- Un funcionario de prisiones, el personaje de Álamo, se inventa un día que tiene una hija en prisión para acercarse al rol de Emma Suárez, madre de un hijo (Bernardeu) que está realmente en la cárcel. Esta es la sinopsis de la ópera prima del experimentado cortometrajista Javier Marco.

¿Cómo ha sido trabajar con un director novel? ¿Se nota?

-Roberto Álamo: A veces sí y a veces no, pero es normal. Es lo mismo que le sucede a un actor cuando empieza. Y cuando hay una escena más complicada hay más nerviosismo.

-Emma Suárez: Creo que cuando trabajas con un director con más experiencia es lo mismo, porque en el fondo siempre estás ante un proyecto nuevo. Siempre existe el mismo miedo y el mismo respeto para sacar adelante una historia que te importa. Trabajar con ellos depende de su personalidad, no de que sea la primera o la quinta vez que hace películas. Cada uno tiene su propia forma de trabajar y hay directores que son más cerrados en cuanto a las propuestas y otros son más abiertos, por lo que siempre es un riesgo. Nunca sabes cuál va a ser el resultado final y el trabajo depende de la química que puedas tener. En este caso, Javier ha sido muy generoso con nosotros y ha aceptado propuestas y nos ha escuchado.

-Miguel Bernardeu: Esta ha sido mi tercera película y la primera de este tipo, así que también me sentía muy nuevo en todo. Ha sido una experiencia muy bonita enfrentarse a un proyecto con un director que no conocía.

Si hay un tema que subyace por encima de todo en 'Josefina' es el de la soledad y, quizás, de una soledad de personas que quieren estar solas.

-R.Á.: No estoy seguro, y esto podría dar lugar a un largo debate, de si estas personas han elegido estar solas o no. Si decidieran estar solas no creo que pasase lo que pasa en la película. En el caso de mi personaje, intuyo que no lo quiere estar porque, por ejemplo, invita a su vecino a ver los partido de baloncesto. Está tan cansado de estar solo que busca la compañía del abuelito que vive a su lado.

-E. S.: Son personajes que aceptan la vida que les ha tocado vivir. Para mí son héroes, porque no es nada fácil la vida que llevan y hay que rescatar esos personajes que luchan por sacar adelante su vida con un montón de cargas. Quizás no sean triunfadores, entre comillas, pero son auténticos campeones lidiando con una rutina y una vida cotidiana que no es tan fascinante, que no está llena de aventuras. Y, sin embargo, lo llevan con una dignidad increíble.

-R.Á.: No son héroes solitarios. Y el claro ejemplo de ello es el final. El personaje de Miguel acaba con Josefina, y el de Emma y el mío terminan juntos en una parada de autobús. Buscan el afecto y estar con gente, pero tienen dificultad para ello.

-E.S.: Berta no es una mujer que esté buscando un encuentro. No le da tiempo a pensar en eso. Tiene una actividad y unas responsabilidades que le impiden ni siquiera soñar con ello. Está centrada en su día a día. La sorpresa para ella misma es encontrarse con alguien que le provoca un deseo, pero no es algo que vaya buscando premeditadamente.

En el caso de su hijo, el personaje de Miguel Bernardeu, esa soledad quizás sea más destacada al estar encerrado en un espacio.

-M:B.: Es complicado entenderlo porque la historia llega cuando él ya lleva un tiempo dentro. Para mí era importante plantearme cómo fueron los primeros momentos: la primera noche en la cárcel, la segunda, la primera semana... y cómo eso va calando en su carácter. Al final no es el mismo personaje la primera semana que cuando lleva un año.

La película también habla de algo que me gusta mucho como es el ridículo que, en ocasiones, podemos hacer por el amor.

-R.Á.: Pero, ¿por qué ridículo? A mí no me lo parece. Me parecen acciones tiernas y hermosas.

El ridículo desde el punto de vista de alguien externo. Juan, por ejemplo, coge un autobús que no tiene que coger solo para intentar ver a la mujer que le gusta y cuando esta lo pierde, decide bajarse y recorrer el camino corriendo. Obviamente, es algo bonito, pero también ridículo si lo vemos desde fuera.

-E.S.: A mí me provoca mucha ternura. Es un ridículo tierno y encima algo muy cinematográfico. Y no solo eso, también la conversación que tienen después, cuando él está sin aliento como si no hubiera pasado nada.

La película también va dejando una serie de enigmas, el más claro es el del personaje que da el título al filme, que no se desvelan.

-R.Á.: No sabemos ni quién es realmente mi personaje ni si tiene familia o no. Es algo que cada espectador debe leer como crea.

-E.S.: La primera vez que coinciden los personajes de Josefina y de Roberto hay una mirada de ella a él que es difícil de interpretar. No es una mirada de complicidad. Es maravillosa la provocación de que el espectador pueda delirar de una sospecha a través de una mirada. Me gustan muchísimo los enigmas del guion.

"No son héroes solitarios. Los tres personajes buscan el afecto y estar con gente, pero tienen dificultad para ello”