El Eibar cayó ayer derrotado por la mínima en La Romareda (1-0), y rompió ayer una racha sin conocer la derrota que mantenía desde el 31 de octubre, ante un Zaragoza que se engancha así a la lucha por los puestos de ascenso a Primera División. El conjunto armero perdió la oportunidad de recortar terreno al líder, el Almería, que en esta pasada jornada había empatado, y abandonó la segunda plaza, por lo que tendrá que seguir peleando para poder recuperar un puesto que le dé el ascenso directo.

El equipo guipuzcoano solo había perdido dos partidos a domicilio, y uno de los últimos 16 que había disputado, una gran trayectoria que se cortó frente a un conjunto maño que, espoleado por su afición, le puso las cosas muy difíciles.

Ambos contendientes tuvieron problemas de inicio para combinar y sacar el balón jugado desde atrás porque la presión de uno sobre otro impedía hacerlo y en muchas ocasiones se acababa retrasando el juego al portero para que tuviera que lanzar directo desde su área.

Sin embargo, conforme transcurrieron los minutos la intensidad fue decreciendo y eso permitió más combinaciones y que el juego comenzase a llegar a ambas áreas, pero esas acciones no fueron acabadas por ninguno de los dos equipos porque, o bien los remates se marchaban fuera o no se encontraba el pase decisivo en el área.

Fue en la segunda parte cuando el central Francés, que tras un saque de falta se tiró al suelo, remató como pudo desde el césped para marcar el único tanto del partido.

El Eibar intentó empatar durante la última media hora, incluso con Fernando Llorente, a quien Gaizka Garitano dio entrada en el tramo final del choque, pero esta vez no pudo ser.