- Los cazadores y el sector porcino de Euskal Herria y de España están recibiendo con cierta inquietud las noticias que llegan de Europa sobre los nuevos focos de peste porcina africana en Alemania y en Bélgica. La aparición de once ejemplares muertos en el primero de esos países ha hecho saltar todas las alarmas sobre la repercusión que pueda tener la enfermedad.

“Según las noticias que me han llegado, en la última semana se han localizado en el land de Brandeburgo los cadáveres de once jabalís muertos. Al parecer la enfermedad ha llegado a través de la frontera con Polonia, ya que la peste porcina está bastante extendida en diferentes países de Europa del Este”, según sostiene el zoólogo, doctor en Ciencias Biológicas y responsable de Aran Servicios Medioambientales, Florencio Markina.

Con la aparición de esos ejemplares infectados con el virus, tanto Alemania como el resto de países europeos han alertado de la posible extensión al resto del continente porque, como recuerda Markina, “la transmisión es muy fácil ya que se produce a través de la carne. Basta que un camionero que llega de uno de los países que tienen la peste deje los restos de un bocadillo de chorizo infectado en una papelera para que los jabalís lleguen, se lo coman y se conviertan en un foco de la enfermedad”.

Otro elemento de riesgo pueden ser los propios cazadores que han participado en actividades cinegéticas en alguno de los países en los que existe el virus, ya que pueden se portadores del mismo a través de su calzado o de su ropa. Por ello, resulta imprescindible una perfecta desinfección de todos los elementos utilizados durante la cacería, incluidos los vehículos.

Aunque, en teoría, no debiera existir ningún problema para que los humanos consumiesen carne, embutidos y otros productos porcinos procedentes de países en los que existe el virus, el problema surge cuando esos alimentos entran en contacto con cerdos y jabalís en el lugar de destino. De hecho, las consecuencias que su llegada puede tener tanto para el sector cinegético como para el porcino pueden ser devastadoras.

En el caso de Alemania, por ejemplo, Markina recuerda que “es el primer país productor de carne de cerdo en Europa y es el primer exportador a China, que es el primer consumidor del mundo, pero ante la aparición de estos casos el país asiático le ha cerrado sus fronteras”. Aunque cabe la posibilidad de que puntualmente beneficie a las exportaciones de otros países, incluidas las españolas, “a la larga seguro que trastoca todos los mercados”, añade.

Las consecuencias que puede tener para los productores de carne de porcino pueden resultar brutales, aunque por el momento no se haya detectado ningún caso en España. “Los precios de la carne de porcino descenderán porque los consumidores dejarán de comprarla y como esos precios se establecen a nivel europeo es lógico que también bajen aquí”.

Para paliar la amenaza que existía en Alemania ante la posibilidad de que los jabalís atravesasen la frontera desde Polonia, las autoridades germanas optaron por “construir una valla electrificada de 100 kilómetros de largo, aunque los expertos ya les avisaron de que no serviría para nada, como así ha sido”, señala Markina.

La medida que ha resultado más efectiva hasta el momento fue adoptada hace un par de años en la República Checa, donde optaron por establecer una zona de emergencia, en la que prácticamente se paralizaron las actividades agrícolas, forestales o cinegéticas. Además, se establecía un radio de 20 kilómetros de protección alrededor de la zona infectada donde se realizaban batidas para reducir drásticamente la densidad de las poblaciones de jabalís.

La medida proporcionó los resultados esperados y, aunque ahora parece que también será adoptada en Alemania, Markina no descarta que el virus atraviese fronteras y llegue a España. Señala que “está claro que llegará, lo que no sabemos es si lo hará en breve, dentro de un año o dentro de cinco años”, y ante esa situación “sería necesario reducir al máximo las poblaciones existentes”.

En el caso de que un cazador o cualquier otra persona se encuentre muerto algún ejemplar de jabalí, es necesario poner el hecho en conocimiento de las autoridades sanitarias correspondientes, que serán las que determinarán las causas y adoptarán de inmediato las medidas necesarias si se debiese a la peste porcina.

Por el momento, representantes de las tres diputaciones vascas han mantenido reuniones en el Instituto Vasco de Investigaciones Agrarias-Neiker, incluida la realización de un simulacro. “Partimos del supuesto de que aparecía un brote de peste porcina para determinar quién debe coordinar, actuar… Para hacer frente a este tipo de situaciones hay que estar preparado y saber quien asume las responsabilidades, porque aquí cada Diputación tiene sus competencias en materia de sanidad animal. En Euskadi será el área de Salud Pública del Gobierno Vasco quien asumirá la coordinación y la toma de decisiones”.