El sector cultural de Gipuzkoa va viendo poco a poco la luz y llega al verano en su mejor forma, al menos en cuanto a limitaciones se refiere, desde el inicio de la pandemia. Entre las medidas que entraron en vigor el pasado sábado se incluye la de ampliar el aforo al 30% en los grandes recintos y al 60% en las salas de cine, lo que unido a otras flexibilizaciones como el fin de la actividad a las 00.00 horas, permite augurar un periodo estival "casi de normalidad" en cuanto a espectáculos y eventos, siempre, eso sí, con la cautela lógica ante posibles cambios de escenario.

"El verano pinta muy bien y el deseo es que en septiembre ya estemos hablando de normalidad. Sin duda estamos en el mejor momento desde el inicio de la pandemia, pero hay que ser cautos", afirma Jaime Otamendi, director de Donostia Kultura. La capital guipuzcoana es, sin duda, la que con mayor felicidad ha acogido las flexibilizaciones que entraron en vigor el sábado, ya que buena parte de las más de 500 actividades culturales programadas para este verano en la ciudad saldrán beneficiadas.

La entrada de Euskadi en el nivel 2 del Plan Bizi Berri III del Gobierno Vasco permite ampliar los aforos al 30% en espacios grandes. De este modo, el Victoria Eugenia crece ligeramente en número, de 400 a 450 personas -se ha decidido mantener, por el momento, la separación entre butacas-, y el Kursaal y el Velódromo pueden alcanzar los 800 espectadores frente a los 600 disponibles hasta ahora.

Estas medidas llegan cuando la temporada de Kursaal Eszena ha llegado a su fin, pero no así los espectáculos programados dentro de los cubos donostiarras, lo que hace volver a cambiar el planning de la organización. "Es muy complicado trabajar así y tratar de adelantarse a una situación que no sabes cómo será, pero creo que es un deber como institución pública", apunta Otamendi, reconociendo que desde Donostia Kultura siguen manteniendo la cautela y trabajan sobre tres escenarios diferentes: el actual, uno intermedio con las restricciones algo más flexibles y un tercero con el regreso a las anteriores limitaciones.

El escenario actual lleva consigo cambios, sobre todo, para el Jazzaldia. La 56 edición del festival puso a la venta sus entradas el pasado 9 de junio con un aforo para 600 personas en recintos cerrados y de 800 en exteriores, por lo que en los próximos días sacará nuevas localidades disponibles al poder aumentar el aforo hasta las 800 en los primeros casos y las 1.200 en los segundos.

Lo que no está tan claro es si este año habrá un Jazzaldia sin mascarillas. A partir de este sábado, ya no será necesario el uso de la protección al aire libre, lo que abre una ventana a la posibilidad de que los escenarios de la plaza de la trinidad y del exterior del Kursaal puedan darse con espectadores sin ellas.

Lo que haga el Jazzaldia lo tendrán muy presente los otros dos grandes eventos que se celebran en verano en Donostia. La Quincena Musical a buen seguro podrá mantener los 800 espectadores en el Kursaal en agosto, mientras que el Zinemaldia confía en que la situación en septiembre sea todavía mejor alcanzando como mínimo el 40% de capacidad que ya tuvo el festival hace un año en este recinto.

Las nuevas medidas son también un balón de oxígeno para los agentes culturales que desarrollan su actividad fuera de los grandes recintos. Desde el sábado, por ejemplo, es posible realizar visitas guiadas en grupos de diez personas (antes eran de seis), lo que mejorará la oferta de los museos, y las salas de conciertos y de cines pueden aumentar su aforo hasta el 60%, un 10% más.

Para los cines SADE de Donostia, esto supone incrementar en 150 butacas cada sesión en un momento en el que los blockbuster por fin se animan a regresar a la cartelera. "Antes solo eran restricciones y ahora parece que por fin se va levantando todo poco a poco", apunta Iñaki Elorza, responsable de los cines donostiarras, en referencia no solo al aumento de espectadores, sino también a la opción de poder programar hasta las 00.00 horas y la posibilidad de consumir alimentos dentro de las salas.

Esta nueva realidad les ha permitido programar sesiones más allá de las 19.00 horas por primera vez desde el 2 de noviembre pasado y les anima a reabrir más días sus salas: los Príncipe tendrán sesiones todos los días de la semana a partir del 2 de julio y los Antiguo Berri abrirán miércoles, viernes, sábados y domingos. Los Trueba, por el momento, seguirán cerrados los martes.

En cuanto a las salas de conciertos, estas nuevas medidas alentarán a los promotores privados a volver a organizar eventos, ya que los últimos meses muchos espacios han quedado limitados a la oferta de instituciones públicas como el circuito Dkluba en el caso de Donostia.

Las previsiones del sector para este verano, por lo tanto, son optimistas. "Confiamos en que el aforo en julio sea del 75%", apunta Elorza, al tiempo que explica que, de evolucionar la situación de igual manera que en otros países como en Estados Unidos, entre octubre y noviembre se podría estar hablando de parámetros de prácticamente el 100% de la capacidad.

Aforos. Los grandes recintos como el Kursaal y el Velódromo aumentan su capacidad hasta las 800 personas, mientras que las salas de cine y conciertos pueden incrementar su aforo en un 10%, hasta el 60% del total. En exterior, la cifra se sitúa en los 1.200 espectadores.

Fin de actividad. Los espectáculos culturales pueden desarrollarse hasta las 00.00 horas, lo que amplía la oferta cultural.

Grupos. Las visitas guiadas se pueden realizar en grupos de hasta diez personas frente al máximo establecido hasta ahora en seis.

Alimentación. Las palomitas y los refrescos vuelven a los cines al poder consumirse de nuevo en su interior.

Jazzaldia. Los conciertos en el Kursaal contarán con nuevas entradas que saldrán a la venta en los próximos días. Está por ver si la mascarilla será obligatoria en los escenarios situados al aire libre.

Victoria Eugenia. El aforo en el teatro crece ligeramente hasta las 450 personas, ya que, por el momento, se mantendrá la separación entre butacas.

Cines SADE. El nuevo horario y el aumento en el aforo llevará a que los Príncipe abran todos los días a partir del 2 de julio. Los Trueba harán lo propio los miércoles, viernes, sábados y domingos, mientras que los Trueba seguirán cerrados los martes.

El aumento de los aforos se suma a otras medidas como el cese de la actividad a las 00.00 horas y la posibilidad de comer dentro de los cines