- ¿Cómo valora la afección de la pandemia al sector cultural durante 2020?

-En Euskadi la cultura se ha mantenido abierta. Se ha hecho una apuesta importante por parte de las instituciones para mantener la actividad, las posibilidades de trabajar del sector; creo que eso hay que agradecerlo y valorarlo de manera positiva. Me parece también importante destacar la respuesta del público, no solo en lo referido a Tabakalera. Solo hay que ver las cifras que ha publicado Donostia Kultura: son excelentes y refuerzan la idea de que la cultura es necesaria y de que todos necesitamos socializar a través de la cultura.

¿Cuántos visitantes y usuarios tuvo Tabakalera el año pasado?

-Hemos conseguido mantener casi dos tercios de los usuarios. Los visitantes han llegado a ser medio millón, algo más de la mitad que en 2019, pero los usuarios de cine, de Medialab o de otros servicios se han mantenido casi en dos tercios.

¿Han notado un menor flujo en el tránsito o itinerancia del visitante dentro de Tabakalera, entre los distintos espacios? ¿Una mayor reticencia, quizá?

-No reticencia, pero es verdad, como ya he dicho con anterioridad, que nos va a costar volver a recuperar esa naturaleza de Tabakalera como un espacio de acogida, como esa plaza pública. Hasta que volvamos a una normalidad, no lo recuperaremos al 100%.

En 2020 se celebró el quinto aniversario de Tabakalera y también fue el segundo año de aplicación del Plan Estratégico. ¿La pandemia ha retrasado proyectos?

-En muchos sentidos, es verdad que la pandemia ha sido un claro obstáculo para poder avanzar en muchos proyectos que teníamos en cartera, sobre todo los relacionados con la internacionalización. En ese sentido ha sido un parón. Pero, por otro lado, ha sido una oportunidad para avanzar en una mejor definición y concreción de las líneas estratégicas de Tabakalera.

Su predecesora en el cargo, Ane Rodríguez, en una entrevista que concedió a este periódico en fechas cercanas a la inauguración del centro en 2015 afirmó que Tabakalera no "es lugar para exposiciones populares". ¿Comparte esa idea? ¿Lo exigente puede casar con lo popular?

-Creo que sí. El rigor no está reñido con el hecho de ser popular. El Ciclo de Cine y Ciencia es un claro ejemplo. Es un ciclo muy popular y que, al mismo tiempo, cuenta con un gran rigor científico y cinematográfico; y que puede casar con otro ciclo sobre Patric Chiha. Kuboa, de Julio Le Parc, es un ejemplo de cómo el arte puede ser popular sin tener ningún conocimiento a priori. En mayo estrenaremos la obra de Niño de Elche; luego trabajaremos con Maialen Lujanbio. Intentamos colaborar con nombres que son referenciales en su ámbito para poder acercar el arte contemporáneo al público. Insistimos en nuestro empeño de ser intermediarios. El pasado año inauguramos el curso Arte-Makina, que ofrecen los propios artistas en el ámbito de la sala de exposiciones y que está siendo un absoluto éxito.

¿Mantiene relación con Ane Rodríguez?

-No. Le invitamos para el quinto aniversario, pero no pudo venir.

Tirando del hilo del aniversario, algo más de cinco años después de su inauguración, ¿qué es Tabakalera?

-Es un centro internacional de cultura contemporánea que combina su misión como centro de creación y producción con una oferta de programación pública.

¿Cómo se imagina Tabakalera dentro de otros cinco años?

-Me la imagino muy parecida a ahora. Seguramente, más consolidada, porque los proyectos en marcha necesitan su tiempo. Me la imagino así: con creadores trabajando, desarrollando sus proyectos y mezclándose, y con un público fiel, interesado en distintas manifestaciones culturales y que disfruta de estar en Tabakalera.

Han anunciado que este año los ingresos propios experimentarán un incremento del 5,5%. ¿De dónde saldrá ese dinero?

-Estamos trabajando intensamente en proyectos europeos. También trabajamos en una línea de arte, ciencia y tecnología, y en proyectos en colaboración tanto con centros tecnológicos, como con empresas, para poder desarrollar iniciativas en colaboración, también desde el punto de vista económico. Hemos recibido una ayuda importante de la Fundación Carasso para dos proyectos que estamos desarrollando desde nuestro departamento de Mediación, junto con otros actores de la ciudad. Parte de esa financiación la tenemos ya garantizada.

Con la llegada de la desescalada, una de las iniciativas privadas que desarrollaba su actividad en Tabakalera, la librería Tobacco Days, dejó su local en la planta baja del centro. ¿El espacio tiene ya algún pretendiente?

-Hemos tenido varios pero las propuestas que nos han llegado no las hemos considerado adecuadas para ese espacio.

Durante el confinamiento, con el centro cerrado, la gerencia de Tabakalera continuó cobrando los alquileres a unos establecimientos que no tenían posibilidad de ingresar. ¿Considera que la gestión de los alquileres fue correcta?

-Creo que sí.

El citado Plan Estratégico concluirá su vigencia este 2021. ¿Preparan ya el siguiente?

-Este año comenzaremos a trabajar el siguiente. Además de las seis líneas estratégicas que definimos en el plan, definimos una serie de indicadores de seguimiento y cumplimiento del plan que vamos presentando al consejo de administración. Nos hemos marcado el mes de marzo como plazo para preparar el próximo Plan Estratégico.

¿Será continuista?

-Creo que, en líneas generales, sí lo será. Las líneas de trabajo actuales se van a mantener. Las disciplinas que trabajamos se van a mantener. No va a haber cambios significativos en ese sentido, puesto que no hay una petición al respecto por parte del consejo de administración. Seguiremos trabajando en el ámbito del arte contemporáneo, del cine y del audiovisual, y abordaremos el tema de las industrias culturales y creativas, aportando desde la institución un proyecto transversal de profesionalización del sector.

¿En qué punto está la apuesta de Tabakalera por las industrias culturales y creativas?

-Hemos aprovechado para definir mejor el papel que debía cumplir Tabakalera en ese ámbito. Hemos trabajado un marco conceptual, a través de conversaciones y visitas, de un trabajo en común que hemos realizado con distintos agentes europeos, fundamentalmente, el Competence Centrum de Alemania y un proyecto que se está generando alrededor de la Universidad de Zúrich. Al definir mejor el marco conceptual, hemos definido las actuaciones que debería afrontar Tabakalera en ese ámbito.

¿Cuáles son?

-Desarrollar una serie de competencias y abordar la cuestión de la profesionalización de los creadores. Hasta ahora se trabajaba más el ámbito de desarrollar sus prácticas y también queremos abordar competencias para su profesionalización para facilitar que los creadores puedan vivir de su trabajo.

¿Cómo?

-En el campo de las prácticas artísticas puede tener que ver con un mejor conocimiento sobre cómo funcionan las galerías de arte, por ejemplo.

Las instituciones que integran Tabakalera, la gran mayoría vinculadas al audiovisual, la han convertido en un referente en este sector. ¿Teme que Tabakalera se relacione más con lo audiovisual que con otras de sus prácticas?

-No me asusta. Depende del lugar desde el que se mire esa referencialidad. En el ámbito del arte contemporáneo, Tabakalera es ya una referencia dentro del sector. Recibimos invitaciones permanentes para coproducir y colaborar con nuevas líneas de trabajo. Nosotros estamos desarrollando múltiples líneas de colaboración. Una nueva línea de trabajo que hemos desarrollado es la de arte, ciencia y tecnología, en la que hemos trabajado con ArsElectrónica, un centro especializado en este ámbito. Ya vemos que ya nos estamos convirtiendo en referencia. Depende del punto del que se mire la referencialidad cambia. En cualquier caso, al ser varias las instituciones que trabajamos en el audiovisual, es obvio que ahí tenemos un potencial enorme.

¿Cómo funciona la interacción entre las instituciones que se alojan en Tabakalera?

-Es uno de los puntos fuertes de estos cinco años de andadura. Se ha consolidado un proyecto que, de verdad, es diferente a otros centros que pueden estar constituidos por varias instituciones en las que hay un ámbito de colaboración clarísimo. Se ha avanzado muchísimo en una comunicación compartida de toda la programación, desarrolle quien desarrolle cada evento. A la hora de conceptualizar un proyecto, nadie se imagina ponerlo en marcha sin haberlo compartido previamente con el resto de las instituciones. De verdad, creo que es un caso de éxito.

¿Las instituciones no temen que su identidad se diluya dentro de la de Tabakalera?

-Creo que eso está superadísimo. Todos entendemos que la suma de las instituciones es mucho más fuerte que cada una por separado.

¿El ciudadano de a pie tiene a Tabakalera como referente de la creación del arte contemporáneo o pesa más la vertiente audiovisual y cinematográfica?

-El hecho de que Tabakalera sea un centro de arte contemporáneo está muy claro para la ciudadanía. Es verdad que al ciudadano de a pie, la parte de fábrica de creación le resulta más lejana; entiendo que se siente más aludido por la parte de programación pública. Todo depende desde dónde mires y de tus intereses. Medialab aúna una oferta extensísima que, además, se adecua mucho al interés en involucrarte que cada uno aporte: puedes desde sentarte y ver una película a participar en un colectivo que está trabajando en el laboratorio en un proyecto concreto. Hay diferentes capas de interés o de participación.

Medialab surge de la unión de Ubik e Hirikilabs. El primero era el servicio estrella de Tabakalera que, primero, se vio afectado por la huelga de sus mediadores y, después, como el resto de servicios, por la pandemia. Si bien en términos absolutos es imposible que las cifras sean similares, ¿porcentualmente ha mantenido su peso o ha sido desplazado por algún otro servicio?

-Solemos decir que Medialab es el corazón de Tabakalera y es su representación. Evidentemente no hemos recuperado las cifras que teníamos, pero estoy segura de que lo vamos a hacer. El hecho de haber fusionado la biblioteca con el laboratorio ciudadano ha dotado al servicio de una potencialidad mayor. Es un auténtico lujo. Recuerdo que Juliane Götz, de la pareja de creadores Quadrature, que trabajó en verano en Supraspectives, nos decía que le hubiese encantado tener la oportunidad de venir a un espacio así, con estos recursos y con personas que le guiasen.

¿Era necesario unir Ubik con Hirikilabs?

-No sé si la palabra es necesario. Es positivo. Sin ninguna duda. El laboratorio ciudadano tenía una potencialidad enorme, pero estaba situado en la tercera planta, rodeado de oficinas. Lo que hemos pretendido es dotarlo de una mayor centralidad. Tenía todo el sentido aportar esas prácticas de laboratorio a esa inmensa oferta que suponía Ubik.

Una de las líneas de trabajo aprobadas por el consejo de administración para este año es crear una "programación pública de referencia para dar a conocer y poner en valor la creación contemporánea". ¿Cómo piensan hacerlo?

-En el ámbito del cine somos ya una referencia. Vivimos en una ciudad en la que hay una oferta programática cultural muy intensa y muy rica. Nuestra oferta tiene que ser referencial y complementaria. Tanto en el ámbito del cine como en el del arte contemporáneo trabajamos en esas claves con una colaboración muy potente con otras instituciones. Una de las características que sí creo que es importante destacar en la programación es que tiene que ser reflejo de la naturaleza de Tabakalera como centro de creación. La exposición Estudiotik at, que hemos inaugurado esta semana, es un ejemplo de ello. Los ciclos de Cine hablado son otro.

Hoy en día, ¿Tabakalera comunica mejor que cuando se aprobó el Plan Estratégico en 2019?

-Es un objetivo constante. Creo que hemos avanzado muchísimo. En cuanto a la programación, por ejemplo, cualquier persona interesada tenga un acceso rápido y cómodo a nuestra oferta. Se ha hecho un esfuerzo importante en contar la otra parte, en qué es Tabakalera y para qué es una institución como esta. Proyectos como Tabakalera Denborak, que surgió a raíz del quinto aniversario, es también un intento de que voces referenciales de diferentes sectores hablen de la importancia de contar con centros como Tabakalera.

"Todas las instituciones que alberga Tabakalera entienden que la suma de todas es mucho más fuerte que cada una por separado"

"Evidentemente no hemos recuperado las cifras que teníamos en Medialab, pero estoy segura de que lo vamos a hacer"

"Es importante que nuestra programación también sea reflejo de la naturaleza de Tabakalera como centro de creación"

"Se ha hecho un esfuerzo importante en contar la otra parte, en qué es Tabakalera y para qué es una institución como esta"