenewegen estarán en la carrera. Van Avermaet, Benoot o Campenaerts también serán de la partida. Alex Aranburu aparece como la gran apuesta del Movistar. Imanol Erviti e Iñigo Elosegui acompañarán al ciclista de Ezkio en la clásica belga, donde Pogacar medirá su impacto.