- “Trabajar con Pedro Almodóvar es uno de los grandes privilegios de mi vida”. Así de rotunda se mostró ayer Tilda Swinton en una rueda de prensa en el Festival de Cannes para presentar el filme Memoria. “Entrar en su universo fue un gran viaje. Las personas que habitan sus viajes no tienen nada que ver conmigo” y eso es lo que hizo más interesante trabajar con el cineasta, explicó la actriz escocesa.

Para Swinton, poder encajar en los proyectos de cineastas a los que admira es lo mejor de su trabajo, por ello citó a Jim Jarmusch, Béla Tarr y Apitchapong Weerasethakul, director de Memoria.

“El cine no tiene fronteras ni naciones, existe en sí mismo”, afirmó Swinton, para quien la cultura no tiene sentido de cultura geográfica. Lo que ella busca en el cine es trabajar con alguno de sus realizadores favoritos del mundo y conseguir estar dentro del marco que el director establezca para su historia. “El cine es mi casa, mi país, no tiene nada que ver con especificidades nacionales”, agregó.

Por eso, la actriz considera que la oportunidad que le ha ofrecido Memoria de no comunicarse en su lengua materna “es preciosa” -en esta cinta habla en castellano-. “Tienes que hacer el esfuerzo de comunicarte, de ser entendida y de expresarte, es algo maravilloso para el arte” y especialmente para una película en la que su personaje trata de trasladar a la realidad un sonido que escucha en su cabeza. Lo que ha hecho Weerasethakul es “llevar la imposibilidad de comunicación a otro nivel. Está más allá del lenguaje”.