donostia - El técnico nacido en Madrid (4 de diciembre de 1975) aunque aragonés de adopción ha colocado al Bilbao Basket en cuarta posición con un balance de siete triunfos y dos derrotas tras nueve jornadas, dejando su sello de trabajador y exprimidor de recursos. Insiste en que no cambió “Gipuzkoa por Bilbao”, sino que su proyecto en el GBC acabó y que entre las ofertas que tuvo eligió la del club vizcaino. Desea “lo mejor” al club en el que hizo historia, al que agradece la “oportunidad” que le dio cuando confió en él en el verano de 2011.
No le pueden ir mejor las cosas en Bilbao.
-En cuanto a resultados estamos muy contentos. Quizás en el último partido el juego no fue como queríamos, pero los problemas físicos de algunos jugadores nos están haciendo un poco de daño en cuanto a energía. Pero estamos contentos.
Fue un verano muy convulso. ¿Se ha normalizado la situación?
-En cuanto al trabajo del equipo desde que empezó al pretemporada, todo va perfecto. El club está cumpliendo con todo lo que dijo que iba a hacer y el seguimiento del nuevo grupo directivo es muy bueno, con atención permanente hacia nosotros. Están luchando para superar la situación que han cogido, ellos se han comprometido y lo están haciendo con una profesionalidad muy grande. Y sobre todo no fallando en nada de lo relativo a su gestión.
¿Qué piensa el 17 de julio cuando la ACB anuncia que excluye al Bilbao Basket?
-Cuando acabó la pasada temporada, tuve la suerte de tener dos o tres ofertas y elegí la que menos entendió la gente por las dificultades que estaba atravesando el club. Toda esa gente que te pregunta por qué eliges Bilbao Basket teniendo opciones mejores y más estables, imagínate lo que te dice cuando excluyen a Bilbao. Es una notica difícil de encajar, pero desde el club me dicen que van a luchar hasta el final y, como he dado mi palabra, la cumplo.
El 8 de agosto readmiten al equipo. Me imagino que respira tranquilo cuando conoce la noticia.
-Sí, sí. Tenía confianza porque soy una persona muy positiva, pero las cosas estaban muy mal. Yo estaba con la selección en ese momento e intentaba abstraerme, pero fue una alegría grande, primero porque podía entrenar y luego porque podíamos poner en marcha el proyecto.
Llegar tarde a la pretemporada parecía un handicap, pero ya quedó superado.
-No lo había hecho nunca. Cuando excluyen al Bilbao Basket de la ACB no tenía equipo y en la Federación me dan la oportunidad de ir a la absoluta, no se podía dejar escapar por el aprendizaje y el club me permite ir. Es verdad que las personas que yo tenía aquí, Óscar Lata en este caso (el segundo entrenador), me conoce a la perfección y sabía que el equipo iba a estar bien cuando llegara, sobre todo a nivel físico, que es básicamente lo que buscábamos.
Pese a las dificultades económicas, la plantilla no es barata.
-Eso depende del club en el que estás. Esta plantilla es súper barata para Bilbao Basket comparado con los últimos años. Hemos respetado los contratos de Bertans, Hervelle, Raúl López y Mumbrú y luego hemos buscado cesiones como Dejan y Marko Todorovic, que no son caras, y apuestas por jugadores como Ethan Wragge o Tobias Borg, sin experiencia ACB, tipo Winchester o Hanley en su momento.
¿Teme que vuelva a haber tensiones económicas?
-No creo. Aquí todo va en orden de momento. Estamos cerca de acabar 2015 y hay una demostración de que las cosas se llevan bien. Obviamente, el club sabe que cualquier problema puntual después de todo lo que ha pasado sería un paso atrás muy grande. No creo que suceda.
Firmó por tres temporadas.
-En realidad, 2+1. Lo que me han transmitido en el club es que, más allá de unos resultados, quieren una identidad, una formación de jugadores jóvenes, una trabajo con la cantera... esa serie de cosas llevan su tiempo y me hacen decidirme por el Bilbao Basket porque forman parte de mi ADN. Estoy intentando dar al club una identidad propia.
Tenía vinculación con Bizkaia por su campus.
-Llevamos 30 años organizando el campus y desde hace 20 Bizkaia y en los últimos tres Gipuzkoa han sido parte fundamental. Tenía relación con la antigua BBK, un acuerdo en cuanto sus actividades de verano, y anualmente vienen una media de 85 o 90 años vizcainos al campus.
Su fama de madrugador y trabajador ha llegado a Bilbao. Antes abrían el pabellón a las nueve y ahora, a las ocho.
-Es algo que agradecemos. Creo que es importante aprovechar el tiempo lo máximo posible. Se puede hacer en tu casa, pero una vez que estamos todos en el pabellón es más fácil trabajar y comunicarse. Hay que estar atento a los detalles. La gente de Miribilla nos trata genial.
Fue el ayudante de Orenga en el último Mundial con España. ¿Se ve en la quiniela de aspirantes al puesto de seleccionador absoluto?
-No me lo planteo. Formo parte del grupo de trabajo de la Federación Española y estoy contento de estar ahí. Un año estás en la sub’17, otro de ayudante en la absoluta y otros no estás. A la espera de que me digan lo que quieren, por ahora la norma no dejaría a un técnico de la ACB coger la selección.
Hablemos de su adiós a Donostia. Algunos aficionados aún no entienden su marcha a Bilbao.
-Todo es comprensible, claro que he sentido eso y hay gente que me lo ha expresado también. No he cambiado Gipuzkoa por Bilbao. Acabé un proyecto en el Gipuzkoa Basket, al que estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio. He vivido en tres años unas experiencias positivas grandes y unas negativas de aprendizaje increíbles. Me decidí por Bilbao como podían haber sido otros cuyos nombres no voy a dar por respeto. También elegí Bilbao por seguir viviendo en el País Vasco. Y por mi hija. Ella sigue en Barcelona y las conexiones en avión de Bilbao a Barcelona son muy buenas. Estoy encantado de seguir en el País Vasco. Voy por el proyecto, cuanto todo el mundo dice que no, yo digo que sí. No por llevar la contraria, sino para demostrar que se puede hacer.
Con otro contexto económico en Gipuzkoa, ¿se hubiera quedado?
-No lo sé. Ya he demostrado que el tema económico no es lo que me mueve. Otra cosa que agradezco a Gipuzkoa Basket, y en concreto a Álvaro Bilbao, es cuando me dio la oportunidad de salir al saber que teníamos menos dinero y que no podíamos competir en Europa tras mi primer año ahí. Me quedé por la rabia que tenía y porque quería luchar. Si hubiéramos tenido un mayor reconocimiento, no sé qué habría pasado. Soy positivo pero realista, y lo que yo podía ofrecer al Gipuzkoa Basket ya había terminado. Me queda la amistad de mucha gente.
¿Algún momento concreto?
-Un montón. En la primera temporada el partido de Murcia, que significó la Copa; el del Madrid, que fue un partido épico, y en el que ganamos después del fallecimiento del padre de Julen Olaizola. En el segundo año la derrota contra el Barcelona, cuando ya estábamos descendidos y caímos por un triple al final, y el del Valencia, con el accidente de Miguel Santos reciente. Del tercer año me guardo todos los partidos, es el equipo que más ha entendido cómo tenía que jugar y luchar con el momento económico del club y la idiosincrasia de Gipuzkoa.
Se podría decir que este derbi llega en buen momento tanto para el Bilbao Basket como para el GBC.
-Creo que no. Está mejor el Gipuzkoa Basket ahora. Igual no podemos contar con Mumbrú, Hervelle y Bertans. Creo que eso no debilita el nivel competitivo, pero sí nuestra energía. El GBC está en ascensión, ha pasado por problemas físicos y ahora es un equipo compacto y competitivo, lo demostró en Gran Canaria. Aunque voy a ir a ganar como sea, en este momento el GBC es un rival muy complicado.
Ya tienen siete victorias. Me imagino que con la Copa en mente.
-Es verdad que son muchas victorias, aunque queda camino. Pensamos más en cómo reaccionar a las bajas y cómo podemos competir o no perder nuestra identidad, que ya decayó contra Estudiantes.
Quiso contar con David Doblas en Bilbao.
-Sí. Es el jugador por el que más insistencia mostré, el que me parecía más importante, porque David entiende muy bien mi juego y tener un pívot que ya te conoce es más fácil, pero entendí su posición. Tiene un sentimiento muy grande con Gipuzkoa, es un jugador que podría salir pero quiere seguir en Donostia.
Jaume Ponsarnau ha heredado un equipo desmantelado y un presupuesto a la baja. ¿Le recuerda a la situación que vivió usted tras su primer años?
-Sí, pero el club lo ha solucionado trabajando bien. Quizás las mayores dificultades estaban en los bases después de tanto tiempo con Salgado y Neto, pero Franch ya conoce la ACB y Jordan está demostrando ser un jugador de mucho nivel, al menos para mí. Ha cambiado bien las piezas, han traído a Grimau y Dani Díez, ganando en experiencia y potencia física. Y Dean es parecido a Robinson, y defiende de maravilla. Y los que siguen. Ellos saben que soy muy competidor y no quiero que consigan nada que no he conseguido yo, pero lo primero que miro tras cada partido es lo que ha hecho el GBC. Le deseo lo mejor.