Barbara Ann «Barby» Kelly, excantante de The Kelly Family nacida en la localidad navarra de Belascoáin, ha fallecido a los 45 años de edad tras una breve enfermedad, han informado fuentes de la familia.

John Kelly, hermano de Barby, casado con la soprano y música navarra Maite Itoiz, componente de Elfenthal y de The Kelly Family, ha expresado a través de sus redes sociales el profundo pesar de la familia por la pérdida. "Echaremos muchísimo de menos a Barby, y siempre llevaremos su recuerdo en nuestros corazones".

Barbara Ann, que dejó la banda en 2002 por enfermedad, amante del baile como su madre, formó parte de la historia de The Kelly Family, una banda con más de 40 años de carrera y más de 20 millones de discos vendidos en Europa, formada por un grupo de nueve hermanos y hermanas nacidos en diferentes países como Estados Unidos, España, Irlanda y Alemania, país este último donde gozan de tremenda fama.

La familia Kelly se instaló en el año 1976 en la localidad de Belascoáin. La madre del clan, también de nombre Bárbara Ann, falleció con tan solo 36 años en el citado pueblo navarro el 10 de noviembre de 1982, un año después de diagnosticarle un cáncer de pecho y pocos meses después del nacimiento de su octavo hijo Angelo. En el cementerio de Belascoáin descansan los restos de la matriarca.

El regreso de la Kelly Family a los escenarios, desde que oficialmente pararan en el año 2000, aunque casi todos sus miembros han desarrollado carreras en solitario, fue uno de los grandes éxitos del pasado verano en lo que a la escena musical europea se refiere. Tras la edición en marzo de 2017 del álbum We got love (que incluye un CD grabado en estudio, un CD en directo y un DVD también en directo), aquel bohemio y nómada grupo hippy que hizo las delicias de los adolescentes europeos de los 90 o de los niños navarros de los 70, tocando en la calle, en fiestas y eventos locales, regresó con fuerza.

Así se ha venido apuntalando la historia de una banda con una particular filosofía, tanto por el hecho de que son familia como por su forma de afrontar la música, " el lenguaje del amor, destinada a unir a las personas y hacerlas felices", según palabras del propio John Kelly.