BILBAO. En ese elite, curiosamente, sí está ahora su presidente, el ciclista Mikel Landa, que ha fichado para la próxima temporada por el Bahrain Merida.

La Fundación competirá en este próximo curso en la categoría Profesional Continental, a la que ha ascendido este año y para la que cuenta con una plantilla de 20 corredores que tendrá en la Vuelta al País Vasco, la 'Itzulia', a primeros de abril como su cita más relevante.

El equipo dirigido por Jorge Azanza espera comenzar a competir ya en enero en San Luis (Argentina) para posteriormente centrarse en el calendario estatal (Mallorca, Valencia, Andalucía, Murcia, Cataluñaa), pero participando también "de manera regular" en carreras en Italia y Francia.

En esas carreras quiere "volver a ganarse la confianza y los corazones de los aficionados con resultados y con una actitud de lucha y esfuerzo máximo en cada una de las carreras que dispute en la categoría UCI Pro Team".

Para ello contará con una plantilla en la que hay diez nuevas incorporaciones, de las que destacan las de Rubén Fernández (Movistar) y Juanjo Lobato (Nippo-Vini Fantini-Faizanè).

El resto de fichajes son Gari Bravo, Julen Irizar, Mikel Aristi, Mikel Bizkarra y Mikel Iturria (Euskadi-Murias), Joan Bou (Nippo-Vini Fantini), Antonio Angulo (Efapel) e Iker Ballarín, que asciende desde su equipo sub-23, el Laboral Kutxa.

Antonio Jesús Soto, Diego López, Dzmytri Zhygunov, Gotzon Martín, Ibai Azurmendi, Jokin Aranburu, Mikel Alonso, Peio Goikoetxea, Txomin Juaristi y Unai Cuadrado son los diez ciclistas que continúan de la pasada campaña.

Durante la temporada 2020, la Fundación Euskadi mantendrá sus equipos sub-23 y femenino, con el "objetivo" de "apoyar a algunos de los mejores corredoras y corredores de la cantera vasca para que se puedan desarrollar como ciclistas compitiendo en un calendario lo más completo posible".

También pretende "continuar trabajando para apoyar e impulsar iniciativas de carácter social relacionadas con el deporte, la bicicleta y la movilidad urbana sostenible porque desde la idea del proyecto se entiende que es necesario devolver a la sociedad vasca todo el apoyo recibido". Y porque, además, cree que "desarrollar esta parte social es un elemento diferenciador para la Fundación Euskadi".