- El Instituto de Arquitectura de Euskadi, en Donostia, estrena hoy, con la película Le Mèpris (1963), de Jean Luc Godard, un ciclo de cine de verano al aire libre. Bajo el nombre I-go zinemara, se proyectarán ocho películas cada viernes a las 22.00 horas en la terraza del edificio, como parte del programa complementario de la exposición Eileen Gray: E.1027.

Además de las ocho películas al aire libre, en el Instituto de Arquitectura se exhibirán parte de los resultados de una investigación realizada por ambas escuelas sobre la evolución del espacio cinematográfico y su futuro, con ejemplos locales.

El nuevo ciclo de cine de verano I-go zinemara se desarrollará desde hoy en la terraza del Instituto de Arquitectura de Euskadi en la Parte Vieja donostiarra.

En la presentación de este nuevo ciclo el director del Instituto de Arquitectura de Euskadi, José Angel Medina, señaló que “la terraza del Instituto es un espacio de oportunidad único en la ciudad, que a través de pequeñas intervenciones se puede activar para desarrollar diferentes programas públicos como este ciclo de cine que arrancará con la película Le Mèpris (1963), de Jean Luc Godard, que analiza el tratamiento de la arquitectura doméstica vacacional para el verano a través del cine.

Tras una presentación a las 21.45 horas, la proyección comenzará a las 22.00 horas. El mismo horario seguirán el resto de los largometrajes que pasarán por el proyector del Instituto de Arquitectura: Somewhere (30 de julio), Youth (6 de agosto), The Ghost Writer (13 de agosto), Persona (20 de agosto), Kékszakállú (27 de agosto), Parasites (3 de septiembre) y Keller (10 de septiembre). La entrada es gratuita y se adquiere vía web.

Por otro lado, en la planta cero del edificio se exhiben parte de los resultados del proyecto Arquitectura del cine, promovido por la ETSA y la EQZE.

En la exposición, un mosaico cronológico refleja el momento en el que llegó el cinematógrafo y acaba con el panorama que tenemos hoy en día, un viaje que parte desde los aparatos portátiles que se encendían en cafeterías hasta que el cine tuvo su propia arquitectura.