BENIDORM Alberto Rodríguez; José Oliver (1), Jules Lignieres (1), James Parker (4), Carlos Grau, Ivan Rodriguez (4), J. Folqués (4) -equipo inicial- Leo Tercariol (ps), Gonzalo Porras (3), Angel Rivero, Borja Méndez, Emil Feuchtmann (4), Jaka Spilja (1), Adrián Nolasco (2), I. Nikcevic (5, 3 de p) y Balsa Cejovic.

BIDASOA IRUN Xoan Ledo; Cavero (5), Iker Serrano (6), Zabala (1), Rodrigo Salinas (6, 1p), De la Salud (2), Jon Azkue (3) -equipo inicial- JM Sierra (ps), Crowley, Racotea (2), Bonanno, Julen Aginagalde (6), Tesoriere y Matheus da Silva.

Parciales 3-3, 6-3, 6-6, 8-9, 11-12, 13-14 (descanso), 15-18, 15-21, 19-23, 20-26, 24-28, 29-31.

Árbitros Luque Cabrejas (Comité Catalán) y Arcos Adeva (Comité madrileño). Exclusiones de Oliver, Lignieres, Grau (2), por los alicantinos; Racotea, Tesoriere (2), Julen Aginagalde, Crowley, por los guipuzcoanos. A falta de dos segundos para el final fue descalificado Jules Lignieres, con tarjeta roja.

Incidencias Palau Illa de Benidorm, con presencia de aficionados en las gradas.

- Dos puntos más y una jornada menos. Es el lema instalado en la caseta del Bidasoa, que logró ayer en Benidorm un triunfo de doble mérito, ya que al valor de la victoria debe añadirse la capacidad de sacrificio y sufrimiento, sobre todo en el tramo final del encuentro, cuando los alicantinos apretaron de lo lindo para impedir que los de Artaleku salieran airosos del exigente lance. A una relativa calma (primer periodo) con predominio defensivo, sucedió un segundo tiempo en el que todo se revolucionó más. La letanía de exclusiones y el cansancio llevaron el partido a una zona que no era precisamente de confort.

Los dos equipos llegaron al descanso muy igualados (13-14) con mejor nota para el trabajo defensivo que el de las áreas contrarias. Por ahí, poco que decir, ya que son números buenos en la contención. En el lado irundarra, parte de esa culpa correspondió a Xoan Ledo, al que habría que añadir las alternativas defensivas, tanto el 6-0 habitual como el 5-1, con Crowley o Zabala en el avanzado. A Jacobo Cuétara, que solicitó un tiempo con el marcador en zona roja (6-3), le preocupaba el lanzamiento exterior como la conexión con la línea de pivotes o la terminación de los extremos que, en el caso de Benidorm, cuenta con jugadores de talento en las posiciones de Iván Rodríguez o Josep Folqués.

Los de Fernando Latorre se esmeraron mucho en evitar los tiros de la primera línea bidasotarra, saliendo a puntos, a costa de dejar desguarnecida la espalda en la zona de pivotes con Julen Aginagalde o Iker Serrano, muy brillantes todo el partido, no desaprovechando las opciones de remate. Entre ambos, doce goles en todo el partido, justo la mitad en cada tiempo. Como quiera que del desfavorable 6-3, (los tres tantos visitantes obra de Rodrigo Salinas) el marcador pasó a un 7-8 favorable a los de Artaleku, al técnico local no le quedó otro que juntarse un minuto con los suyos, tratando de que las cosas no descarrilaran pronto. Prácticamente, desde ese momento hasta el descanso, intercambio de goles e incluso cambio de portero (9-11) en la meta benidormense con presencia bajo los palos locales de Leo Tercariol.

Al final del primer tiempo Jon Azkue lograba el tanto que suponía una ventaja de dos goles, pero Emil Feuchtmann, en los últimos segundos, la dejaba en uno (13-14) antes de pasar por vestuarios.

En los primeros diez minutos de la reanudación, el Bidasoa puso sobre la cancha aquello que le da réditos. De llegar al descanso con un gol de ventaja, la aumentó a seis (15-21), gracias al continuado acierto de los pivotes, como la efectiva aportación de Azkue y un remate de Mikel Zabala. En teoría, esa ventaja debería ser decisiva porque el Bidasoa, cuando lleva el partido a una situación semejante, sabe gestionar las diferencias y llevarlas a buen puerto. La contienda seguía su tránsito sin mayores sobresaltos (21-27), pero al conjunto irundarra (viajó solo con 14 jugadores) el encuentro le empezó a pesar más de lo debido y se le hizo largo. Entre otras cosas por una doble exclusión de Tesoriere y Julen Aginagalde con apenas 20 segundos de diferencia entre ambas que dieron alas a los de Fernando Latorre.

Los locales no desaprovecharon la superioridad numérica y lejos de dar el brazo a torcer siguieron a lo suyo, utilizando cualquier camino que les permitiera recortar diferencias. Valían igual los lanzamientos de Nikcevic desde los siete metros, como los tantos de los extremos antes referidos o la aparición de Adrián Nolasco, inédito hasta los minutos decisivos. El recorte de las diferencias animó al equipo y a su afición. Nada era definitivo porque a falta de tres minutos (26-28) podía suceder cualquier cosa.

Jacobo Cuétara recurrió al tiempo muerto para pedir el último esfuerzo, taponar las vías de agua, bien desde la defensa o en la resolución de las jugadas de ataque que pudieran terminarse. Todo se complicó aún más, tanto que a falta de un minuto para la conclusión el Benidorm llegó al empate (29-29). Ese minuto le supo a gloria al conjunto irundarra gracias al acierto decisivo de Iñaki Cavero, autor de los tres últimos goles de su equipo en los momentos más calientes de la partida, tanto que en el último suspiro el central Jules Lignieres fue descalificado con roja directa. Enorme triunfo de un equipo que se vació hasta el pitido final, porque sabía lo que significaba ganar en una cancha en la que siempre es muy complicado hacerlo. Siguen siendo segundos en la tabla y todo depende de ellos mismos.

El Bidasoa se vació hasta el pitido final, porque sabía lo que significaba ganar en una cancha en la que siempre es muy complicado hacerlo