donostia - Ramón Cid, exatleta y exdirector técnico de la Federación Española de Atletismo, es quien dirige ahora la trayectoria de Teresa Errandonea. El donostiarra está encantado con la progresión de su pupila: “La mejora ha sido muy grande. Detrás hay un trabajo en el que hemos acertado; no siempre tiene premio, pero en esta ocasión sí. El primer año fue un poco de adaptación al nuevo sistema, más trabajo en el gimnasio, luego modelando cosas de la técnica”.

Ramón Cid destaca que “en la alta competición un poco es mucho”: “Es un proceso que es la suma de tocar cosas técnicas, mentales y físicas, un poco de cada una y que acaban sumando. Fuerza, técnica, confianza... es un bucle que se retroalimenta y que cuando funciona es una maravilla. Estamos hablando de una mejora de tres décimas, que es lo que tardo en decir una palabra pero que en 60 metros vallas es un montón. Su marca le asoma al altísimo nivel”.

Errandonea y Cid llevan desde 2018 entrenando juntos: “Está conmigo desde hace dos años, pero hay un trabajo anterior maravilloso; no voy a ir yo de listo ahora. Venía muy bien trabajada, ha sido ajustar cosillas”. El entrenador donostiarra le ve con un gran margen de mejora: “Tiene claramente más. Ella está ilusionada. Tiene recorrido, mucho margen de mejora y me ha demostrado que es una gran competidora, lo que mejora si cabe mi optimismo. Hizo 8.00 rodeada de atletas que son de lo mejor del mundo porque las siguió. Cuanto más nivel de carrera hay, mejor para ella”.

El reto ahora es trasladar el actual estado de forma de Errandonea a la distancia de 100 metros vallas: “Es una carrera más larga y eso hay que tenerlo en cuenta. Teresa es muy buena saliendo, es muy fuerte y puede ir con la mejor del mundo a la tercera valla, pero luego hay que llegar al final. Vamos a trabajar esos metritos que nos faltan con toda la confianza del mundo”.

Además de llevar el entrenamiento de Teresa Errandonea, Ramón Cid empezó la pasada semana a trabajar con otra de las joyas del atletismo estatal, María Vicente, campeona mundial sub-18 de heptatlón en 2017 y que, a sus 20 años, tiene un brillante futuro por delante. “Cuanto menos quería estar, más tengo; yo estaba en plan Benidorm”, bromea Cid, de 65 años: “Me llamó la madre de María y me dijo que estaba en un momento un poco regular y que quería venir conmigo. También llevo a Patri Ortega (vallas), que es buenísima. La vanidad se queda satisfecha, no te voy a engañar, pero no estoy en edad de vanidades. Entreno porque me da la gana, soy libre, opino lo que quiero y hago lo que quiero. Entreno a atletas, me da igual quiénes, pido actitud, buen comportamiento, y además aquí hay un muy buen ambiente. Es un reto bonito: María y Teresa son Fórmulas Uno y si te gusta conducir...”.