as teles generalistas o convencionales ofrecen unas parrillas de contenidos que mezclan magacines y series con gotas de calidad, que convierten las plataformas en escaparates atractivos y fuente de negocio al ser soportes de pago. Un ejemplo conocido de este producto es el programa La resistencia, un viaje por el entretenimiento de la mano de David Broncano, conductor excepcional que se luce en Movistar+ y que ha convertido su estilo presentador en habilidoso modo de entrevistar, entretener y hacer tele. David Broncano surgió en el mundo de la radio y su habilidad para jugar con los invitados acerca las entrevistas a llamativos escaparates de personajes de actualidad a los que sabe estrujar y conducir por la senda del guion. Facilidad de palabra, empatía continua con los invitados, gracejo y habilidad comunicativa, Broncano convierte cada pieza en un encuentro festivo y saleroso de un cómico presentador, de un presentador de magacín singular y especial. En un plató diminuto, David y dos músicos, más un puñado de colaboradores hacen La resistencia como un tiempo de acercamiento y juego mediático. El citado programa es como un espectáculo de variedades, con tres temporadas en antena y éxito asegurado como late night de prestigio consolidado. Una especie de show genial y muy personal que día a día convence a la audiencia con la ayuda de Grison y Ricardo Castella, capaces de poner música y traje sonoro a la presencia de colaboradores e invitados. El pequeño plató aguanta el pequeño mundo de personajes bien dirigidos por David Broncano, maestro de ceremonias transgresor, callejero y punto canalla, que deja sello inconfundible en cada aparición nocturna. Un buen puñado de carcajadas, gotas de humor y sentido crítico en una tele fresca, joven, vital y en ocasiones rompedora. Una bocanada de aire fresco en la aburrida noche de los días laborables que tiene en este magacín tabla de salvación con el buen hacer de un equipo humano y artístico singular.