- Tras el aplazamiento inicial, decidieron suspender Itzulia y Clásica.

-Fue una decisión difícil. Por lo que implica no celebrar ambas pruebas. Y, sobre todo, porque existían muchas posibilidades de poder hacer algo. Un algo a lo que yo no llamaría carrera ciclista.

¿Se refiere a una competición 'a puerta cerrada'?

-Sí. Con lo de hacer una carrera sin público pasan dos cosas. La primera, que ya me dirás tú a mí cómo organizas eso. Es que no es solo la zona de salida y de llegada... ¿Qué haces en Arrate o en Jaizkibel? ¿Paras a la gente a pie de puerto? Tienes que controlar así kilómetros y kilómetros de recorrido. Y luego está lo esencial: el espectáculo es para la afición, para que esta lo viva in situ. Un deporte, cualquiera, reducido a las emisiones televisivas, deja de ser deporte y se convierte en negocio.

¿También ha habido razones económicas para suspender definitivamente las carreras?

-También. Cuando trabajábamos ya para la celebración de las pruebas en verano, fuera de sus fechas originales, hicimos un nuevo sondeo con los socios de la competición. Me refiero a los municipios de inicio y final de etapa de la Itzulia. Y vimos que algunas cosas se estaban enfriando. Si a ello le sumas que, con esta situación sanitaria, surgieron además nuevas necesidades organizativas, entenderás que optáramos por la suspensión. No podíamos arriesgarnos a perder dinero, con menos razón aún para montar una carrera rara.

Dice que "se estaban enfriando cosas" y que "surgieron nuevas necesidades".

-Te pongo un ejemplo: la etapa de la Itzulia que terminaba en Bera, en Ibardin. Por un lado, para ese final de carrera necesitábamos un permiso de cierre del puerto en su vertiente francesa. Y la prefectura de Pau ya nos avisó de que no lo iba a otorgar en esta situación. Por otra parte, están las empresas de restauración y demás de la propia zona de Ibardin, que apoyaban al Ayuntamiento de Bera a la hora de promover la etapa. ¿Qué les iba a aportar ahora un final de carrera en un Ibardin sin público? Nada. Yo les entiendo.

¿Pensaban en el mes de agosto para celebrar la carrera?

-Sí. La UCI estaba empeñada en que celebráramos Itzulia y Clásica. De inicio, nos pidieron colocar ambas pruebas en la primera semana del mes, para no coincidir con Dauphiné. Pero finalmente pactamos programar la Itzulia de lunes 10 a sábado 15 y la Clásica el domingo 16. Eso estaba acordado ya. Pero luego tomamos la decisión de suspender.

¿Que presupuesto manejan para promover las carreras que organizan?

-La suma de la Itzulia y de la Clásica, esta en sus vertientes masculina y femenina, nos sitúa en torno a los dos millones de euros.

¿Y cuánto habían invertido ya de ese montante?

-No demasiado. Algo más de un 10%. Digo que no es demasiado porque, si llegamos a tardar un poco más en suspender las carreras, se habrían disparado los gastos: presentaciones, imprenta, maillots, placas para las bicis con los dorsales... También está el dinero que adelantamos a los hoteles y que no doy por perdido, porque, de la mala, será efectivo para las reservas de la Itzulia 2021. Este año ya íbamos a optimizarlas.

¿Optimizar las reservas?

-Sí. Había hoteles en los que íbamos a meter a tres equipos. Aunque claro, esto se vino abajo cuando aplazamos las pruebas y pensamos en celebrarlas en verano. Elaboramos un protocolo sanitario de seguridad que, en primera instancia, fijó un máximo de dos escuadras por hotel. Pero es que después tuvimos que endurecer el protocolo y bajar ese máximo a uno. Un equipo por hotel. Con 22 equipos participantes y en pleno verano. ¿Ves? Aquí tienes: otra dificultad añadida.

Aludía en una respuesta anterior a la Itzulia 2021. ¿Será como la programada para este año?

-Sí. Mi deseo es repetir recorrido y celebrarla tal cual. Pero primero habrá que hablar con los ayuntamientos para ver cómo quedan a nivel económico y qué espíritu existe a la hora de albergar eventos masivos.

¿Cuentan con la continuidad de los patrocinadores?

-Con Banco Sabadell había acuerdo para este 2020 y el compromiso de seguir firmando año a año. Y, respecto a los demás, creo que se mantendrán todos. También pienso que las instituciones seguirán participando. Porque sería una pena tener que cerrar la barraca.

"Se enfriaron las cosas con algunos inicios y finales de etapa, la crisis añadió trabas organizativas y decidimos no arriesgarnos a perder dinero"

"Ya había un pacto en cuanto a calendario para celebrar la Itzulia del 10 al 15 de agosto y disputar la Clásica el domingo 16"