donostia - Nunca resulta sencillo vaticinar qué ciclistas de categoría amateur pueden llegar a dar el salto a profesionales en el largo plazo. Pero, en clave guipuzcoana, las perspectivas a día de hoy resultan ilusionantes. Un vistazo a la situación del pelotón aficionado en el territorio saca a la palestra los nombres de varios corredores con opciones de ser promocionados a la conclusión del próximo curso, ya de cara a a2021. Es el caso, en primer lugar, del igeldoarra Onditz Urruzmendi (1996, Telcom) y del azpeitiarra Oier Ibarguren (1997, Caja Rural), quienes apurarán sus opciones en categoría Élite, con muchas posibilidades de llamar la atención y destacar.

También debería acercarse la hora del legazpiarra Mikel Mujika (1998, Caja Rural), de quien se espera un salto de calidad en su último año como sub-23. Y afrontan su tercer curso en esta categoría dos destacados guipuzcoanos del Laboral Kutxa, filial de la Fundación Euskadi. Se trata de Unai Iribar y Xabier Mikel Azparren, ambos nacidos en 1999 y con argumentos para derribar la puerta que les separa del ciclismo profesional. A Iribar le viene costando destacar por una cuestión académica, ya que compagina la bicicleta con estudios de ingeniería cuya fase más exigente ha superado ya. Azparren, por su parte, se ha demostrado a sí mismo en 2019 que sus cualidades le pueden permitir brillar más allá de la modalidad contrarreloj. Es campeón estatal sub-23 de la disciplina, pero en el equipo le han inducido a moverse con ambición en pruebas en línea y su respuesta aportó en junio una fabulosa victoria en solitario en la Vuelta a Castellón. - M.R.