La ilustradora y escritora Paula Bonet ha denunciado que el hombre al que hace un año denunció por acoso ha descubierto la ubicación de su nuevo taller y desde hace días se presenta frente a la puerta. Bonet ha publicado en su cuenta de Instagram una imagen en la que se puede ver la silueta del hombre tras un cristal. El acosador ha quebrantado así la orden de alejamiento que le impuso una jueza.

La artista, natural de la localidad de Vila-real (Castellón), aunque residente en Barcelona, se encuentra promocionando su último libro La anguila, y asegura que la persona que le acosa "ha impuesto su presencia de nuevo saltándose la orden de alejamiento" que dictó una jueza.

"Llegó con flores. A veces dice que quiere cortarme en trocitos, otras veces se agarra a la ventana de mi despacho a la una de la mañana mientras yo trabajo para que le explique qué me pasa, porque no me entiende, dice", afirma Bonet en una publicación en Instagram.

Señala que ella no le responde, solo pega un grito, le pide que se vaya y llama al 112, y que ha llegado a hacerlo hasta tres veces en un mismo día, mientras sigue a la espera de juicio contra esta persona.

Bonet denunció en septiembre de 2020 que estaba sufriendo acoso desde hace más de un año por parte de un hombre desconocido que asiste a sus charlas y le envía "decenas" de correos electrónicos con insultos, entre otras acciones.

No es la primera vez que la ilustradora denuncia a través de su cuenta esta actitud por parte de este acosador. Hace justo un año, la joven contaba lo que llevaba más de un año aguantando. "La historia lleva alargándose más de un año: golpes en la puerta de mi taller, subidas y bajadas de persona a última hora del día cuando la luz se cuela por debajo de la puerta, anguilas cortadas en trocitos con la bromita de "el violador".

La ilustradora ha pedido disculpas por los correos y mensajes que tiene sin responder, las reuniones aplazadas o el estado de ánimo que se hayan podido encontrar las personas con las que se ha cruzado esta última semana, también, y sobre todo, en el marco de la Feria del Libro de Madrid, donde ha estado firmando libros.

También ha agradecido la fortaleza de sus alumnas de la semana pasada, pues "también ellas tuvieron que lidiar con la amenaza mientras trabajaban en el taller La Madriguera", así como el apoyo de sus personas queridas y de su abogada, Carla Vall, sin las que "esto seria imposible de afrontar", afirma.