Duración: 3 horas y 59 minutos.

THIEMDJOKOVIC

64%Primer servicio65%

13Puntos directos de saque9

5Dobles faltas5

57Errores no forzados57

69%Puntos ganados primer servicio76%

45%Puntos ganados segundo servicio51%

55Puntos ganadores46

29%Puntos ganados al resto36%

5/12Roturas conseguidas5/12

23/31Puntos en la red24/29

200Servicio más rápido (Km/h)200

186Media primer servicio (Km/h)188

156Media segundo servicio (Km/h)151

147Puntos totales157

donostia - Novak Djokovic ha hecho de la Rod Laver Arena el patio de su casa, su guarida particular, esa donde su instinto competitivo se afila aún más. Si Rafa Nadal ha ganado doce Roland Garros, si Roger Federer acumula ocho triunfos en Wimbledon, el serbio se llevó ayer su octavo título en el Abierto de Australia y aprieta aún más la pugna por ser el tenista con más Grand Slams de la historia, en la que ya suma 17. Además, la sufrida victoria de ayer tuvo un triple premio ya que, además, permite a Djokovic recuperar el número 1 del mundo.

Enfrente estuvo Dominic Thiem, que ya se empieza a crear un aura de perdedor en las grandes finales ya que ha cedido las tres que ha jugado. El austriaco nunca ha estado más cerca de estrenar su palmarés, dominaba por dos sets a uno y tenía a Djokovic a su merced, pero a la hora de la verdad bajó un ápice su nivel y el de Belgrado no le perdonó. Thiem ha ganado a los tres miembros de Big Three, pero en un Grand Slam y a cinco sets hay que hacerlo normalmente un par de veces. Por algo será que todavía ningún jugador nacido después de 1989 ha levantado uno de los cuatro trofeos que marcan el camino a la leyenda.

Tampoco tocaba esta vez, pese a que el austriaco está en el mejor momento de su carrera y ha hecho un torneo brillante. Había llegado a la final con seis horas más de juego que Djokovic y eso pareció notarse en el comienzo del partido en el que el balcánico arrancó con el motor a tope y pronto se hizo con una ventaja de 3-0 y el primer set cayó de su lado. Era la situación a evitar por Thiem, que reaccionó y empezó a hacer lo que ha hecho durante dos semanas en Melbourne: pegar a la bola con toda su alma. Djokovic se vio desbordado, durante un rato perdió el hilo del partido y entregó la iniciativa a su rival en la sucesión de durísimos intercambios.

Dominic Thiem se llevó los dos sets siguientes ante un Nole con dudas y crispado después de invadir de forma reprochable la silla del juez tras ser sancionado por demorar un saque. Era el momento del aspirante, muchos ya miraban a los libros de récords para ver cuándo fue la última vez que el Big Three cedió un Grand Slam. Sin embargo, la hora del relevo no había llegado y Djokovic, cuando sentía cerca la derrota, rescató su mejor arma: el resto. Así, empezó a presionar a Thiem, que cedió el cuarto set con una doble falta y cayó en el error de pensar más de la cuenta.

claras prioridades El serbio detectó las debilidades y con una rotura en el tercer juego recuperó el mando después de mucho tiempo. Su experiencia le llevó a no precipitarse y cumplió con la otra parte del juego que era asegurar su servicio. Solo cedió tres puntos con su primer saque en el quinto set y redujo su número de errores no forzados para poner el octavo Abierto de Australia en sus manos. "Los Grand Slam son mi principal objetivo, lo prioritario, por lo que sigo compitiendo y jugando toda la temporada. Intento lograr el número 1 histórico", confesó Novak Djokovic, que nunca había remontado una final grande después de ir dos sets a uno en contra.

Cualquiera diría que, según él, "hay muchas cosas en una pista de tenis que tengo que seguir mejorando. Eso me emociona y me motiva día a día con mis compromisos y mis entrenamientos. Siempre hay algo en lo que trabajar y más títulos que ganar". De nuevo al frente de la ATP tras mantenerse invicto en lo que va de 2020, que empezó con victoria en la ATP Cup, el tenista de Belgrado aseguró que el triunfo de ayer le da "tranquilidad para lo que queda de año. Pase lo que pase, ya será excelente".