- La posibilidad de que la expansión de la peste porcina africana (PPA) alcance a Euskal Herria y al territorio peninsular es un temor con el que conviven ganaderos, instituciones y cazadores que ven en esa enfermedad un eventual riesgo con consecuencias catastróficas. Por ahora, parece que en Europa su incidencia se limita a los países situados geográficamente más al este, aunque la enfermedad ya está presente en los cinco continentes.

Aunque todo el territorio español está libre de la patología desde 1995 y existe un manual práctico de operaciones editado por el Ministerio de Agricultura que, en el caso de detectarse el virus, establece medidas específicas sobre sacrificio, perímetros de seguridad o localización de productos, el temor de todo el sector primario y más específicamente de la ganadería y de la caza resulta palpable.

"Si la PPA entrase en España tendía enormes consecuencias económicas porque se hundiría todo el mercado de la carne, no solo la de porcino. Es decir, que el precio de la carne de cerdo bajaría de forma ostensible porque el sacrificio masivo produciría un enorme excedente y, en consecuencia, incidiría de forma directa en todo tipo de productos cárnicos", según subraya Florencio Markina, zoólogo, doctor en Ciencias Biológicas y responsable de Aran Servicios Medioambientales (www.aranmedioambientales.com).

En numerosas ocasiones se atribuye la transmisión de la PPA de unos países a otros a los jabalíes que en su tránsito atraviesan las fronteras, aunque también los humanos son responsables de la expansión de la enfermedad. Aunque países como Dinamarca tomaron decisiones drásticas al eliminar por completo la especie y vallar la frontera con Alemania para impedir el acceso de jabalíes, el ser humano ha sido quien ha hecho llegar la peste hasta países como Haití a través de los envíos de ayuda humanitaria.

Lo cierto es que la erradicación de la PPA se presenta como algo tremendamente complicado después de haberse extendido por los cinco continentes. Además de la globalización, es necesario tener en cuenta que zonas como China y Mongolia cuentan con muchísimos casos debido a sus propias connotaciones culturales, "ya que muchas de las explotaciones son de tipo familiar y existe una gran escasez de controles", mientras que "en los países bálticos, es decir, en Lituania, Letonia y Estonia, la enfermedad es endémica", recuerda Markina. La ubicación de Alemania en el centro del continente supone un freno al avance de la enfermedad, aunque las autoridades germanas ya han detectado casos en la zona fronteriza con Polonia.

Ante ese tipo de situaciones resulta necesario disponer de información precisa y contar con medidas biosanitarias en granjas, tales como el doble vallado, así como durante los transportes e incluso en los mataderos. El control de la fauna salvaje, la colaboración entre administraciones y ganaderos, la divulgación de las investigaciones y los planes de contingencia adaptados a cada realidad, así como disponer de laboratorios preparados y programas sanitarios eficaces, son otras actuaciones necesarias en la lucha contra la PPA.

Junto a las diferentes medidas de control que pueden adoptarse para hacer frente a la peste, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda también la práctica cinegética. Esta agencia financiada por la Unión Europea "está preconizando la realización de estudios demográficos sobre el jabalí para intentar controlar las poblaciones porque entiende es el detonador de la PPA", apunta Markina.

Para intentar ver el número de ejemplares existentes en Europa y ver su evolución demográfica, que según el zoólogo "va al alza tal y como están demostrando los modelos matemáticos utilizados para su conteo", la caza se está demostrando como un recurso válido pero insuficiente. "Las capturas que se están produciendo a través de la caza a nivel europeo no son suficientes para controlar los aumentos demográficos de esa especie, por lo que será necesario recurrir también a sistemas como los de impedir el acceso al alimento, en concreto a la agricultura intensiva. Con los jabalíes tenemos dos frentes de batalla: primero, capturarlos; y en segundo lugar, intentar que no críen tanto".

La posibilidad de disponer de una vacuna específica en un plazo de tiempo relativamente breve, es un motivo de esperanza para ganaderos, cazadores y autoridades sanitarias. Esa posibilidad que fue hecha pública por el veterinario Miguel Ángel Higuera en el transcurso de un seminario web promovido por la Organización Colegial Veterinaria en torno a esta enfermedad y recogido por la publicación Animals Health, podría ser realidad dentro de tres años.

Los estudios en torno a la vacuna que se enmarcan en el proyecto de investigación Vacdiva, están impulsados por la Universidad Complutense de Madrid y dirigidos por el catedrático José Manuel Sánchez-Vizcaíno a través del Centro Visavet. Tras largos años de investigación de una enfermedad tan compleja y que cuenta con multitud de variantes, ya disponen de tres prototipos de vacuna para jabalíes y cerdo doméstico con resultados prometedores, que podrían dar paso a planes piloto en países como Lituania, Rumanía y Kenia.