- Tabakalera ha recuperado para su proyecto Scala la instalación sonora Concierto para puño alzado, que ha recorrido bienales, galerías y museos internacionales pero que nunca ha sido vista ni oída en Donostia, la ciudad de su autor, Juan Pérez Agirregoikoa, que empezó a trabajar en ella en 2004 en las instalaciones de Arteleku.

El artista, al que acompañaba Oier Etxeberria, comisario y responsable del programa público de Tabakalera, presentó su obra ayer ante la escalera principal de la antigua fábrica de tabacos, lugar desde el que se podrá escuchar esta propuesta hasta el 26 de junio y donde hoy se estrenará con el Ochote Ozenki en directo.

Tras Pauline Oliveros, Niño de Elche y Maialen Lujanbio, Agirregoikoa (Donostia, 1963) hace ahora su aportación a una iniciativa que tiene como fin investigar "las infinitas maneras de acercarse a la música y al sonido".

La fórmula elegida por el artista donostiarra conecta directamente con el resto de su obra, caracterizada "por el uso particular que hace de las formas populares", como el dibujo, el cartelismo o la música popular.

En este caso, introduce textos procedentes de los filósofos materialistas franceses Guy Lardreau, Jacques Fradin, Gilles Grelet y Jacques Lacan en las melodías de canciones como El menú, Beti eskamak kentzen, Ume eder bat y Viva Aragón.

Sustituye las letras de esas conocidas canciones por frases como "La práctica es la matriz de la apariencia" y "La instrumentalización del sueño de amor es la base del capitalismo", algunas de las cuales se repiten de forma "obsesiva".

El resultado son cuatro temas, El buen materialismo, Canción de amor, La matriz de la apariencia y Viva Lacan, que suman 12 minutos y 32 segundos, y que componen el concierto grabado por Ochote Ozenki que se "activará" en la escalera principal de Tabakalera todos los días de 9.00 a 22.00 horas cada 30 minutos.

Esta combinación de elementos "en principio extraños", explicó Etxeberria, responde "a una estrategia dirigida a desvelar los fundamentos de la autoridad que se empeña en transmitir sus valores de forma disimulada"

El objetivo de este creador, que ha formado parte de programas expositivos en museos como el Reina Sofía de Madrid y el MUHKA de Amberes, es, según señaló, "reflexionar sobre las relaciones entre la materia y el lenguaje, la economía y nuestros deseos, la energía revolucionaria como proyecto siempre fracasado y la intrigante vuelta al orden a la que parece condenada".