l pasado sábado, a la una y media de la tarde, Tadej Pogacar se adjudicaba una nueva edición del UAE Tour, la prueba de casa para su equipo. Lo hacía de forma contundente, ganando las dos etapas con final en alto y firmando una sobresaliente cuarta plaza en la contrarrejoj, de trazado poco propicio para sus características. Apenas tres horas después de que el esloveno confirmara su victoria en Jebel Hafeet, Wout Van Aert levantaba los brazos en la meta de Ninove para sumar a su palmarés el Omloop Het NieuwsbladWout Van Aert Omloop Het Nieuwsblad, la inauguración de la temporada de clásicas. Los triunfos de uno y otro, ambos brillantes, tuvieron algo más en común: tanto Pogacar como el propio Van Aert los consiguieron en sus respectivos debuts este curso.

el camino hacia la forma

Enseguida surgieron las típicas preguntas y dudas ante tal circunstancia, alimentada también, por ejemplo, por la exhibición de Evenepoel en Valencia hace un mes, en su primer día de competición en 2022. ¿No eran las carreras las que terminaban de apuntalar la forma de un ciclista? ¿O resultan suficientes las habituales concentraciones en altura para alcanzar un nivel casi máximo? El entrenador de Van Aert salió recientemente a la palestra para hablar sobre las sesiones de trabajo que su pupilo estaba completando en Canarias, junto a los capos del Jumbo Visma. Dijo que el modo en que el belga se ejercitaba en Tenerife suplía los beneficios que en su forma podía implicar ponerse un dorsal. Así, desmontó en cierto modo las teorías, históricamente predominantes, acerca de la necesidad de competir para ponerse definitivamente a tono.

sí pero no

El posterior rendimiento de Van Aert en Omloop parece darle la razón. También las mencionadas prestaciones de Evenepoel y Pogacar. O incluso las de Primoz Roglic el año pasado en París-Niza, su estreno en 2021: fue el ciclista más fuerte de la carrera y solo la perdió por culpa de una caída. Ahora bien, conviene subrayar igualmente que el nivel en estas carreras, todas correspondientes al tramo inicial del calendario, no fue sobresaliente si nos ceñimos a los adversarios de turno. Mañana sábado se disputa en Siena la Strade Bianche, cuya última edición puede servir para ilustrar qué sucede cuando, directo desde tu concentración de entrenamiento, te plantas en la salida de una prueba disputada a fuego por rivales de la elite más absoluta. Y es que Van Aert mostró entonces en Italia una condición tan buena como insuficiente para ganar. Fue cuarto, superado por tres grandes ciclistas ya rodados: Van der Poel, Alaphilippe y Bernal.

¿Y en las vueltas grandes?

Dentro de un ciclismo actual muy mecanizado, en el que todo se mide y se calcula, no es cuestión aquí de poner en duda los avances en los métodos de entrenamiento. Pero se está subestimando el punto extra que te dan las carreras y que al propio Van der Poel le otorgó en Siena aquel vibrante acelerón final. Esas nuevas teorías, en cualquier caso, parecen haber venido para quedarse. Y hay ganas ya de evaluarlas como Dios manda en una vuelta de tres semanas. Evenepoel corrió el pasado Giro sin foguearse, pero era su primera grande y además regresaba de nueve meses de inactividad tras una caída. Y Roglic pasó de Lieja (abril) a la primera etapa del Tour (junio) con cero pruebas disputadas, pero sus posteriores accidentes impidieron calibrar la experiencia. Seguro que alguno vuelve a probar este año. ¿Pogacar quizás? En 2021, antes del mismo Tour, se quedó a medio camino entre competir y no hacerlo, pues renunció a Suiza y Dauphiné para pasearse en la modestísima Vuelta a Eslovenia. Luego anduvo como anduvo.

CICLISMO Y CORONAVIRUS

las patologías cardíacas, un "tabú" en el pelotón

El belga Tim De Clercq (Quick-Step) terminó el Saudi Tour el 5 de febrero, y apenas unas horas después le diagnosticaron covid. Pasó el virus de forma prácticamente asintomática y el día 16 ya estaba compitiendo, en la Volta al Algarve. Al concluir la primera etapa, sintió dolor en el pecho y dificultades para respirar, lo que le llevó a retirarse de la carrera y someterse a nuevas pruebas. Padecía pericarditis, la inflamación de una membrana que rodea al corazón. El ciclista, recuperado, se ejercita ya después de tres semanas de parón y tratamiento. En declaraciones a los medios de su país, ha asociado el problema a la infección previa por coronavirus y ha indicado también que conoce más casos como el suyo en el pelotón. Lamenta, sin embargo, que estos supongan una especie de "tabú" y que no estén saliendo a la luz.

pelotón sub-23

gipuzkoa: buenas perspectivas de futuro

Este periódico publicó la semana pasada una extensa previa sobre la temporada 2022 en el pelotón Elite y sub-23. En sus declaraciones, Ion Lazkano, director deportivo del Laboral Kutxa, no vacilaba a la hora de poner el foco sobre determinados corredores, y citaba así a Xabier Berasategi, a Enekoitz Azparren y a "los chavales que suben pisando fuerte desde la categoría juvenil". Dicho y hecho. El sábado, en la localidad cántabra de Colindres, ganaba Berasategi (Olaberria, 2000), segundo era Unai Zubeldia (Ibarra, 2003), uno de los recién promocionados, y tercero llegaba Azparren (Donostia, 2002). Mientras, en la prueba del Euskaldun en Zumaia, el ciclista del Caja Rural Haimar Etxeberria (Irun, 2003), otro novato, obtenía una notable segunda plaza. Parece que el futuro del ciclismo guipuzcoano nos invita a ser optimistas.