l que forman Ander Díez Azparren y la Behobia-San Sebastián es un matrimonio muy bien avenido. Este domingo, de hecho, cumplirán 42 años de casados Juntos desde 1979, desde esa primera edición en la que participó con su buen amigo Iñaki Anza, en la que tomaron parte "por probar". Y desde entonces, este donostiarra de 67 años ha participado en todas y cada una de las ediciones, salvo, claro está, la del año pasado que, por la pandemia, no pudo celebrarse. Con más ganas si cabe que nunca, Ander Díez ya está preparado para afrontar la carrera. "Quizá no estoy en las mejores condiciones, pero saldremos a correr", confirma el protagonista de esta historia a este periódico.

Recuerda sus inicios en la prueba y nunca se hubiera imaginado que este domingo participará en su 42ª participación. "Yo jugaba a fútbol y cuando lo dejé, empecé a correr", rememora. Hasta ese momento, "correr, lo que se dice correr, no lo había hecho nunca, solo en los entrenamientos", asegura Ander Díez, pero todo cambió en ese otoño de 1979: "Con mi amigo Iñaki hicimos el primer maratón el segundo domingo de octubre, y nos dijimos: ¿Por qué no corremos la Behobia? Dicho y hecho. La corrimos el segundo domingo de noviembre. Y no he parado", reconoce orgulloso. "Empiezas casi sin querer, pero le coges el gusanillo. Se ha convertido en un aliciente", sostiene el atleta para quien el atletismo "es un deporte en el que no te hace falta un compañero. Si vas a jugar a tenis te hace falta un contrario, cuando juegas a fútbol, igual. Pero cuando vas a correr, sales a la hora que quieres, vuelves cuando te da la gana. Puedes hacer 5, 10, 15 kilómetros... Es lo bueno que tiene. Haga sol, haga lluvia, yo salgo a correr", asegura.

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Ander ya no entrena todos los días. "La edad ya no me lo permite", declara, pero no hacía mucho iba "todos los días" desde Gros, donde reside, al Peine del Viento, "unos doce kilómetros". Eso entre semana. La distancia aumentaba los fines de semana. "El cuerpo ya no recupera como antes", lamenta. "Tienes que dejar de correr un día para recuperar para el siguiente", se sincera el atleta donostiarra.

Para intentar explicar su pasión por la Behobia, Ander hace un símil con el camino de Santiago. "Lo haces una vez para probar, lo completas, te entra el gusanillo, repites y repites". Pues con la popular de las populares pasa lo mismo: "Te engancha y te atrapa", confiesa. Para Ander, la Behobia es algo "impresionante". Toda en sí. "Lo de la salida es digno de mención y luego está la cantidad de gente que hay por todo el recorrido y que no te deja de animar. La gente te lleva en volandas, aunque vayas mal, no lo notas. Sigues, te arrastra", analiza Ander, que califica de "indescriptible" lo que siente cuando recibe el apoyo de la gente que se agolpa a ambos lados de la carretera. "Es como cuando ves por televisión las etapas de montaña en el Tour de Francia, con toda esa gente en las laderas sin parar de animar. Sigues y sigues".

Recuerdo muy especial junto a su hijo

El protagonista de esta historia de amor con la Behobia tiene "muchas anécdotas" que contar. Son muchas ediciones y muchos kilómetros. "Desde correr con lluvia a hacerlo con sol, con frío, con viento sur de casi 30 grados. Antes de la pandemia, recuerdo la famosa granizada que nos golpeó en Gaintxurizketa. Son cosas normales que le pasan a cualquiera que haya participado en la carrera", relata Ander Díez, que guarda un recuerdo "muy especial" de la edición en la que participó junto a su hijo. "Cuando cumplió los 18 años, salí con él y fue fabuloso, una gozada", enfatiza. "Fuimos a su ritmo, porque el chaval no había corrido nunca y fuimos suave, suave", añade. Aquella no fue la única, pero "ahora él va más a su aire", reconoce el donostiarra, que tiene una mejor marca personal de 1h14''

Tras un año complicado por culpa de la pandemia, "las ganas son mayores", después de la no celebración de la edición del año pasado. Tampoco le hubiera venido del todo bien su disputa por culpa de un espolón calcáneo. "Es un pincho que te sale en el hueso y casi no podía andar. Poco a poco lo fui superando con tratamiento y parece que no me molesta". Es consciente de que "para este año he entrenado bastante menos, pero ahí andamos", valora un Ander, "ilusionado" por tomar parte en una nueva edición.