l barrio San Gregorio de Ataun esconde el molino de Larrauntza, un edificio ancestral cuyas primeras referencias se remontan al siglo XV y declarado Conjunto Monumental por el Gobierno Vasco en 2003. Con el agua que pasaba por allí se construyó, un poco más abajo, en 1667, el molino de Errotatxo, que a finales del siglo XIX se convirtió en uno de los pocos molinos de Euskadi con cuya piedra se molía cacao para hacer chocolate.

En Igartubeiti (Ezkio-Itsaso), el caserío del siglo XVI es un exponente único del patrimonio cultural vasco con su lagar de madera utilizado para la elaboración de sidra.

Gabiria cuenta con el único molino actualmente en funcionamiento: Igeribar, cuya existencia se remonta a 1544.

El monte Andatza, en Usurbil, cuenta en sus terrenos con 25 canteras y más de 150 muelas que son un exponente de la forma de vida que durante siglos se gestó en el municipio en torno a la molinología.

Zegama cuenta con el único molino de cerámica que existe en Gipuzkoa. Fue construido a principios del siglo XX por un alfarero de la localidad para batir la arcilla y moler barnices.

Estas son solo algunas de las anécdotas que ocultan las decenas de molinos existentes en Gipuzkoa. De hecho, hace 40 años, Antxon Aguirre Sorondo inventarió hasta 600 en su Tratado de Molinología, aunque no todos han perdurado hasta nuestros días.

Con el objetivo de poner en valor estos elementos patrimoniales y acercarlos al público, la asociación Ihurrita errota, el museo San Telmo de Donostia, la Diputación de Gipuzkoa y diversas asociaciones, municipios y agentes del territorio han organizado para este fin de semana el primer Día de los Molinos de Gipuzkoa.

“Los molinos forman parte de nuestro patrimonio histórico, tecnológico, antropológico y etnográficos. A lo largo de muchos siglos han tenido una gran importancia en el desarrollo social, económico e industrial de Gipuzkoa. Constituyen una de las expresiones más significativas de la organización del territorio y de la actividad humana, un patrimonio revelador que habla de las relaciones del ser humano con su entorno y de las formas de vivir de pasado que forman parte de nuestra cultura y de nuestra historia”, destacan los organizadores de la jornada.

Para celebrarlo, los organizadores plantean más de 40 actividades, dirigidas a todos los públicos entre las que se encuentran conferencias, visitas guiadas, talleres infantiles y familiares, marchas, romerías, días de puertas abiertas, entre otros, en las localidades de Aia, Altzo, Amezketa, Antzuola, Arama, Asteasu, Ataun, Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Beizama, Bergara, Deba, Donostia, Eibar, Errenteria, Eskoriatza, Ezkio-Itsaso, Gabiria, Irun, Larraul, Legazpi, Mutiloa, Oiartzun, Oñati, Ormaiztegi, Tolosa, Usurbil, Zaldibia, Zegama, Zerain, Zizurkil y Zumaia.

Aunque el grueso de las actividades tendrán lugar este fin de semana (sobre todo el domingo 8), habrá también acciones organizadas el resto de fines de semana del mes de mayo. El programa completo de actividades puede consultarse en la página web de Donostia Kultura.