l abandono de Max Verstappen en el estreno de la temporada en Bahréin quedó enmascarado por la posterior victoria en Arabia Saudí. El éxito es un remedio amnésico. Pero es incapaz de ocultar las carencias, que se plasmaron en la tercera carrera del curso, en Australia, donde el campeón sufrió un nuevo abandono por fallo en la unidad de potencia, el segundo en tres carreras. Ello sumado a los resultados de Charles Leclerc, autor de dos victorias y un segundo puesto, hacen que el neerlandés aparezca en la clasificación a 46 puntos de distancia del piloto de Ferrari.

Para esta nueva era que asiste en la Fórmula 1, Red Bull creó un departamento denominado Red Bull Powertrains, responsable de motorizar tanto al equipo energético como a su filial, AlphaTauri, tras la renuncia de Honda a seguir en el Gran Circo pese al éxito de la campaña anterior. Si bien, para este primer año de un nuevo ciclo la fábrica japonesa dejó a parte de sus trabajadores realizando tareas conjuntas con Red Bull para desarrollar la unidad de potencia. A partir de 2023, Red Bull Powertrains volará solo en el desarrollo de los propulsores.

La puesta en escena de esta empresa de fabricación y mantenimiento de las unidades de potencia de Red Bull ha arrojado luces y sombras. Por un lado los monoplazas han demostrado ser rápidos. En Australia, Red Bull y AlphaTauri coparon la tabla de velocidades máximas, siendo Verstappen el más destacado, con 327,9 kilómetros por hora de punta; el Ferrari de Leclerc marcó 302,6, pero ganó la carrera. En Arabia Saudí de nuevo Verstappen encabezó el registro de velocidades, con 334,6 Km/h, a diferencia de los 320,6 de Leclerc, que fue decimosexto en la relación de tiempos. En Australia se invirtieron los papeles: Leclerc fue duodécimo en la tabla de velocidades, con 309.1, por los 304.7 de Verstappen, que fue el decimoctavo más veloz. En este sentido, Red Bull ha vencido a Ferrari.

Pero como se ha visto, la velocidad por sí sola no es determinante; Ferrari cobra ventaja en las zonas reviradas, como muestran los resultados de los certámenes disputados así como las tres vueltas rápidas firmadas por Leclerc hasta la fecha. Y menos trascendencia posee aún la entrega de potencia cuando existen problemas de fiabilidad. Las dos escuderías motorizadas por Red Bull Powertrains han sufrido conjuntamente cinco abandonos por fallos mecánicos de doce posibles: dos de Verstappen, uno de Sergio Pérez, uno de Pierre Gasly y uno de Yuki Tsunoda. A pesar de que acontece una nueva etapa en la F-1 y esto conlleva un periodo de adaptación, un 41,6% de retiradas es una cantidad elevadísima que a corto plazo complica las opciones de luchar por el título a nivel de pilotos y también de constructores. Ferrari, por ejemplo, solo ha sufrido un abandono por cuestión de motor de 18 posibles -cuenta con seis pilotos motorizados (los de Ferrari, Alfa Romeo y Haas) en lugar de los cuatro de Red Bull-. El fallo lo sufrió Mick Schumacher en Arabia Saudí.

Además, según apuntó el jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, los dos fallos en el coche de Verstappen fueron por causas distintas, lo que dificulta el proceso de optimización. "No creo que estén relacionados", comentó, sobre uno y otro abandono, el de Bahréin y el de Australia. No obstante, Horner se mantiene firme sobre la decisión de la línea de desarrollo adoptada por la escudería. "Prefiero arreglar un coche rápido que intentar hacer uno lento y que sea fiable", subrayó tras la carrera de Melbourne. No obstante, admitió que "tenemos que estar pendientes, no podemos aceptar los abandonos, pero tenemos que entender cuál es el problema para solucionarlo". La celeridad en esa detección y la búsqueda de soluciones marcarán las posibilidades de Verstappen de reeditar su corona. Todavía hay 20 pruebas pendientes. Aunque el tiempo apremia visto el rendimiento de Ferrari especialmente con Leclerc. Un dato del rendimiento de la unidad de potencia de Ferrari es que Haas el año pasado no logró un solo punto y este año suma doce. El progreso es evidente.

"Solo van tres carreras, es pronto para pensar en el título", advirtió Leclerc en Albert Park, aunque reconoció que "tenemos un coche muy fuerte y fiable", por lo que "si seguimos así, optaremos al título". Verstappen, por su parte, dio pábulo a la inmediatez: "Ya estamos a 1.000 millas de distancia, pero no quiero pensar en la pelea por el campeonato en este momento. Es más importante terminar las carreras. Es inaceptable". Y es que Verstappen rodaba en segunda posición cuando sufrió sus dos abandonos: el primero en la vuelta 54 de las 57 previstas; el segundo en la 38 de 58. Eran resultados más que factibles que, de haberse consumado, hubieran dejado al neerlandés a diez puntos de Leclerc en vez de a 46.

Una de las razones de anteponer la velocidad, como es el caso de Red Bull a diferencia de Ferrari o Mercedes, es que los motores están congelados desde el pasado 1 de marzo y hasta 2025 incluido. Es decir, no se podrán desarrollar durante este ciclo. No habrá mejoras de rendimiento, pero sí se podrán modificar piezas para solucionar problemas de fiabilidad. Por eso Red Bull ha priorizado la velocidad, como demuestra la línea del discurso de Christian Horner. Está por ver cuál es la apuesta ganadora. Desde luego, Ferrari parte con una holgada ventaja.

Red Bull ha ofrecido más velocidad, pero Ferrari obtiene ventaja en las zonas reviradas y es más fiable, lo que está brindando el éxito