- El chileno deja el Bidasoa después de haber cumplido la etapa más exitosa de su carrera. No oirá la voz cómplice de los aficionados, pero se llevará el cariño que merece.

La temporada termina de la manera más inesperada, pero termina. No era el final imaginable.

-Está claro que no es de la manera que queríamos, tanto los jugadores, cuerpo técnico, directiva y aficionados. Era una temporada muy competitiva tanto por la Champions como por la liga que jugábamos con muchísima ilusión.

Se va de Artaleku sin poder despedirse de los aficionados que le quieren y recibir el reconocimiento que merece por su aportación innegable a los éxitos del equipo.

-Me voy con mucha pena de no poder jugar un último partido en Artaleku y despedirme de los aficionados que tanto apoyo me han dado tanto en la cancha como en la ciudad. Estoy muy agradecido con todos ellos.

Ha sido partícipe de un año inolvidable. Su primera Champions League, su bagaje de nuevas experiencias que han servido para comprobar su rendimiento. ¿Con qué se queda?

-Me quedo con la gran unión del equipo y el ambiente en el vestuario, a nivel deportivo obviamente me quedo con la fase de grupo de Champions. Me quedo también con la seguridad de que luchamos y dimos todo hasta el final.

Zamora, Benidorm, Irun y el próximo destino permiten comprobar la capacidad de adaptación a cada lugar. ¿Le cuesta mucho?

-Faltó el primero de ellos que fue Torrevieja en Segunda Nacional. No me cuesta mucho adaptarme a las nuevas ciudades ya que soy una persona muy abierta y extrovertida.

En el Bidasoa han podido competir juntos los dos hermanos, Rodrigo y usted. Usted y Rodrigo. Uno casado y padre; el otro, es su caso, dejando que la vida fluya a la espera de tomar decisiones. ¿Le gusta la independencia, vivir solo, elegir el entorno?

-Ciertamente me gustaría tener mayor estabilidad de la que tengo actualmente y poder elegir mi entorno. Pero está claro que de deportista es así, y más viniendo de fuera.

Su salida supone que esa estupenda línea de conexión fraternal en el juego desaparezca. Se conocen de memoria y eso se traduce en un rendimiento formidable.

-Sin lugar a dudas, esté donde esté voy a extrañar a mi hermano en la cancha, porque hay una conexión natural, que ha ido mejorando con los años. Pero donde más los voy a extrañar, tanto a él como a Fernanda y a mi sobrino Gael, va a ser en el día a día.

Entiendo que sale muy reforzado de esta experiencia. Hoy es mucho mejor que cuando llegó a Artaleku. Imposible pensar todo lo que iba a vivir.

-Indudablemente me voy siendo un mejor jugador. Gracias a Jacobo (Cuétara) y a Borja (Burguete), que han sacado lo mejor de mí, y gracias a mis compañeros porque juntos hemos formado un gran equipo. Pero nunca he dudado de mis cualidades y mi esfuerzo como jugador para seguir mejorando.

Si no hubiera sido por la pandemia, a esta hora se jugaban un preolímpico con Chile y con la mirada puesta en Tokio. Hubieran sido sus primeros JJOO. Toca esperar, pero seguro que dentro de un año desfila detrás de su bandera.

-¡Ojalá! Sería un sueño hecho realidad, porque son muchos años de trabajo para ir a una olimpiada, pero lo cierto es que todavía no estamos clasificados y tenemos un grupo muy duro que pasar para poder ir.

La prensa de aquí y la chilena se hicieron eco de su gesto solidario con los vecinos del barrio en el que vive, ayudando a hacer recados, llevando la compra a casa, etc. Es seguro que muchas personas descubrieran valores que no se ven en la cancha y que se relacionan con la educación y el "yo personal"€

-Es algo que me salió natural, dada la situación que estamos viviendo. Creo que cualquier persona debería estar dispuesta a ayudar de una manera u otra.

Cuando un deportista cumple 28 años alcanza una madurez que está a prueba de bombas. ¿Esteban Salinas es una persona fuerte mentalmente? ¿En las decisiones, pesa más la cabeza o el corazón?

-Es una balanza, en la que tratas de ver que es lo mejor para mí y para mi futuro.

Ha compartido en el Bidasoa el puesto de pivote con Iker Serrano. ¿Qué surge de esa convivencia? Tarea compartida, ataque y defensa, además de la relación personal.

-Obviamente, me llevo un gran compañero y amigo. He aprendido mucho de él. En el juego, cuando Jacobo nos pedía desmarques o bloqueos, yo me fijaba mucho en sus movimientos.

Las despedidas no son fáciles, pero, dentro de un año, Iker se retira (lo ha dicho él) y Julen Aginagalde ha fichado por una temporada. Si se queda así, el curso que viene, el Bidasoa necesitará dos pivotes. ¿Cierra la puerta a un hipotético regreso?

-Está claro que no le cierro las puertas. Pero de aquí a un año pueden pasar muchas cosas.

He preguntado a algunos de sus compañeros que destacasen de usted un valor. Coinciden en su espíritu alegre, su disposición permanente a ayudar y en el alto grado de confianza en sus fuerzas€

-Muchas gracias a mis compañeros por esas palabras. Yo lucho por el equipo para obtener el mejor resultado posible. Si no confiase en mis fuerzas, no habría llegado a jugar balonmano profesional. Seguiré siendo así hasta que me retire.

Ese día está lejano. Lo inmediato es que se haga oficial el fichaje por el club de su nuevo destino. Parece probable que no se moverá de la Liga Asobal, pero quiere ser respetuoso con los tiempos y las formas antes de decir nada. El chileno seguirá poniendo el mismo fragor en la cancha.

"Está claro que no le cierro las puertas al Bidasoa. Pero de aquí a un año pueden pasar muchas cosas"