Donostia. La segunda experiencia del técnico segoviano en la ACB está siendo mucho más positiva, ya que va a llevar al Valladolid a la permanencia pese a haber perdido los últimos ocho partidos. Sin embargo, de forma sorprendente, admite que lo más probable es que no continúe al frente del club vallisoletano. Eso sí, antes quiere cerrar la campaña con algún triunfo más, a poder ser ante un Lagun Aro al que sigue de cerca: "Tiene una muy buena plantilla. Estoy orgulloso del trabajo de Uriz y Doblas"
El domingo sellarán la salvación si derrotan al Lagun Aro. ¿Cómo llega el Valladolid a la cita?
Venimos de una racha de derrotas importante, pero no de juego porque el equipo está jugando a buen nivel, sino de resultados. Para nosotros es partido de compromiso con la afición, es cuestión de devolverle todo lo que nos ha apoyado durante la temporada con un buen partido y una victoria. Sabemos que puede ser un día importante.
El partido va a ser una fiesta, porque entre sus seguidores y los 600 que van de Donostia las gradas van a estar llenas.
Lo más espectacular a nivel de afición es lo que arrastra el Gipuzkoa Basket, no es nada sencillo llevar 600 personas a un partido que no sea una eliminatoria de ascenso o algo así. Ahí se ve que el club sigue progresando. Nosotros, por nuestra parte, tenemos unos seguidores fieles, suelen venir en torno a seis mil cada partido.
Aunque pierdan, su continuidad en la ACB está prácticamente garantizada. ¿Cuál es su valoración de la temporada?
Estamos contentos porque hemos sido capaces de llegar al final con tranquilidad pese a esa racha de ocho derrotas. Hasta que no se confirme la salvación no la vamos a dar por hecha, pero tenemos muchas posibilidades, depende de nosotros y, si ganamos, lo celebraremos porque seguimos en la ACB.
Desde principio de temporada ha tenido el problema de los cupos y el de los retrasos en el pago a los jugadores. ¿Cómo ha lidiado con estos inconvenientes?
No ha sido fácil convivir con esto. Los que más mérito tienen en esta historia son los jugadores, que pueden buscarlo como excusa, pero aquí no se han buscado peros. Los chavales han sido un ejemplo de ambición y hambre de ganar, algunos han crecido mucho este año.
Las cinco victorias consecutivas logradas en enero han supuesto media permanencia para ustedes.
Teníamos esa época marcada en el calendario, porque ese mes jugábamos contra Murcia, Alicante y Xacobeo. Les dije a mis jugadores que debíamos jugar esas jornadas como si fueran la 31, 32 y 33 de la liga. Los jugadores dieron ese paso de calidad y jugaron como si fueran finales. Estoy satisfecho con su respuesta.
Llegaron a entrar en puestos de "play-off", pero luego comenzó esa racha de ocho derrotas seguidas a la que aún no han puesto fin.
En los primeros partidos de esa racha entramos al último cuarto con opciones de victoria, pero hay un detonante claro ahí: el elogio debilita. Somos un equipo de gladiadores, de trabajadores, y en ese momento nos pensamos buenos. Esto nos hizo mella y ahora estamos volviendo a nuestro ser. Las cosas hay que demostrarlas, hay que saber dónde estás y currar mucho para conseguir tus objetivos.
Mantuvo a muchos de los jugadores con los que subió a la LEB y, además, fichó a más jugadores provenientes de la LEB. La apuesta era de mucho riesgo.
Sí, eso lo teníamos todos muy claro en el club. Tenemos el presupuesto que tenemos, un poco superior al del año pasado. Fichamos a gente de LEB y un americano, Brian Chase, que no conocía la ACB, porque no teníamos más dinero.
Hablemos de su ex equipo y rival este domingo. ¿Le impresionó la victoria del Lagun Aro ante el Barça?
Jugaron muy bien, hicieron las cosas con criterio y estuvieron acertados en momentos puntuales. Ahora están crecidos, se encuentran en un buen momento de juego. Más que impresionarme la victoria, me parece que los jugadores sacaron su potencial. Me parece que el Lagun Aro tiene una muy buena plantilla.
¿Cree que el Lagun Aro debería estar más arriba?
Hay ciertos resultados contra equipos de abajo que les han quitado las opciones de estar más arriba, pero no puedo opinar mucho más porque para hacerlo hay que estar dentro.
El Lagun Aro también pasó una racha negativa, en su caso de siete derrotas consecutivas.
Son rachas lógicas a nuestro nivel. Lo que hay que intentar es que te afecte lo menos posible y que no te haga perder la perspectiva en los partidos que debes dar la cara, contra los equipos de tu liga.
Uriz y Doblas se están convirtiendo en protagonistas en el GBC. Usted los conoce bien, ¿esperaba una progresión así?
Cuando yo estaba allí, para mí Uriz y Doblas eran jugadores que merecían estar en ACB. Encima ahora tiran del carro con jugadores importantes al lado como Panko o Barbour. Que sean capaces de hacerlo es un orgullo para mí, pero sobre todo una recompensa a su trabajo, porque Laso no les regala minutos.
¿Piensa que Uriz puede ser un base titular en ACB de cara a las próximas temporadas?
Eso lo va a decidir él mismo, no el entrenador que tenga. Si se acomoda, esa posibilidad no va a existir. Si quiere serlo, lo tendrá que demostrar él, porque nadie le va a regalar nada. Yo creo que puede serlo.
Usted llegó a un club recién descendido, me imagino que con una afición desencantada. ¿Cuál es el ambiente baloncestístico que se vive ahora en Valladolid?
Llegamos con una afición dolida, pero ahora le hemos dado la vuelta y se siente identificada con el grupo de personas que están en la pista. Nuestros seguidores saben que nos entregamos y somos honestos.
¿Seguirá en Valladolid?
Es difícil que siga, porque soy una persona un poco rara que creo que cumplo etapas y que cuando lo hago debo cambiar. Aún no he decidido nada seguro, pero el día a día en el club es difícil. He sido profeta en mi tierra y es mejor salir por la puerta grande que luego te echen por la pequeña.
Hace ya tres años que se fue de Donostia. ¿Qué se guarda para sí de su intensa experiencia al frente del GBC?
Me hizo ser mejor entrenador a pesar del último sentimiento de decepción, de no hacer bien las cosas, de ciertas decisiones confundidas. Me hizo reflexionar en el año que tuve libre después.
¿Qué conclusiones sacó?
Me hizo aprender qué cosas son importantes y cuáles no, a tomar decisiones consecuentes, y no a veces decisiones que puedan alterar la dinámica del equipo. Uno tiene sus ideas y no son siempre acertadas. Hay que saber escuchar, dialogar y rectificar.
¿El descenso era un peaje inevitable para un club tan joven?
Fue un problema sobre todo mío. Soy el máximo responsable de aquello, mi implicación con el club no me hacia ver cosas del equipo, de cambios que había que hacer. Me sentí dolido conmigo mismo, por no haber sido capaz de decidir por encima de sentimientos y cabezonerías. Hay que decidir con criterio y no en base al sentimiento.
¿Qué espera del futuro? ¿Qué ambición tiene como entrenador?
Yo entreno igual en cualquier lado, sea LEB o ACB. Mi único sueño o ambición es entrenar a la selección, algo que no voy a lograr en un 99,9%. Por algo es un sueño.