- Queda casi un mes para que arranque la media veda, pero los expertos que se preocupan por la salud y los cuidados de los perros que acompañan a los cazadores consideran necesario incrementar paulatinamente las atenciones y la puesta a punto para evitar disgustos que, incluso, pueden resultar fatales.

La situación en la que se encuentran los perros resulta este año, si cabe, más preocupante que en campañas anteriores. Debido al confinamiento humano, durante varias semanas los perros se han tenido que conformar, en muchos casos, con dar una pequeña vuelta en las proximidades de la vivienda familiar, lo que ha tenido consecuencias negativas en su forma física.

Además, a la estacional ausencia de acciones de caza se añade una norma de difícil encaje con la pretendida defensa animal, ya que está prohibido que los perros corran en libertad por espacios abiertos. Aunque hay quien opta por saltarse la prohibición a la torera, otros aficionados optan por entrenarlos en cotos que cuentan con zonas destinadas a ese fin.

En ese contexto, para quienes deseen contar con que el inseparable compañero de fatigas disponga de las mejores condiciones físicas para la práctica cinegética, resulta indispensable el cumplimiento de algunos consejos básicos proporcionados por la veterinaria Yurema Arbaizar, de la gasteiztarra clínica veterinaria Ariñez, y el adiestrador Víctor Esandi que desarrolla su labor profesional en el Coto Valdorba de Nafarroa.

Tanto Arbaizar como Esandi coinciden al apuntar a la alimentación como uno de los aspectos fundamentales de cara a la buena salud del perro, aunque este último subraya que, “a pesar de que existen diferentes teorías, si se le proporciona pienso de buena calidad estará bien alimentado”.

Además de coincidir en descartar de raíz la alimentación a base de piensos de marca blanca de los supermercados, ambos expertos también comparten opinión en torno a la necesidad de “proporcionar un buen pienso equilibrado y de calidad”. Y la comprobación resulta sencilla “ya que si se le proporcionan 300 gramos de alimento tiene que cagar 50 gramos y no 250 porque lo que desecha el cuerpo es aquello a lo que no se puede sacar rendimiento”. Además, debe tener “buena palatabilidad y digestibilidad”.

Para proporcionar el mejor alimento posible, ambos expertos coinciden en recomendar una lectura con atención de las especificaciones que el productor exhibirá en el etiquetado del envase, y que debe mostrar unas proporciones adecuadas de componentes como grasas, proteínas, grasas saturadas o cenizas. Si además se puede alternar la dieta periódicamente incluyendo en su alimentación arroz con carne de caballo o pollo, el perro agradecerá esas variaciones.

Un aspecto que resulta imprescindible es “que no estén ni muy gordos ni muy flacos”, tal y como recomienda Arbaizar, y para ello el adiestrador recomienda empezar incrementando poco a poco la intensidad del ejercicio que debe realizar. “Tras haber estado bastante tiempo inactivos debido al confinamiento, es necesario empezar con pequeños paseos” que se irán prolongando a medida que mejore su condición física.

La sugerencia de Esandi parte de la premisa de que los perros “son verdaderos atletas y, como cualquier deportista de élite, tiene que volver a la actividad poco a poco para evitar esguinces, desgarros musculares y otras lesiones. No podemos esperar que después de haber estado parado durante tanto tiempo lo dé todo, porque no está preparado a nivel muscular, ni de capacidad torácica…”.

Sin embargo, resulta muy importante controlar el nivel de ejercitación “porque el perro no sabe dosificarse y lo va a dar todo en todo momento. Y durante esa actividad puede sufrir un golpe de calor con consecuencias fatales”, señalan Arbaizar y Esandi.

Con el regreso a la actividad física, algunas partes de su cuerpo pueden verse afectadas como es el caso de las almohadillas de las manos y de los pies, ya que tienen que pisar terrenos muy secos que pueden producir grietas y heridas que les harán cojear. Por ello es necesario prevenir ese tipo de lesiones mediante la utilización de cremas o productos específicos que permiten reforzar esa parte de su anatomía.

Además, ambos expertos consideran necesario “cortar los pelos que tienen tanto entre los dedos de las manos y de los pies, así como los que tienen en las orejas para evitar que las espigas se enreden y entren en el cuerpo del perro, creando problemas muy graves”.

Por el contrario, la veterinaria y el adiestrador descartan cortar el pelo de la parte del lomo, que a pesar de que se ha popularizado entre algunos cazadores, es “un gran error porque expone la piel al sol y, además, impide que se creen corrientes de aire que le mantienen fresco”.

El adiestrador recomienda empezar incrementando poco a poco la intensidad del ejercicio que debe realizar el perro