- Lady Whistledown regresa con una esperada noticia: Los Bridgerton volverán a Netflix con una segunda temporada. Es la primera serie de la productora fundada por Shonda Rhimes, Shondaland, creada por el colaborador habitual de Rhimes, Chris Van Dusen (Scandal, Anatomía de Grey, Sin cita previa). Phoebe Dynevor y Regé-Jean Page son los protagonistas al frente de un reparto extenso.

"Es un clásico culebrón con una buena dosis de amor, familia e intrigas en versión anglo-americana y de época, rodado en maravillosos decorados y con un vestuario delicado tanto para ellos como especialmente para ellas. Es una serie inspirada en las novelas superventas de Julia Quinn, una de las autoras románticas norteamericanas actuales más vendidas. Una serie a la que no le faltan sensacionalismo, diálogos mordaces, en la que se habla de la familia, de su influencia, de las amistades para siempre y el deseo de encontrar un amor capaz de soportar las normas sociales de la época. Una mezcla entre la clase de Downton Abbey y Las amistades peligrosas en lo que a estética se refiere pero que está lejos de tratarse de una serie de época gracias a las licencias creativas, a la ironía y al lenguaje empleado.

La serie apabulla con decorados exuberantes y un vestuario cuidado a cargo de Ellen Mirojnick, una fábula en la que no faltan las maledicencias y rumores interesados. El diseñador Jorge Vázquez, director creativo de Pertegaz y de la firma que lleva su nombre, explica a Efe que la época en que se desarrolla la acción "es increíble para la moda. Napoleón está al frente de Europa en ese momento y se pone muy de moda el estilo Imperio, una vuelta a la estética grecolatina, pero actualizada hasta ese momento". Vázquez, un virtuoso en la selección de las telas, reconoce que personalmente le "encanta" esa época y advierte de la "maravillosa" calidad de los tejidos. El corte en los vestidos se coloca bajo el pecho, "la mujer vive, por primera vez en muchos siglos, una cierta comodidad o relax a la hora de vestir, exquisitamente vestidas pero sin una coraza que no las deje respirar".

El vestuario está delicadamente confeccionado prestando atención a bordados y detalles mínimos, joyas y plumas que convierten en aristocrática hasta la escena más sencilla. Una serie donde tampoco faltan trajes extravagantes, tonos intensos y estampados muy atrevidos para ese momento. "Es un tiempo en el que todo se hacía a mano, a medida, son prendas que traslucen que están muy, muy trabajadas, con patrones no muy complicados, pero con muchas horas de taller", añadió Vázquez. Según Mirojnick, el equipo llegó a confeccionar 7.500 piezas, incluidos sombreros, chales y abrigos. Un buen vestuario, incide Vázquez, "siempre suma" y añade que una película envejece mejor si el vestuario está bien adaptado y "no se deja llevar por las tendencia actuales. Te hace viajar a otro tiempo, sentirte un poco el Mr. Darcy de Jane Austen". Precisamente, una época, finales del XIX, en la que el vestuario de caballeros también se cuidaba hasta el extremo pues decía mucho de su clase social. "Los hombres en ese momento iban muchísimo mejor vestidos que en cualquier otro. Hay una sofisticación en prendas de abrigo, chaquetas, camisas... que ya nos gustaría tener ahora".

Los Bridgerton cuenta la historia de Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor), la hija mayor de la poderosa familia Bridgerton, y su presentación en sociedad en el competitivo mercado matrimonial de Londres en el periodo de la Regencia. Daphne desea encontrar el verdadero amor como hicieron sus padres. Sin embargo, a medida que su hermano mayor empieza a descartar a sus posibles pretendientes, la publicación escandalosa de la misteriosa Lady Whistledown genera serias dudas sobre ella en la alta sociedad londinense. Entonces aparecerá el Duque de Hastings (Regé-Jean Page), un soltero empedernido y rebelde, el sueño de todas las madres de debutantes y cambiará su vida para siempre. Ambos expresan su desinterés por el otro, la realidad es muy distinta.