Urretxu - Son dos de las sensaciones del año en las carreras de montaña. Y ambos son de la misma localidad, Urretxu. De ahí que la cita con ellos tenga lugar en la ermita de Santa Bárbara, a los pies del monte Irimo, donde tantas horas meten entrenando. Subirlo un par de veces suele ser una sesión habitual para Ainhoa Sanz (30 años), la gran irrupción del curso. En mayo ganó el Campeonato de España que se celebró en Cantabria, en octubre se impuso en la Sky Pirineu y a mediados de noviembre fue sexta en el Mundial de Carreras de Montaña que organizó la IAAF y que tuvo lugar en Villa La Angostura (Argentina). Todo eso en su primer año serio en la montaña, ya que viene del cross, donde brilló de joven. Más conocido es ya Aritz Egea (35 años), que se codea con los mejores del mundo en las prestigiosas Golden Trail Series que organiza la marca Salomon. En este 2019 ha sido sexto. Palabras mayores. Se podría decir que pertenece al reducido grupo de elite que comanda el más grande, Kilian Jornet, aunque puntualiza que al súper atleta catalán "solo se le puede seguir unos metros".

Ainhoa Sanz solía hacer alguna prueba de montaña: "La Goierriko Kopa, que son carreras populares de 20 kilómetros o menos", cuenta. Pero estaba centrada en el cross, modalidad en la que llegó a ser subcampeona de España en categoría júnior. "Tuve buenos resultados en categorías inferiores, pero en absoluta la competencia es mucho mayor. Hay gente profesional que vive de ello y es muy difícil meter el morro". Así que fue perdiendo la motivación y decidió "empezar a hacer más monte en vez de pista". "Me engañaron para hacer el Campeonato de España", dice: "Era mi primera carrera de tantos kilómetros (34), porque hasta entonces había hecho de 20 o menos". La urretxuarra llegó como una de las tapadas, ya que las demás participantes ni siquiera sospechaban su potencial: "Ni me tenían en cuenta a mí ni yo a nadie. El objetivo era llegar a meta". Y lo hizo en primera posición, eso sí, "con una buena pájara", fruto de haber comido y bebido muy poco: "Bebí medio litro de agua y comí tres trozos de membrillo. Después de la carrera me costó recuperar".

una irrupción brutal Después ganó la citada Sky Pirineu, lo que le dio pasaporte al Campeonato del Mundo que se disputaba en Argentina. Allí, con pocas referencias de las rivales y con el único objetivo de exprimirse al máximo, entró en meta en la sexta posición ante algunas de las mejores corredoras de montaña del planeta. Fue la confirmación de un potencial que ya percibió Salomon -la marca la había reclutado poco antes entre sus figuras y ya forma parte del equipo-, aunque Aritz Egea intuía desde hace tiempo que podía dar la talla, tal y como cuenta él mismo. "La irrupción de Ainhoa ya me la esperaba yo, llevo dándole la lata para que empiece en el monte un montón de años, ¿verdad?".

Ella asiente y Egea sigue contando la historia de cómo se conocieron: "Es curioso, porque yo fui entrenador de ella en deporte escolar y era brutal porque estaba al menos a la par de los niños en todos los deportes. Hacía mixto y destacaba en todo. Luego perdimos el contacto, pero le seguía en cross y sabía cómo andaba. Yo estaba convencido de que en cuanto empezara con el monte la iba a liar".

de hawaii a zegama El propio Aritz Egea también llegó a las carreras de montaña procedente de otra disciplina deportiva, en su caso los triatlones, donde llegó a un nivel muy alto. Tanto, que participó en el Ironman de Hawaii de 2010 tras hacer un buen papel unas semanas antes en Alemania -en su estreno en la distancia- y lograr la clasificación. "Soy afortunado porque en mi primer Ironman conseguí la plaza para Hawaii, que es la prueba mítica de la disciplina. Es la mejor experiencia deportiva que he tenido, es como hacer un podio en Zegama o en la Ultra Trail de MontBlanc, por citarte dos citas grandes de montaña", cuenta. Sin embargo, perdió la motivación: "Al siguiente año me quedé un poco en plan ¿Qué hago?, empecé a entrenar pero a mitad de temporada lo dejé. No tenía un objetivo claro. Igual conseguí un sueño demasiado rápido. Me acuerdo que gané un triatlón en Ondarroa y a los quince días lo dejé. Normalmente tomo las decisiones así".

El urretxuarra se echó al monte y en 2012 disputó la Zegama-Aizkorri. "Me consiguieron un dorsal y allí empezó la locura esta del trail. Fue terriblemente dura para mí porque no estaba preparado, pero no me fue mal. Y a partir de ahí Zegama ha sido mi referente. Es una carrera especial por la gente. No es la más bonita, ni la más técnica, ni la más dura. Pero es la carrera con mayúsculas, hay que hacerla al menos una vez en la vida. La gente te anima y te hace sentirte importante siendo un cualquiera. Van sobre todo a ver a Kilian Jornet, pero a mí me animan un montón. En la presentación esta última edición casi me pongo a llorar: subirme al escenario, los aplausos... fue brutal. Recibir ese trato de la gente, aún siendo mi peor carrera este año, ha sido mi mejor momento del año".

estudios, trabajo y correr Ni Aritz Egea ni Ainhoa Sanz son, pese a su alto nivel, profesionales de las carreras de montaña. El día a día de él agota: "Soy profesor en la Mondragon Unibertsitatea en la rama de electrónica y hacemos también investigación. Mi rutina es: seis de la mañana arriba, a las siete empiezo a trabajar, salgo a las cuatro, entreno más o menos hora y media, llego a casa, familia, cenar, dormir... y repetir al día siguiente". Se ríe mientras lo cuenta, consciente de la cara de susto de los que le escuchan: "Te acostumbras a este ritmo. Ganar en alguna carrera a corredores profesionales es de lo que más me puede llenar. Aunque si fuésemos profesionales, igual no seríamos mejores, ¿eh? Sí que es verdad que en agosto noto una barbaridad que subo el nivel porque puedo descansar. Tengo familia, pero entreno y descanso. Y eso es una diferencia terrible. Puedo estar un rato tripaz gora, como digo yo".

Ainhoa Sanz trabajaba de panadera cuando ganó el Campeonato de España, aunque aclara que era "algo temporal" y ahora ya no trabaja. Está estudiando "un grado de Mecanizado" y entrena también a diario: "Voy a la tarde, aunque si tengo un par de horas libres al mediodía aprovecho para ir a correr y así tengo la tarde libre para estudiar". La sexta clasificada del Mundial se reconoce "autodidacta" en los entrenamientos: "Salgo y hago lo que el cuerpo me dice. Llevo muchos años en el atletismo y me conozco. Al final te guías por sensaciones. He adaptado los entrenamientos y la manera de pensar. En el cross era un esfuerzo más corto. Ahora es más tiempo de carrera y tienes que ir adaptando el cuerpo a distancias más largas. Antes entrenaba una hora, ahora más". Y va cogiendo experiencia en las competiciones: "En el Mundial ya comí y bebí más, aunque llegué muy justa".

El entrenador de Aritz Egea es el urnietarra Jokin Lizeaga, otro corredor de elite: "El año que viene sigo con él. Es un entrenador en el que confío porque me entiende. Él corre, trabaja y tiene familia. Me pone planes que sé que puedo hacer para conciliar todo". Por cierto que la alimentación y la hidratación es algo que el urretxuarra reconoce "no entrenar apenas". "No suelo comer y beber cuando entreno salvo que haga más de dos horas y media. Otra cosa es en carrera, cuando estableces unas pautas de comer y beber y las cumplo. Si no, me olvido", explica antes de volver a esas "sensaciones" a las que se refería Ainhoa: "Yo siempre he dicho que el trail está más cerca de la bici que de correr sobre asfalto. Cuando corres en asfalto siempre vas a cuchillo, mirando el tiempo y el ritmo; en el monte eso es absurdo, tienes que ir más por sensaciones".

"Yo disfruto más en el monte que en el cross, el esfuerzo no es tan agónico", sigue el hilo la urretxuarra, que reconoce que su déficit son las bajadas: "Es lo que más me cuesta. Por eso salgo con palos, para retener el peso y guardar fuerza en las piernas para apretar arriba. Soy muy prudente, aunque supongo que será cuestión de práctica y de horas". Aritz Egea está de acuerdo a medias: "También es algo innato. Hay gente que baja muy rápido sin entrenar. Tiene un componente físico y también psicológico, lanzarte y no tener miedo. Es un poco todo. Es muy complicado aprender a bajar bien, aunque está claro que si lo entrenas lo mejoras. Cuando voy unos días a Pirineos o Alpes noto mejoría".

Si en la bajada es donde flaquean los dos atletas de Urretxu, es cuesta arriba donde se lucen. "Mi fuerte es la subida", dice Aritz. "En estas carreras vas a tope desde el principio. Hay veces que es mejor intentar seguir al de delante que quedarte atrás pensando que vas a recuperar luego". Ainhoa, por su parte, hace gala de su fuerza también "cuesta arriba": "Es en esos tramos cuando me veo con chispa". Ambos coinciden también en que no se ven por ahora en carreras de más larga distancia. "Quizás en el futuro igual hago la de 100 kilómetros del MontBlanc, pero por ahora no". "A mí me gustan estas distancias", añade Ainhoa: "No quiero hacer más largas por el tema de comer y beber. Por ahora, 42 kilómetros o menos".

las golden trail series En esta época del año toca seguir entrenando pero también es momento de planificar el año 2020. En ello están los dos atletas urretxuarras. "A la hora de hacer el calendario se solapan las carreras y hay que ser un poco selectivo. Yo más de una o dos al mes no hago porque en una semana no puedes recuperar bien", comenta Ainhoa Sanz, que, eso sí, hará su debut en las Golden Trail Series como atleta Salomon -marca que es patrocinador principal de este circuito-. "Aún no he cerrado cuáles voy a hacer, pero Zegama seguro y la Sierre-Zinal yo creo que también", comenta. En total son siete citas, todas ellas míticas dentro del trail: las citadas Zegama y Sierre-Zinal (Suiza), además de Mont-Blanc (Francia), Dolomyths Run (Italia), Pikes Peak (Estados Unidos), Ring of Steall (Escocia) y Villa la Angostura (Argentina), que pondrá punto final al curso en 2020.

"Yo haré las Golden Trail Series", comenta Aritz Egea: "Ahí están los mejores y eso me motiva, porque no sé si el siguiente será mi último año a este nivel o aguantaré dos o tres más. Al final hay mucha variedad de carreras de montaña por todo el mundo, pero las Golden Trail Series engloban algunas de las más míticas y trata de aglutinar a los mejores corredores. También mueve algo de dinero. Este año a los diez que nos clasificamos para la final en Nepal nos dieron 5.000 euros. El año que viene será el doble. Eso es una motivación, pero también el hecho de medirte con los mejores".

Ambos tienen la Zegama entre ceja y ceja, Aritz porque es la prueba que más le gusta y quiere resarcirse del puesto 46 en el que entró en meta la última edición, y Ainhoa porque está deseando estrenarse. "Me dan miedo esos pasillos de gente porque me voy a venir muy arriba", se ríe. La cita será el 24 de mayo y supondrá su estreno en las Golden Trail Series bajo el paraguas de Salomon. "Al final estar en un equipo así me beneficia porque te ayuda económicamente con material, viajes e inscripciones". Para Aritz es un "orgullo" que su vecina esté en el equipo. Ambos anuncian un 2020 al más alto nivel. Urretxu y Gipuzkoa estarán bien representadas en el circuito de trail más prestigioso del mundo. l