omisariada por Haizea Barcenilla y Garazi Ansa, se presenta en el Museo San Telmo de Donostia la muestra colectiva Baginen bagara. Artistas mujeres, Lógicas de la In(visibilidad), en la que se ofrece un amplio elenco de obras producidas por artistas mujeres a lo largo del siglo XX y XXI. Dividida en diferentes apartados temáticos se ofrecen pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas, fotografías y vídeos, depositados fundamentalmente en instituciones públicas de Gipuzkoa (Diputación Foral, Museo de San Telmo y Fundación Kutxa), habiéndose dejado de lado a galerías, colecciones privadas y a las propias artistas.

En el conjunto, como pasa en este tipo de muestras, hay autoras reconocidas con obras de calidad, y otras no tanto, por las piezas seleccionadas y ofrecidas. Las de mayor currículum y calidad de obra ya reconocida no han sido tan relegadas ni por la historiografía, ni por la crítica, ni por los canales de distribución, ni por el propio mercado del arte, como se reseña en la muestra. Artistas como Mari Paz Jiménez, Menchu Gal, Ana Mari Parra, Irene Lafitte, Esther Ferrer, Mari Puri Herrero, Clara Gangutia, Marta Cárdenas, Rosa Valverde, Cristina Iglesias, Dora Salazar, María Luisa Fernández, Elena Mendizabal y muchas otras están reconocidas, estudiadas, valoradas y mostradas en espacios públicos y privados tanto o más que muchos artistas hombres.

Numerosos catálogos e historias del arte lo confirman, aunque haya autoras como Mari Paz Jiménez que necesiten un estudio más exhautivo.

A ello contribuyeron sin duda alguna los Certámenes de Noveles, Navidad, Pintoras de Gipuzkoa, Pintura Vasca, Arte Leku y Gure Artea, pero también numerosas exposiciones en galerías y salas de ayuntamientos y centros de cultura de todo el territorio: Arrasate, Azpeitia, Bergara, Tolosa, Beasain, etc., así como ayudas, becas y compras de entidades laborales y financieras. No podemos olvidar que la incorporación de la mujer al mundo laboral, en todos sus sectores, incluido el artístico, no se ha producido hasta la segunda mitad del siglo XX, y a la Universidad, más en concreto, en las últimas décadas de siglo precedente.

Desde los inicios, con las hermanas litógrafas Blanche y Helénè Hennebutte, hasta las sutiles instalaciones de Pilar Soberón, se presentan en diversos apartados un buen número de obras de artistas que han aportado lo mejor de sí mismas en el campo del retrato, el bodegón, el paisaje, la abstracción lírica y geométrica, la fotografía, el vídeo y la instalación, siendo interminable reseñar el número de las mismas.

A pesar de todo, se echan en falta nombres de pintoras que han expuesto en diversas salas guipuzcoanas como Thyra Ekwall de Ullman, María Pilar Pérez Ochoa, Begoña Fernández, Mari Carmen Fernández, Jeanne Devoyon, Nisa Goiburu y algunas otras.

Indicar que el desnudo femenino también ha sido tocado por pintoras como Menchu Gal, Clara Gangutia y Rosa Valverde, y que el tema de flores en aquellos años no sólo lo pintaban mujeres, sino también, hombres como Agustín Ansa, Rafa Ruiz Balerdi y Miguel Ángel Álvarez, entre otros, dado el contexto socio político que se vivía.

Reseñar, por último, que la exposición, pese a la cantidad de obra expuesta e instalada de manera creativa en las salas, resulta atractiva, abierta al diálogo y sugerente, aunque posea lagunas, como la aportación femenina al paisaje y al hábitat natural en que vivimos.