Xabi entra en la historia
Alonso será el domingo el primer guipuzcoano en jugar la final de un mundialSu primer entrenador, Javier García, relata los pasos del tolosarra en los inicios de su carrera, en el Antiguoko
Donostia. Xabi Alonso se convertirá el próximo domingo en el primer futbolista guipuzcoano en disputar una final de un Mundial. El palmarés del tolosarra, más allá de los gustos personales de cada uno, le coloca como el mejor jugador de la historia en el territorio, gracias a una carrera a la que, además, aún le restan muchos kilómetros por delante. Alonso es tolosarra, vivió los primeros años de su vida en Barcelona (su padre Perico jugaba en el conjunto culé) y posteriormente se trasladó con toda su familia a Donostia. En la capital guipuzcoana comenzó a forjarse una trayectoria fructífera como pocas.
Alonso dio sus primeros pasos en lo deportivo, como la mayoría de los niños residentes en Donostia, jugando a fútbol playero en La Concha. El actual centrocampista de la selección española militaba en el equipo de la ikastola Ekintza, desde el que dio el salto al Antiguoko. En el club celeste ingresó en el equipo benjamín, entrenado por Javier García, Pitu, todavía directivo de la entidad, quien relata para NOTICIAS DE GIPUZKOA cómo era entonces el tolosarra: "Un calco del Xabi de hoy en día. La calidad siempre la tuvo, y desde un principio le puse a jugar de mediocentro. Ahí sigue", explica García, quien ya por entonces tenía claro que Alonso triunfaría. "Hombre, una final de un Mundial son palabras mayores... Pero estaba claro que iba a llegar a Primera División. Si éste o Arteta no salían, es que algo había funcionado mal", asegura el primer técnico de Xabi Alonso en el Antiguoko.
los piques con arteta García también cita en esos recuerdos a Mikel Arteta, actual jugador del Everton, quien, pese a ser un año menor que Xabi, enseguida pasó a compartir equipo con el tolosarra. "Eran los dos súper competitivos. Recuerdo que en los entrenamientos tenía que ponerles en equipos separados, porque si jugaban el uno contra el otro enseguida se picaban, y saltaban chispas. Xabi rascaba bastante, igual que ahora", indica Pitu, que siguió entrenando a Alonso en alevines, infantiles y durante el primer año en cadetes.
Fue precisamente en esta última temporada, en cadetes, cuando Javier García recuerda que tuvo que dar a Xabi "un par de toques de atención". "En aquel equipo jugaban Aduriz, David Careaga, Xabi... Andaban sobrados en la categoría, Segunda Cadete, y en los entrenamientos él a veces no se empleaba al máximo. Tuvimos dos reuniones a solas, en las que le vine a decir que tenía todas las condiciones para triunfar, pero que había que ponerse las pilas. Xabi había sido titular toda la temporada, pero recuerdo que en la final le dejé en el banquillo, y para jugar en su puesto subí a un infantil, Imanol Arregi. Ganamos 7-1 al Aloña Mendi, en Segura, y Alonso jugó la segunda parte. Quise picarle un poco. Cuando hablaba con él, me miraba y asentía. Era tímido, un fenómeno también como persona, igual que ahora. En el fondo, era lógico que se acomodara. Aquella categoría le venía muy, muy pequeña".
convenio con el athletic Tras toda una infancia y una adolescencia en el Antiguoko, Xabi Alonso fichó por la Real cuando aún le restaba un año de edad juvenil, justo tras aquella mágica Copa del Rey en la que los celestes apearon a Celta y Valencia, y fueron eliminados por el Real Madrid en semifinales. El Antiguoko aún estaba convenido con el Athletic. "Todavía guardo una misiva en la que nos prohibían dar la carta de libertad al jugador, porque contaban con él. Nosotros, jugándonos el convenio, sí que se la dimos. No queríamos cortar su trayectoria, y además se quería ir a la Real. Fichó junto a su hermano Mikel para jugar en el Sanse", finaliza Javier García.
En el filial txuri-urdin, al que llegó avalado por López Ufarte, fue entrenado por Salva Iriarte. Tras una primera campaña como potrillo, en la que Clemente le hizo debutar con el primer equipo, se fue cedido al Eibar de Ziarreta, donde sólo duró media temporada. Toshack le repescó en diciembre para resultar clave en la permanencia. Fue entonces cuando Xabi se hizo con un hueco en el panorama futbolístico, un hueco que hoy conserva multiplicado por diez.