bilbao - "El autobús está muy bien, pero creo que le falta otra carretera naranja", dice una voz autorizada de la Fundación Euskadi en la explanada de San Mamés cuando observa al mascarón de proa del bus del equipo. El autobús es una novedad necesaria y el símbolo del nuevo estatus del equipo. Es un proyecto que crece. "Es necesario", alude sobre una belleza negra con ribetes naranjas. Ese es el color del ciclismo vasco. La Catedral bendijo a la Fundación Euskadi. La esperanza es ahora naranja, el tono de la marea que inundó durante dos décadas las cunetas. El negro, elegante, aparente y fotogénico, conquista espacio en la fisionomía del equipo, pero el espíritu fundacional, el naranja, el del rayo que no cesa, permanece intacto, insertado en el tuétano y en cada poro de la Fundación Euskadi. Más si cabe en la puesta de largo del proyecto que mira a los ojos del 2020, un año "ilusionante", subrayó Mikel Landa, presidente de la Fundación Euskadi, ante una gran audiencia que abarrotó una de las alas de San Mamés.

"Me ha sorprendido mucho la respuesta de la gente. Me ha recordado a otros tiempos, cuando la gente estaba volcada con el ciclismo y sintiendo el equipo. La gente está enganchada a este equipo", se sinceró Landa en referencia a los años felices del Euskaltel, el faro que alumbró con su luz naranja, parpadeante, el ciclismo vasco. La escuadra en proceso de crecimiento desde que el de Murgia acudiera al rescate de la estructura, estrena este curso categoría con un objetivo ambicioso: recuperar la posición que el equipo tuvo en el pasado y volver a la alta competición.

La formación vasca será un equipo ProTeam, bisagra entre el WorldTour y la categoría Continental. Ese ascenso en la jerarquía posibilitará a la estructura naranja competir en la Volta a Catalunya, la Itzulia, la Clásica de San Sebastián y otras citas de pedigrí del calendario. "Tenemos ganas de arrancar. El calendario será más exigente, se complica un poco y los rivales serán más fuertes, pero el equipo se defenderá y dará la cara. Iremos poco a poco", pronosticó Landa, que no dejó de asombrarse con la capacidad de atracción del Euskadi y aseguró estar "más arriba" de lo que había calculado cuando decidió hacer el boca a boca al equipo naranja, para entonces amoratado, sin apenas constantes vitales. "Ahora miras para atrás y te das cuenta de lo que hemos conseguido en estos tres años y es mucho. Estamos en una categoría seria e intentaremos hacerlo lo mejor posible", analizó Landa sobre un proyecto "social" que también cuenta con un equipo de cantera, sub'23, y una escuadra de féminas, que fueron también presentados ayer con el patrocinio de Laboral Kutxa, socio colaborador de la Fundación, al igual que Orbea, principal soporte de la estructura, que ha ganado para la causa a numerosas marcas, entre ellas DBA Bilbao Port que ocupa un lugar preferente sobre la piel naranja.

proyecto a largo plazo Ese color tan añorado, casi vintage, y actual, a la moda, quiere teñir la Vuelta a España, que de momento se vislumbra como un sueño de acceso árido por la escasez de plazas. "Es muy complicado estar en la Vuelta y nosotros lo sabemos. Intentaremos demostrar que nos merecemos una invitación y lo daremos todo para que no esté en nuestras manos quedarnos fuera. Estar en la Vuelta nos ayudaría a crecer en el futuro", argumentó Landa, que de todos modos se mostró tranquilo porque el de la Fundación es un "proyecto a largo plazo". Una idea que comparten los rectores de Orbea, la viga maestra de la estructura. "Si no fuera a largo plazo, esto no tendría sentido", sugieren desde la marca de bicicletas, la que también dio soporte al Euskaltel, el espejo en el que se mira la Fundación. "Lo que consiguió el Euskaltel-Euskadi en su momento es muy difícil de alcanzar. Iremos paso a paso, creciendo con los corredores que tenemos y ojalá algún día alcancen el potencial que tuvieron aquellos corredores", apuntó Landa.

Varios de esos nombres arroparon a la Fundación en el estadio bilbaino. En San Mamés se citaron Iker Camaño, Koldo Fernández de Larrea, Roberto Laiseka, Iñaki Isasi, Amets Txurruka, Beñat Intxausti, Igor Antón, Gorka Gerrikagoitia y Haimar Zubeldia, entre otros. También ofrecieron su apoyo Purito Rodríguez, Joseba Beloki, Igor Astarloa y Pello Bilbao. El frío del exterior contrastó con el calor del estreno, acurrucada la Fundación por la estufa de la pasión, la cadena que mueve a la criatura en su renacimiento. "Esto es como volver a empezar", enfatizó Jorge Azanza, director de una escuadra con 20 corredores y numerosas incorporaciones para aterrizar en la categoría. "Subir de categoría no es sencillo. No es fácil conseguir una plantilla de 20 corredores", diagnosticó Landa. A la Fundación Euskadi llegan Juanjo Lobato, Rubén Fernández, Mikel Bizkarra, Mikel Iturria, Gari Bravo y Mikel Aristi como puntales de una formación que pretende "guerrear" desde el arranque. Un proyecto al que Andoni Ortuzar, presidente del Euskadi Buru Batzar y presente en el acto, deseó "salud y éxito a estos hombres y mujeres que van a llevar el nombre de Euskadi por las carreteras de media Europa en esta ilusionante temporada". A la espera de que suba la marea, la nueva ola es naranja.

Director deportivo

Jorge Azanza

Corredores

Juanjo LobatoTrebujena/1988

Mikel AristiBergara/1993

Antonio AnguloEl Llano/1992

Julen IrizarBergara/1995

Mikel AlonsoUrnieta/1996

Garikoitz BravoLazkao/1989

Mikel BizkarraMañaria/1989

Mikel IturriaUrnieta/1992

Joan BouValencia/1997

Gotzon MartínOrozko/1996

Rubén FernándezMurcia/1991

Unai CuadradoEribe/1997

Txomin JuaristiMarkina/1995

Ibai AzurmendiLeitza/1996

Antonio Jesús SotoMurcia/1994

Diego LópezLizarra/1997

Peio GoikoetxeaErmua/1992

Jokin AranburuZarautz/1997

Iker BallarínGasteiz/1997

Dzmytri ZhygunovBielorrusia/1996