- ¿Cómo es de optimista o pesimista respecto al cumplimiento del nuevo calendario?

-Más que optimista o pesimista, soy realista. Y no lo veo sencillo. No lo digo porque el calendario en sí esté saturado y se solapen las carreras. Lo digo porque, con la situación sanitaria que vivimos, no es fácil llevar a cabo eventos deportivos como los nuestros. Para mí resulta mucho más factible, por ejemplo, terminar la Liga de fútbol, a puerta cerrada y con desplazamientos dentro de un país. En el ciclismo, mientras, todo es diferente. Para que se dispute un Tour, un Giro, cualquier prueba, debe viajar gente por todo el mundo. Y hablamos además de competiciones itinerantes, cuya caravana pisa numerosos hoteles.

La agenda de carreras, en cualquier caso, ya existe.

-Tenemos un calendario definido, una base de trabajo. Desde la misma, debemos empezar a programar la temporada y ver cómo vamos a hacerlo todo. Serían apenas tres meses de competición con otros tantos frentes en el equipo, al solaparse muchas carreras, lo que no solo te sitúa ante decisiones deportivas con los ciclistas. El esfuerzo logístico también va a resultar enorme, e implica gestionar asuntos desde ya mismo. En cualquier caso, yo creo que el calendario va a sufrir cambios aún y que no se van a celebrar todas las pruebas.

¿Cuáles serían las consecuencias de una suspensión masiva de carreras? ¿Nos estamos jugando más que una temporada?

-Sí, evidentemente. Y resulta fácil de entender. El ciclismo es un escaparate para cualquier espónsor, un deporte que da una rentabilidad bastante alta a los patrocinios. Dicha rentabilidad, sin embargo, está supeditada a una visibilidad. Y si esa visibilidad no se produce, la inversión pierde su sentido, porque se queda sin retorno. ¿Para qué continuar entonces con el patrocinio? Se habla de que entre un 70% y un 80% de la exposición anual de una marca se produce durante las 21 etapas del Tour...

De ahí la importancia de que se corra la prueba francesa.

-El Tour es la prueba que más rentabilidad ofrece, obvio. Así que, si no pudiera celebrarse, esto sería un desastre. Todos comprendemos la relevancia máxima del Tour dentro del sistema actual. Otra cosa es que opinemos que el modelo del ciclismo tiene que ser este. Yo, personalmente, discrepo.

¿Cuál es su punto de vista?

-No es que no comparta que el Tour sea importante. Lo que no comparto es que el Tour sea prácticamente lo único. Deberíamos buscar una fórmula que haga más atractivo el calendario World Tour en su conjunto. Ahora todo gira alrededor del Tour de Francia, lo que supone un condicionante bastante grande. Y así está quedando demostrado. El pánico actual consiste en que no se corra el Tour, cuando hay programadas otras muchas pruebas de nivel cuya organización requiere también de un gran trabajo y a las que igualmente podemos sacar partido.

La nueva agenda para 2020 dificulta repetir en las llamadas 'grandes'. Solo el doblete Tour-Vuelta parece factible. ¿Cómo piensan repartir a sus líderes?

-Nuestro objetivo no ha cambiado respecto al del comienzo del año: intentar volver a subir al podio del Tour. Fuimos segundos en 2017 con Rigoberto Urán. Y tenemos ciclistas jóvenes cuyo momento puede haber llegado. Hablo de Daniel Felipe Martínez. O de Sergio Higuita, que solo tiene 22 años y de quien no conocemos aún el límite. De cara al bloque de clásicas y Giro, también conservamos en cierto modo el plan inicial: tenemos muchas esperanzas puestas en las pruebas de un día, e iremos a Italia con la baza de Hugh Carthy. Finalmente, encararemos la Vuelta como último plato fuerte del curso. Nos ha ido bien en ella estos últimos años, e intentaremos repetir nivel.

¿Cuentan también con el propio Rigoberto Urán para ese asalto al podio del Tour?

-Todos sabemos lo que ocurrió con él en la última Vuelta a España. Sufrió una caída importante. Y, aunque ha trabajado muy duro para regresar a un buen nivel, también debemos tener en cuenta que los años no pasan en balde. Es nuestra obligación preparar un plan B. Y ese plan B reside en los ciclistas jóvenes que te citaba ahora. Suben muy bien. Funcionan contra el crono. Y podemos ir dando pasitos con ellos para que aprendan del propio Urán. Es bueno que corran siempre con Rigo, porque les va a servir de referencia y les va a quitar esa presión.

El patrocinador. Preguntado por cómo está afectando la pandemia al principal patrocinador del equipo, Garate explica la situación. "Education First se dedica a trasladar a gente por el mundo para aprender idiomas. ¿Quién viaja ahora a cualquier otro país para aprender una lengua? Nadie. La situación de la empresa resulta difícil. No lo está pasando bien, aunque China es parte importante de su mercado y parece que allí van por delante en la pandemia, tanto en su día con el inicio como ahora en la recuperación. Esto puede hacer que la empresa remonte antes que otras. Pero su negocio consiste en una actividad que, actualmente, no es posible realizar".

"Está en juego mucho más que una temporada, y es fácil de entender; si los espónsors no consiguen visibilidad..."

"Para mí resulta más factible terminar la Liga de fútbol, a puerta cerrada , que celebrar el Tour de Francia; el ciclismo es diferente"