Izaro confesó en su entrevista a este periódico que la voz de Eñaut Elorrieta era la que más veces había escuchado durante su adolescencia, por lo que era un sueño para ella cantar el tema París con él. "Cuando creas una canción no eres consciente de que se puede convertir en la banda sonora de mucha gente, así que cuando alguien te comenta algo así, es una alegría", asegura el músico, que se declara fan del tema original con el que ha colaborado. "Coincidimos en el aniversario del Kursaal y a los pocos días salió publicado el tema, así que le escribí diciéndole que me gustaba mucho y empezó la historia de esta adaptación", revela.

Tras decidir que el tema musicalmente iba a ser prácticamente igual, ambos empezaron a probar con sus voces hasta dar con la tecla exacta. "Fue muy sencillo. Lo más bonito de esta profesión es compartir vivencias con gente con la misma pasión", observa, al tiempo que apunta que la cantautora y él comparten "las mismas obsesiones": "Somos personas muy empáticas, por lo que podemos caer en el mismo drama".

Para Elorrieta, tal y como lo vivió con Ken Zazpi, es difícil describir qué hace especial a un artista o a un grupo para conectar con tanta gente. No obstante, en el caso de Izaro, se le ocurren varias posibles respuestas: "Tiene algo en la voz con mucha personalidad y carácter y a la vez es una persona muy sensible. Pero, además, escribe muy bien. Te enseña las canciones sin fuegos artificiales, algo que valoro cada vez más".

Con todos estos ingredientes le augura un gran futuro que, quizás, la lleve fuera de Euskal Herria, pero que, sobre todo, le permitirá afianzarse. "No se trata de solo llegar hasta arriba, sino de mantenerse. Ella se lo está currando a saco para conseguirlo y todavía tiene mucho recorrido que la pandemia le robó", opina.