Eduardo Chillida, o más bien su obra, pueden ser valedoras en el próximo mes de julio de un Premio Eisner, el galardón más ansiado en la industria del cómic. La culpa de ello la tiene el dibujante Álvaro Martínez Bueno, quien se ha inspirado en el legado del escultor guipuzcoano para ilustrar The Nice House on the Lake, la historia de terror escrita por James Tynion IV que ha sido nominada en la categoría de mejor serie nueva y que le ha abierto las puertas a jugar con nuevos personajes y escenarios tras varios años dando vida al mismísimo Batman.

Martínez Bueno recibió la noticia de que había sido nominado a un Premio Eisner en pleno vuelo a Miami. "Ha sido uno de los momentazos más importantes de mi carrera", cuenta a este periódico este dibujante de Torrelavega (Cantabria) desde su casa en Donostia, donde lleva afincado cinco años y donde se recupera del covid. A pesar de los habladurías de sus compañeros de profesión, que le situaban como un posible candidato a los galardones, confiesa que él, en su foro interno, pensaba que la nominación "era algo imposible", por lo que recibió la notificación "con mucha sorpresa".

Desde 2013, el cántabro ha trabajado con los principales superhéroes de Marvel, primero, y los de DC Comics, después, llegando a estar ligado a una de las principales cabeceras de Batman, Detective Cómics. En este título coincidió con el guionista James Tynion IV, quien le invitó a seguir trabajando junto a él en una nueva historia propia con tintes de terror, la mencionada The Nice House on the Lake. "Cuando empezamos con ella no teníamos ningún tipo de expectativa. Era crear una historia de cero, sin ningún tipo de referentes, buscando que la gente se acercase a ella por el interés en la historia y en los dibujos", explica, añadiendo que la respuesta les ha sobrepasado a los dos.

"La serie, antes de la nominación, ya me había dado mucho. Ha funcionado muy bien tanto por crítica como comercialmente, lo que ha cambiado mi posición en la industria. Yo estaba asociado a superhéroes y ahora puedo estar también identificado con obras más de autor", confiesa, asegurando que, aunque la posibilidad de dibujar a un personaje tan ilustre como el hombre murciélago parte de un anhelo emocional, "haber podido crear algo propio que ha conectado con la gente es mucho más adictivo".

En este proceso creativo ha jugado un papel fundamental la ciudad a la que se mudó hace un lustro. "En realidad, ha sido algo más natural de lo que cabría esperar. La historia requería unos tótems de aspecto humanoide y tras investigar diferentes referencias, se me encendió la bombilla de Chillida", cuenta. Así, Martínez Bueno se ha inspirado en diferentes obras del escultor vasco para crear los escenarios de la serie, a pesar de que ni su guionista ni el editor de la cabecera sabían quién era el artista donostiarra. "Cuando lo propuse no lo conocían. Creo que a nivel global es una referencia que no se va a pillar, pero estoy muy orgulloso de ella porque, de alguna manera, es un homenaje hacia él", agrega.

Quien sí que ha caído en la referencia es la familia del escultor, algo que en un principio asustaba al dibujante ente el temor de ser acusado de plagio, pero que, en cambio, ha sido visto con muy buenos ojos desde Chillida Leku. Uno de los tebeos de la serie, incluso, forma parte de su biblioteca.

Competencia grande

Entre el 21 y el 24 de julio, durante la Convención Internacional del Cómic de San Diego, en California, Martínez Bueno sabrá si es ganador o no del premio Eisner. No será fácil, ya que como él mismo apunta, la competencia es grande. "Por desgracia, me he leído el resto de nominados", dice entre risas, alabando la gran calidad de los demás trabajos, entre los que destaca un nombre propio, el de Tom King, uno de los mayores guionistas de cómics de la actualidad, nominado junto a Greg Smallwood por The Human Target. "Espero que, como ya lleva varios premios, la gente no piense en él", apunta riendo.

No obstante, haya premio Eisner o no, Martínez Bueno ya se muestra más que agradecido por todo lo que le está dando The Nice House on the Lake y confía en que, más que abrirle las puertas a nuevos proyectos en la industria, la nominación les permita crear una serie longeva de un título que en un primer momento no sabían cómo iba a funcionar. "En esta industria la situación es tan poco segura que nunca sabes qué va a pasar. En el plan inicial contábamos con un máximo de doce números en el mejor de los casos, pero también había un plan de seis por si nos cancelaban antes. Sin embargo, la respuesta del primer número lo cambió todo", afirma.

El dibujante se encuentra inmerso en el último cuarto del último número -"Es lo que ahora me quita el sueño", confiesa-, por lo que, por el momento, no quiere pensar en nuevos títulos o en seguir ampliando la serie. "En un mundo ideal, las colecciones estarían listas antes de que saliese el primer número, pero en la realidad nunca es así", apunta, confesando que lo más duro son las fechas de entrega. Por eso, el dibujante se centra en rematar de la mejor de las maneras la historia y luego seguir disfrutando de la respuesta del público y de la crítica. "Es lo más gratificante a lo que podemos aspirar", concluye.