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Demasiados contratiempos

el gbc, sin dani díez y hanley, este último lesionado en el minuto diez, se queda sin recursos ante el baskonia y pierde el derbi con claridad (79-62)

Demasiados contratiempos

donostia - El Gipuzkoa Basket no termina de arrancar. En parte porque tiene carencias aún demasiado evidentes -como sus problemas para anotar o los bajones de juego cuando comienzan las rotaciones- y en parte porque los contratiempos, lejos de disminuir, continúan e incluso aumentan, convirtiendo este inicio de temporada en una agonía que no cesa. El conjunto de Jaume Ponsarnau afrontaba el derbi de ayer en Vitoria ante un Laboral Kutxa en crisis sin Dani Díez, uno de sus mejores jugadores, debido a un edema óseo en el pie que le ha hecho perderse ya tres jornadas y, por si eso fuera poco, perdió a Will Hanley en la última jugada del primer cuarto, cuando se torció el tobillo justo después de poner el 15-20 en el marcador.

En ese momento, en el minuto diez, el GBC dominaba el partido. El conjunto guipuzcoano tenía las ideas muy claras. Una defensa fuerte y balones en ataque para Doblas y Hanley, que respondieron anotando catorce puntos entre ambos en diez minutos. Enfrente, el Baskonia ofrecía una preocupante imagen, parecida a la del pasado jueves en Euroliga frente al Estrella Roja, el choque que supuso el fin de la etapa de Marco Crespi en el banquillo vitoriano. Pero cuando Hanley enfiló el banquillo cojeando, la satisfacción por el buen primer cuarto guipuzcoano dio paso a la preocupación. El tobillo del ala-pívot irlandés se había torcido y también el partido para el GBC. Con el jugador más en forma del equipo fuera de juego, iba a ser difícil mantener el ritmo y el nivel de juego del primer acto. Era el turno de Iarochevitch, Huskic y Olaizola, los relevos en el juego interior, pero ninguno de ellos respondió. Los dos últimos confirman partido tras partido que no son un relevo de garantías. Más esperanzas hay puestas en el belga, pero tampoco estuvo fino ayer, aunque acaba de superar una apendicitis. Habrá que darle tiempo porque su aportación a lo largo de la temporada se antoja muy necesaria.

Pese a la citada ausencia de Hanley, el GBC mantuvo el control del partido hasta el descanso, momento en el que aún marchaba por delante en el marcador (36-37). A ello contribuyeron Jordan y Taquan Dean, que asumieron la responsabilidad ofensiva junto con Franch, que ofreció sus habituales chispazos ofensivos. Eso sí, sin continuidad. Como el resto del equipo. Esa ventaja en el marcador al descanso duró muy poco y el Laboral Kutxa logró un parcial de 10-0 en la reanudación que cambió totalmente la cara al partido. Del 36-37 se había pasado al 46-37 en apenas tres minutos.

Las bajas de Dani Díez y Hanley, muy importantes en una plantilla con tan poco fondo de armario como la del Gipuzkoa Basket, no esconden, de todas maneras, el irregular rendimiento de otros jugadores que deberían ser referencias y que no pueden tener un comportamiento tan irregular durante los 40 minutos. El conjunto de Ponsarnau se quedó en 62 puntos, una cifra que empieza a ser demasiado habitual. De hecho, su promedio de toda la temporada es de 64,2 puntos. No es casualidad después de ocho jornadas. El GBC tiene muchísimos problemas para anotar y si no logra alcanzar al menos los 70 tantos no ganará muchos partidos, por mucho que defienda muy bien, cosa que ayer solo sucedió a ratos.

Doblas se quedó como único argumento ofensivo. Parecía que el pívot estaba solo en ataque, donde nadie, salvo Franch con alguna jugada aislada, parecía capaz de romper el entramado defensivo baskonista. La dupla Jordan-Dean no acaba de arrancar. La pareja de extranjeros en un club modesto como es el GBC debe marcar diferencias, algo que no está sucediendo por el momento. Jordan volvió a ser otra vez ese jugador que apenas mira a canasta, que se limita a dirigir y asistir. Algo que por cierto hace muy bien, pero este equipo anota muy poco y necesita sus puntos. Peor es lo de Taquan Dean. En vez de ir a mejor, su rendimiento parece decaer con el paso de las jornadas. Ayer se quedó en nueve puntos con un 4/12 en tiros de campo. Sus porcentajes son muy flojos y encima perdió cuatro balones. Tuvo un -3 de valoración y con él en cancha el equipo tuvo un parcial de -21. Preocupante. Tampoco estuvieron mucho mejor Jordi Grimau y Motos, aunque en el caso del guipuzcoano ya se sabe que el ataque no es su punto fuerte.

Con tan pocos argumentos en ataque, el Laboral Kutxa dominó el partido tras el descanso con mucha comodidad, primero manteniendo la ventaja al término del tercer cuarto (55-45) y luego aumentándola con facilidad en el último hasta el 79-62 final mientras los jugadores del GBC mostraban su impotencia un ataque tras otro. La progresión mostrada contra el Andorra no se confirmó ayer y los de Ponsarnau deben dar un paso adelante cuanto antes. A ver si pueden contar para ello con Dani Díez y Hanley.