atural de Azpeitia, Asier Sustaeta reconoce que "había oído algo" acerca del doble crimen que se cometió en noviembre de 1926 en el caserío Korosagasti de la cercana localidad de Beizama. Sin embargo, no fue hasta hace unos pocos años cuando regresó a su memoria aquel trágico suceso, que se saldó con el asesinato (aún hoy sin esclarecer) de dos mujeres: Bibiana y su hija María.

El culpable de que aquel doble crimen volviera a hacer acto de presencia entre los recuerdos de Sustaeta fue el actor Pedro Otaegi, nacido en Beizama. Según recuerda el propio Asier, "estábamos grabando un corto sobre una historia de ficción bastante negra cuando Pedro empezó a hablarme sobre lo que sucedió en el caserío Korosagasti, al mismo tiempo que me animaba a hacer una película" sobre aquel doble crimen.

"Tres o cuatro años después" de aquella conversación, la casualidad quiso que "mientras salseaba por Internet", Sustaeta se topara con una noticia publicada en un periódico de 1926 con el siguiente titular: Estos son los asesinos del crimen de Beizama.

Aquel hallazgo encendió la llama de la curiosidad en Sustaeta, que no necesitó mucho tiempo para encontrar "muchísima información" sobre el suceso. Tras analizarla fue consciente de que estaba ante uno de los episodios más famosos de la crónica negra de Euskadi que, si bien tuvo una gran repercusión en la prensa de la época, con el silencio de los lugareños y el paso del tiempo acabó cayendo en el olvido.

En cualquier caso, el azpeitiarra se convenció de que el conocido como Crimen de Beizama merecía ser contado. No se lo pensó más y se propuso hacer el que iba a ser su primer largometraje (hasta entonces solo había realizado tres cortometrajes, spots y videoclips con Erabaki Produkzioak).

Sabía que el proyecto iba a ir para largo, por lo que decidió presentarlo "por fases" a las becas para fomentar la creación que acababa de poner en marcha el Ayuntamiento de Azpeitia. Su propuesta fue becada y gracias a ello pudo elaborar el guión de la película; un trabajo que llevó a cabo con la ayuda y bajo la supervisión de las escritoras locales Alaitz Olaizola y Miren Gorrotxategi.

Ya había dado el primer paso para llevar a la gran pantalla lo acontecido en Korosagasti, pero faltaba lo más difícil: encontrar los decorados y escenarios para las grabaciones, conformar el elenco de actores y figurantes, constituir los grupos que se encargarían de las labores de sonido, imagen, producción y vestuario...

Sin embargo, la respuesta que dio la ciudadanía de Azpeitia y del valle del Urola al llamamiento realizado por Sustaeta fue "espectacular"; hasta el punto de que, finalmente, "cerca de 200 personas" han tomado parte en el proyecto. Además, "sin cobrar nada porque los 20.000 euros de presupuesto que logramos reunir gracias a dos becas del Ayuntamiento y aportaciones de empresas de la zona los destinamos a cubrir las necesidades técnicas y a adquirir material para el rodaje", subraya "eternamente agradecido", el director de Korosagasti.

Estrenado el pasado 25 de septiembre en el teatro Soreasu de Azpeitia con una acogida espectacular por parte del público (la sala acogió cinco proyecciones, todas ellas con las entradas agotadas), el primer largometraje de Asier Sustaeta (tiene una duración de 65 minutos) se ha proyectado este sábado en la iglesia de Beizama (también con el aforo completo) y a partir de ahora inicia su particular periplo por las salas de cine de Euskadi (de momento ya ha sido programada en localidades como Ordizia, Beasain, Astigarraga o Getaria).

El director de Korosagasti se muestra "muy contento y gratamente sorprendido" por la aceptación que está teniendo la película, que rescata del ostracismo "una historia que nunca se llegó a esclarecer pero que es real".

El largometraje arranca con la llegada de Jazinta Odriozola al caserío familiar tras finalizar su jornada laboral en Tolosa. Allí se encuentra los cuerpos sin vida de su madre y de su hermanastra (María y Jazinta eran hijas de diferente padre).

La noticia del brutal doble asesinato corre como la pólvora por el valle del Urola y el juez Marroquín asume de inmediato la misión de intentar esclarecer la autoría de aquel terrible suceso. Durante las pesquisas detiene a 47 personas "prácticamente a todas las que habían pasado esos días por el caserío" y las manda apresar "a la mayoría en la cárcel de Azpeitia y a unas pocas en la de Tolosa".

Tras un largo proceso infructuoso, "hacia mayo de 1927" el juez pone en libertad a todas las personas sobre las que recaía alguna sospecha pero sin esclarecer la autoría del doble crimen.

Tanto Sustaeta como las escritoras que analizaron la información publicada en los años 20 para elaborar el guión coinciden a la hora de señalar a una misma persona como autora material del asesinato de Bibiana y María, "pero deberán ser los espectadores quienes saquen sus propias conclusiones", avisa el director.

"Nunca se aclaró la autoría del doble crimen de Beizama pero era una historia que merecía la pena contar"

"El de Korosagasti es uno de los episodios más relevantes de la crónica negra de Euskadi"

Director de 'Korosagasti'