BIDASOA IRUN J.M. Sierra, Iñaki Cavero (2), Adrián Crowley (1), Mikel Zabala (8), Rodrigo Salinas (6, 1p), Tom Tesoriere (1), Nico Bonanno -equipo inicial- Xoan Ledo (ps), Dan Racotea (1), Julen Aginagalde, Iker Serrano (3), Sergio de la Salud (4,2p.), Jon Azkue (6,2p.), Matheus da Silva, Tao Gey y Eneko Furundarena (1).

LIBERBANK CANTABRIA Ernesto Sánchez, Alberto Pla (4), Ramiro Martínez (4), Herrero Lon (5), Nicolás Zungri (2) , Nacho Valles (4,2p), D.Dimitrievski (3) -equipo inicial-, Elcio Pascual (ps), Alejandro Barco, Cristian Postigo, Leo Alonso, Carlos Lastra (1), Basualdo, F.J. Castro (2), V. Ostroushko (1).

Marcador 3-1, 5-2, 6-6, 8-8, 12-9, 15-14 (descanso), 18-16, 22-17, 25-18, 28-21, 32-23, 33-26.

Árbitros Álvarez Menéndez y Friera Cavada (Comité asturiano). Exclusiones locales de Matheus da Silva y Racotea por los irundarras; y Nacho Valles, Zungri, por los santanderinos.

Incidencias Polideportivo Artaleku, a puerta cerrada. En los prolegómenos del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador bidasotarra Fernando Celaya y de Gojko Vucinic, exjugador del Arrate y técnico del Sanlo Elgoibar, recientemente fallecidos.

- Cada partido es una final, porque apenas quedan jornadas para reaccionar si fallas. Los irundarras están inmersos en una pelea contra todos. Quieren ser subcampeones y a esta hora defienden la plaza que les concede ese premio. Dos nuevos puntos que añaden a la cuenta tras superar a un Liberbank Cantabria que no concedió facilidades. Una vez más la defensa, sobre todo en el segundo tiempo, fue decisiva en la suerte final del partido. Los contraataques bien resueltos por un brillante Mikel Zabala (ocho goles de ocho lanzamientos) terminaron por derribar el muro santanderino.

El Bidasoa estaba advertido desde mediada la semana, ya que los cántabros ganaban al Ademar de León en partido aplazado. Un resultado así no es por casualidad. Se pudo comprobar desde el principio del encuentro que los de Víctor Montesinos no iban a perder la cabeza, ni iban a otorgar facilidades. Explotaron su profundo 6-0 defensivo y buscaron con denuedo a su pivote Herrero Lon en ataque, una de las dificultades a superar por la defensa guipuzcoana.

La suma de valores les mantuvo en pie todo el primer periodo. Llegaron a disponer de mínimas ventajas (6-7, 8-9), pero el Bidasoa reaccionó bien y, desde este último guarismo hasta el descanso, fue siempre por delante. Primero niveló (9-9) y luego alcanzó sus mejores diferencias (12-9, 13-10), que podían abrir el camino hacia la victoria final. No sucedió en ese momento, porque los cántabros recuperaron balones y los jugaron bien sobre la portería de Sierra.

El cuadro de Jacobo Cuétara, que solicitó un tiempo muerto en este primer periodo (6-6), quizás abuso de pases interiores, con entradas hasta los seis metros y poco tiro exterior. Así las cosas, con cada equipo usando sus armas, el partido llegó al ecuador con una renta mínima en favor de los locales, en absoluto decisiva y con las espadas en alto. El equipo echa mucho en falta a Kauldi Odriozola, no solo por su valor intrínseco, sino porque su ausencia impide el descanso de Rodrigo Salinas. Cuando esto sucede, al entrenador le toca atacar con tres diestros en la primera línea y eso penaliza la fluidez y el ritmo del juego ofensivo.

El inicio del segundo acto marcó tendencia y enseñó el camino hacia la victoria. En quince minutos el partido definió el mando amarillo (25-18). Si en la primera parte, al extremo derecho Iñaki Cavero no le llegaba un balón, fueron dos seguidos los que le permitieron inaugurar su marcador particular y ampliar la ventaja colectiva (19-17), pero sucedió que la mejora defensiva permitió recuperar balones que Mikel Zabala aprovechó al contraataque para lograr tres dianas seguidas (23-17).

Al técnico visitante no le tocó otra que llamar a capítulo a los suyos tratando de mantenerles en el partido, dos veces en cinco minutos, pero la máquina bidasotarra no dejaba de funcionar en las dos áreas, porque al rigor defensivo se sumaban, además de los extremos, las acciones de Jon Azkue y Rodrigo Salinas. Las variantes tácticas, los dobles pivotes y la versatilidad del juego llevaron balones a Iker Serrano y a Eneko Furundarena, uno de los jóvenes convocados para el encuentro.

Un contraataque culminado por Zabala llevó al marcador la máxima diferencia (33-23), momento en que el Bidasoa bajó el pistón encajando tres goles seguidos, lo que permitió que el cuadro visitante enjugara la desigualdad. Ni el cambio de portero, ni la aceleración del juego, ni la voluntad por protagonizar otra sorpresa fueron suficientes para impedir el triunfo de los de Artaleku. En el segundo tiempo dejaron en doce goles a su oponente.

En la segunda mitad del encuentro, el conjunto irundarra tan solo permitió anotar doce goles a su oponente